Histórico

Viggo Mortensen se interna en la Alemania nazi

En su último filme, "Good", el actor interpreta a un profesor que coquetea con el nacionalsocialismo. La cinta se presenta en el Festival de Cine de Río de Janeiro.

A pesar de su amplio registro interpretativo, Viggo Mortensen parece afín a personajes de interioridad torturada y enfrentado a situaciones límite. Fue el caso de "Promesas del este", "Una historia violenta" y ahora es el de "Good", el filme que está presentando en el Festival de Cine de Río de Janeiro.

Dirigida por el brasileño Vicente Amorim, el filme que se muestra mañana en la ciudad carioca lo trae de vuelta como un profesor en la Alemania nazi, en 1930. En entrevista, Mortensen explicó el desafío de interpretar a Halder, un profesor que experimenta la ascención del mal. "Halder es un hombre regular, un hombre bueno, que al final por todas las elecciones que hace se convierte en un nazi, con uniforme y todo", explicó sobre el personaje que se aleja de los suyos para sucumbir a los lujos y la ostentación que los nazis le ofrecían", explicó durante el festival carioca.

Sin embargo, como él mismo indicó, no se trata de una película sobre los alemanes de esta época y todos los prejuicios que se tienen sobre ellos, "sino de gente que toma decisiones y se equivoca cada día", en una demostración de que "las pequeñas decisiones son las que le pueden cambiar la vida a uno".

La historia es una adaptación de la obra de teatro de C.P.Taylor, que Mortensen vio por primera vez en 1981 en Londres, a donde había viajado para realizar una prueba en sus inicios como actor.

Desde el primer contacto con la pieza, Mortensen se dio cuenta de que era una historia diferente y atemporal, y puso como ejemplo la situación en Estados Unidos y Reino Unido en los años ochenta con Margaret Thatcher y Ronald Reagan a la cabeza, así como la invasión de las Islas Malvinas.

Sobre ello hizo hincapié en que, a pesar del paso de los años, hoy en día el mundo sigue manteniendo problemas de amplia importancia, como la crisis financiera que afecta todo el orbe.

De esa manera, dijo, se demuestra "que las cosas cambian, pero en el fondo no cambian tanto"; eso sí, la historia podría ser diferente "si la gente prestara atención a sus decisiones", enfatizó.

El profesor Halder, personaje de Mortensen en "Good", refleja la búsqueda constante del actor por papeles que le enseñen cosas y que, al mismo tiempo, le den miedo a interpretarlos por el desafío que representan, y por "no saber cómo va a salir la cosa, como es en la vida".

En Halder "hay cierta inocencia al principio, pero llega un punto en el que él puede decir que esto no está bien y no lo hace así, a lo mejor por orgullo o por ego, como hacemos a veces", señaló.

La manera "íntima y personal" de contar la historia se debe a la dirección de Amorim, con quien Mortensen se encontró hace tres años cuando, después de toda una tarde de charla en un bar brasileño de Los Angeles, se trabó la complicidad que da riqueza a la cinta por la actuación del protagonista, su visión estética y su dedicación.

La elección de Amorim como director por parte de la productora vino dada, como el propio cineasta explicó, porque "buscaban a alguien que no fuese europeo y que tuviese un enfoque poco común sobre la época, lejos de ideas preconcebidas".

Preguntado sobre si la película tiene connotaciones políticas, Amorim respondió que "todas los filmes tienen un trasfondo político, hasta los que se dicen apolíticos".

Recordó también la definición de Jason Isaacs (productor ejecutivo de la película e intérprete del judío Maurice, el mejor amigo de Halder), para quien "Good" es un "thriller ético" porque se trata de una reflexión íntima sobre elecciones políticas y personales.

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