El tirón de orejas de la Fiscalía Nacional Económica a la marca de comida de mascotas Royal Canin

La marca Royal Canin es la más vendida en el sector premium de alimentos para mascotas.

Inició una investigación en su contra por fijación de precios y aunque la cerró sin sanción, de todas maneras le envió un mensaje al mercado y a esta marca en particular respecto a su conducta frente a la competencia.


La Fiscalía Nacional Económica (FNE) envió una seria advertencia a la industria de los alimentos para mascotas y especialmente a la marca de origen francés Royal Canin, que hoy pertenece al grupo estadounidense Mars, para evitar eventuales infracciones a la libre competencia en este creciente mercado, que hoy en Chile mueve más de US$2 mil millones anuales.

Esto, tras detectar el intento de esa marca de aplicar un esquema de fijación de precios mínimos de reventa que, finalmente, no prosperó, según indica una resolución del pasado 9 de mayo.

La investigación partió por una denuncia a la FNE en diciembre del 2018 del entonces diputado frenteamplista Renato Garín, quien acusó supuestas prácticas anticompetitivas en el rubro de los alimentos para mascotas. Sólo dos meses después, ingresó una consulta a través de la página web de la FNE señalando que una de las principales empresas proveedoras de este rubro estaría exigiendo a tiendas minoristas vender sus productos “sobre un precio determinado, bajo la amenaza de terminar con los descuentos pactados en caso de incumplimiento”.

“En fase de admisibilidad no se encontraron antecedentes indiciarios de una eventual colusión o práctica concertada respecto de los alimentos para mascotas vendidos en el canal supermercados. Sin embargo, tras las primeras diligencias, se detectaron indicios de posibles fijaciones de precios mínimos de reventa en el mercado de alimentos para mascotas comercializados en clínicas veterinarias y tiendas especializadas”, cuenta el informe de la FNE. Esto llevó a que en abril del 2019 se iniciara una investigación reservada a este mercado.

“Se comprobó que durante 2017 y 2018 ejecutivos de la empresa Importadora, Comercializadora y Distribuidora Royal Canin Chile Ltda. (“Royal Canin”) intentaron establecer una política de fijación de precios mínimos de reventa respecto de un número acotado de tiendas de mascotas con venta online”, añade.

Sin embargo, se recomendó al Fiscal archivar la causa y no no interponer un requerimiento debido a que la restricción vertical se intentó realizar sobre una marca con alcance limitado y sólo a algunos canales de venta; y que esta imposición no se logró llevar a cabo de manera eficaz, lo que se ratifica con el comportamiento de los precios en el periodo analizado.

Cuando la compañía quiso aplicar esta idea contaba con una participación cercana al 30% del mercado, según la FNE, pero la intentó sólo con 13 de sus clientes, que en conjunto representaban menos del 18% de sus ventas.

La FNE de todos modos continuó con la investigación debido a la gravedad de la infracción en que podía incurrir la empresa. “La imposición de una restricción vertical del tipo precio mínimo de reventa es de especial gravedad en mercados donde la competencia es en precios con productos diferenciados, por la potencialidad que tiene en limitar la competencia intermarca y con ello también la competencia intramarca”, explica en su informe. Los investigadores interrogaron a los dueños de las tiendas afectadas y sólo uno admitió que había aplicado la restricción, pues los demás habían dejado el rubro, no trabajaban con Royal Canin o simplemente no aplicaron la idea pese a laos incentivos o amenazas.

La revisión de la evidencia documental, entre la que se encuentran las comunicaciones entre Royal Canin y sus distribuidores durante casi dos años, junto a un test empírico de precios realizado por la propia FNE dieron cuenta de que “la implementación del denominado proyecto de alineación de precios no habría sido eficaz”, asegura.

Un mercado de alta gama

Según datos de Euromonitor, la industria de los alimentos para mascotas en 2019 alcanzó los US$762 millones, pero ha crecido de forma acelerada, pues calcula que este año llegará a US$1.426 millones y que no detendrá su incremento hasta superar los US$2 mil millones en 2029. El 99,5% del rubro está destinado a perros y gatos.

Durante los años que se habría llevado a cabo la restricción de Royal Canin, entre 2017 y 2019, esta industria creció cerca del 7%.

Estos alimentos se distinguen por calidad, marca o precio, entre productos económicos, mainstream, premium o super premium, dependiendo de la cantidad y calidad de la proteína utilizada, su marca y su precio. Según el informe de la FNE, en 2019 la categoría económica representaba un 13% de las ventas, la mainstream un 71% y la premium y super premium, un 16%, aunque es esta última la que experimentó un mayor crecimiento en ventas, con un 20% entre 2017 y 2019.

Por canal de ventas, se expenden en supermercados (48%), canal tradicional (33%), tiendas de mascotas (7%), clínicas veterinarias (6%), tiendas de mejoramiento del hogar (3%) y comercio online (3%). En particular, el comercio online destaca por ser un canal que, si bien en 2019 representaba una pequeña porción de las ventas, muestra un crecimiento anual muy por sobre el resto de los canales; de hecho, entre 2017 y 2019, las ventas a través de este canal crecieron un 73%.

Los productos premium y super premium, objetivamente de calidad superior debido a sus componentes y nutrientes, se venden casi exclusivamente en tiendas especializadas y clínicas veterinarias, y su público objetivo, dadas las cualidades del producto y las recomendaciones de los profesionales expertos, “muestra un alto grado de fidelidad”, dice el informe.

Y es en este segmento de alto precio donde Royal Canin lidera en participación de mercado con un 29,7%, seguido por Purina Pro Plan (de Nestlé) con 27,7%, Eukanuba (9,3%), Hill’s (8,1%), Bil-Jac (4,2%) y otras marcas (10,7%), según datos citados por el informe de 2018.

Dado estos antecedentes, la FNE en su resolución de cierre del caso, señala que dada su labor de promoción de la competencia, “y en especial consideración al potencial anticompetitivo que puede tener la fijación de precios de reventa”, advirtió a Royal Canin y el resto de las empresas del rubro que “debieran ser explícitas en indicar a sus comercializadoras que los precios sugeridos son una mera referencia, y que éstos tienen absoluta libertad para fijar el precio final de venta a sus clientes”.

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