Por primera vez en el mundo, recién nacidos recibirán vacuna en estudio para virus sincicial creada por científicos chilenos

Imagen referencial. Foto: Reuters

Vacuna estaría lista en 2025 y podría convertirse en la primera contra el VRS y la primera generada en Chile. Inmunizante será evaluado en casi 300 menores de Santiago y Puerto Montt, para medir su seguridad y capacidad de inducir una respuesta inmune efectiva ante el virus.


Según estudios el Virus Respiratorio Sincicial (VRS), constituye una importante carga para la salud, ya que causa millones de hospitalizaciones en niños menores de cinco años en todo el mundo debido a las infecciones agudas del tracto respiratorio inferior que produce.

El Informe de Circulación de Virus respiratorios del Instituto de Salud Pública de Chile (ISP), de la semana n°19 de 2022, muestra que de los casos positivos detectados el VRS fue el virus detectado con mayor frecuencia (36,6%) esa semana en el país, y el grupo de edad más afectado fue el de 1 a 4 años.

Otra investigación de 2013, realizada por el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII), en conjunto con la Universidad Católica, mostró que este virus, además de ser la principal causa de enfermedad respiratoria en los lactantes de todo el mundo, produce alteraciones neurológicas, como convulsiones y ataxia, que pueden generar un deterioro del aprendizaje.

Pero aunque aún no hay vacunas disponibles autorizadas para prevenir este virus a pesar de las décadas de investigación, esta realidad podría cambiar en poco tiempo gracias al trabajo de casi dos décadas de Alexis Kalergis, académico de la UC, director del IMII y creador y desarrollador de la que podría convertirse en la primera vacuna contra este virus en el mundo en ser aplicada en recién nacidos y la primera generada en Chile. Su trabajo va tan avanzado, que en el segundo semestre comenzará la segunda fase de su estudio clínico para probar la vacuna.

De obtener resultados exitosos y pasar a la fase 3 y última del ensayo clínico, se espera que la vacuna pueda llegar a ser usada por la población infantil en un plazo de tres a cuatro años (que es el tiempo que se demoraran siempre los procesos de investigación) “siempre y cuando los resultados sean positivos y se cuente con el financiamiento necesario”, explica Kalergis.

Dr. Alexis Kalergis

En 2017, 24 adultos participaron en la fase 1 del estudio que midió su seguridad en humanos, resultados que, al igual que los obtenidos en los estudios preclínicos “han demostrado que la vacuna es segura e inmunogénica”, añade el investigador.

Ahora, la investigación se enfocará en los recién nacidos, porque son la población objetivo de esta vacuna. Ya que la meta principal de esta inoculación es entrenar al sistema inmune desde muy temprano en la vida, de manera que cuando la persona se enfrente al virus, lo haga con un sistema inmune debidamente preparado “y esa vacuna proteja y evite la enfermedad”, comenta Kalerigis.

Alerta Sanitaria
Foto: Agencia Uno

Para los pediatras, el virus sincicial es la infección más importante que no está actualmente protegida por vacuna, y contar con la protección adecuada evitaría tener un brote que cada año genera urgencias llenas, gran gasto económico y costo familiar “y que genera bronquitis obstructivas recurrentes en niños que tienen un componente genético para eso”, explica la Dra. Katia Abarca, investigadora UC responsable de la ejecución del ensayo clínico.

Pablo González, investigador asociado del IMII, académico UC, y parte del equipo investigador, dice que esta vacuna “es la única contra el virus respiratorio sincicial dirigida a población pediátrica desde el nacimiento. Otras aproximaciones abordan población infantil que lo más probable es que ya haya estado expuesta al virus, o bien a la vacunación de mujeres embarazadas, las cuales sólo pueden transferir a los neonatos una inmunidad transitoria que se desvanece rápidamente en el tiempo”.

Fase 2 en recién nacidos

Recientemente fueron concluidos dos estudios en colaboración con la Universidad Estatal de Iowa, Estados Unidos, que evaluaron la vacuna chilena en cerca de cien bovinos recién nacidos, y los resultados mostraron que no hubo evidencia de enfermedad potenciada por la vacuna después de la exposición a la inoculación, “lo que sugiere que la vacuna es segura para su uso en recién nacidos”, explicó el estudio.

Estos resultados, y de conseguir los permisos restantes de los comités de ética y el ISP, alientan el inicio el segundo semestre de esta fase 2, que se extenderá por más de un año, y comprenderá una población estimada de 300 recién nacidos de Santiago y Puerto Montt. El estudio busca seguir midiendo la seguridad del inmunizante y su capacidad de inducir una respuesta inmune efectiva ante el virus, de forma que pueda proteger a los niños durante los brotes invernales.

La actual etapa se enfocará específicamente en los recién nacidos, ya que son los lactantes menores de un año, la población que más se infecta y tiene mayores complicaciones, “por lo tanto necesitamos que la protección sea muy precoz”, recalca la Dra. Loreto Twele, pediatra infectóloga, jefa servicio pediatría del Hospital de Puerto Montt, docente de la U. San Sebastián, y quien estará a cargo del área clínica del estudio en la región.

Además, la idea de esta vacuna no es esperar a los dos, cuatro o seis meses para inocular a los más pequeños, y tampoco buscan hacer mayores cambios del programa actual de inmunizaciones.

El grupo a estudiar deberán ser recién nacidos sanos de término (sobre las 37 semanas de gestación), y que tanto la madre y el padre aceptan voluntariamente participar en el estudio, y serán criterios de exclusión que la madre tenga alguna enfermedad crónica como por ejemplo el VIH, y que nazca con alguna complicación.

Los beneficios de participar en esta investigación, según explica Twele, es que los lactantes recibirán la misma vacuna contra la tuberculosis (vacuna BCG) que reciben todos los recién nacidos dentro de las primeras 48 horas de vida, pero en este caso será una vacuna recombinante, o sea que tiene el material genético del VRS inserto, “y por lo tanto, va a producir la protección contra la tuberculosis que es la razón por la cual se pone la BCG y además, generaría anticuerpos que van a proteger al recién nacido contra el virus respiratorio sincicial”.

En cuanto a la duración del estudio, Susan Bueno, investigadora del IMII, académica UC y parte del equipo investigador, dice que esperan que en el plazo de seis meses desde iniciado el enrolamiento de los voluntarios se cuente con los primeros datos de seguridad. “Creemos que durante el primer año tras iniciadas las vacunaciones podremos tener datos consolidados del efecto de la vacuna en niños recién nacidos”.

La vacuna en un futuro también podría ser pensada para la población de adultos mayores, quienes también hacen infecciones graves por VRS, pero “habría que hacer estudios de seguridad en esta población” ya que uno no puede extrapolar los resultados de estudios realizados en otro grupo etario, señala Katia Abarca.

“Estamos confiados que nuestra vacuna sería un excelente mecanismo para agilizar la protección inmunológica de la población infantil contra este patógeno y que podría aportar significativamente en la salud pública de nuestro país”, señala Kalergis.

Vacuna recombinada

La vacuna que se utilizará en el estudio es una vacuna recombinada a partir de la BCG (bacilo de Calmette-Guérin) que se coloca a los recién nacidos para prevenir la enfermedad de la tuberculosis.

Una recombinación que ya fue testeada en animales recién nacidos y también en humanos sanos en las fases del ensayo clínico anterior y en estudios previos, “y en todos ellos se demostró que la vacuna no produce VRS, no produce alteraciones pulmonares, que se benefician a las personas, que generan anticuerpos y que protege contra la infección”, dice Twele.

La pediatra infectóloga, también explica que hoy sólo protegemos a los lactantes a través de anticuerpos monoclonales, “que son anticuerpos contra el VRS que se los ponemos solo a los recién nacidos en riesgo como son los prematuros, los cardiópatas, etc.”. Por lo tanto, hacer una recombinación con una vacuna que se pone desde las primeras horas de vida, “el beneficio sería gigantesco”.

De salir todo bien y que los ensayos sean exitosos, se podría pensar en un futuro en sustituir la BCG normal por la BCG recombinada, y así en una sola vacuna tener protección contra una bacteria y un virus

Por eso en el estudio, queremos que se mantenga esa protección (contra la tuberculosis) y que además se agrega la protección contra el VRS”, explica Abarca.

Los resultados se considerarán exitosos si se comprueba que la vacuna es segura e induce una respuesta inmune específica contra el Virus Respiratorio Sincicial. “El obtener estos datos es fundamental para avanzar a la fase científico clínica 3″ que determinará la eficacia, es decir, si la vacuna previene o disminuye la enfermedad, dice Bueno.

Mientras no esté disponible la vacuna contra el VRS “debemos mantener las medidas de prevención del contagio, sobre todo con los niños menores de 1 año” quienes son más susceptibles a desarrollar cuadros severos por la infección con el sincicial, reitera la investigadora.

¿En qué consistirá el estudio?

Antes que comience el ensayo clínico el segundo semestre, los investigadores contactarán a madres embarazadas en diferentes consultorios y centros médicos de los hospitales participantes y se les contará acerca del estudio para invitarlas a participar.

Esta fase 2 consistirá en evaluar a los recién nacidos desde antes, durante y después que se les coloque las vacunas. “Previo a la vacunación, se realizarán exámenes clínicos y de laboratorio que descarten cualquier enfermedad de base que podrían afectar los resultados de seguridad y respuesta inmune”, explica Susan Bueno

“Los vamos a pesar, medir, le vamos a tomar una muestra de sangre para saber que su sistema inmune es adecuado, luego van a recibir la vacuna, que también los protegerá contra la tuberculosis, porque los niños igual van a recibir la vacuna del BCG, solo que la recombinante y después los vamos a seguir por 6 meses.

El seguimiento será para ver cómo evolucionan los lactantes, cuántos desarrollan sincicial o algún síntoma respiratorio, “y vamos a tomar algunas muestras de sangre en los meses siguientes justamente para medir la cantidad de anticuerpos que genera” añade la encargada del ensayo en Puerto Montt.

A través de las evaluaciones se buscará medir tanto la seguridad como la inmunidad.

La seguridad, se medirá a través de un seguimiento muy cercano de todos los eventos adversos que puede presentar el bebé. Para eso, se comenzará con una muy rigurosa capacitación a los padres y/ tutores, haciendo entrega de un cuadernillo donde deberán ir registrando lo que se pida en forma diaria.

La inmunidad, que se refiere a cómo responde la persona contra el componente de BCG y el componente de VRS, se medirá con las muestras de sangre, que serán en el menor volumen posible, que no pondrán en riesgo a los lactantes.

Así, los menores, tendrán un seguimiento médico garantizado por 6 meses, en el cual ante cualquier evento respiratorio van a ser evaluados por los médicos, se le realizarán exámenes de sangre de manera periódica, (los justos y necesarios para medir la inmunidad y para también ver la evolución del paciente), y será un beneficio para los participantes ya que “voy a tener un equipo médico pediátrico que me va a estar siguiendo por seis meses y eso es un beneficio importante”, añade Twele.

Este estudio clínico, “es un beneficio para nuestra población, por lo tanto estamos muy orgullosos de que este tipo de ensayos se lleven a cabo en Chile” además, las personas luego de las vacunas del Covid cada vez entienden mejor de qué tratan los ensayos clínicos concluye la especialista.

“Nuestra esperanza es que la nueva vacuna sea igual de bien tolerada como lo es la BCG, y es lo que nos pasó en el estudio de adultos en fase 1, no tuvimos diferencias”, explica Abarca.

Aporte privado

Para poder llevar a cabo los estudios para la vacuna contra el VRS los investigadores consiguieron el apoyo de CORFO, y actualmente “contamos con el valioso apoyo del Grupo Angelini, quienes han asumido el compromiso de permitir la ejecución del estudio científico-clínico fase 2 para nuestra vacuna”, cuenta Kalergis.

Roberto Angelini, presidente de Inversiones Angelini, comentó acerca de la motivación para realizar este aporte, “hoy, más que nunca, debemos apoyar la investigación científica para abordar los grandes desafíos que enfrenta la humanidad. Por ello, estamos colaborando con el doctor Kalergis en el desarrollo de una vacuna contra el virus sincicial, una grave enfermedad que afecta a miles de niños y personas mayores en todo el mundo. De esta manera, esperamos contribuir a hacer posible un importante avance de la ciencia. Es una apuesta que conlleva la esperanza de salvar muchas vidas”.

Además, Kalergis plantea que en un futuro contar con la colaboración de un laboratorio internacional sería bienvenida para agilizar la llegada del producto a la población nacional y mundial, “pero estamos abiertos a varias alternativas”.

En cuanto al Ministerio de Salud, el investigador principal, señala que “antes de pandemia estábamos en proceso de revisión de los convenios y ya sostuvimos una reunión de actualizar ese convenio (con el Ministerio)”. Asimismo, “creo que es importante que la ciencia chilena dé espacio a tecnologías que puedan estar al servicio público”, concluye.

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