El poder de la vacuna contra la tuberculosis: ¿revacunación protegería frente al Covid-19?

Desde hace tiempo se conocen algunos estudios en los que se muestra la capacidad protectora de esta vacuna frente a otros patógenos que no son la bacteria de la tuberculosis, incluso, frente algunos virus. Nuevos estudios en desarrollo sugieren que esta inoculación reactiva la memoria inmunología de las personas, protegiendo contra el coronavirus.


Un grupo de investigadores de la Universidad Católica de Chile y del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia, IMII, liderado por el Alexis Kalergis, e integrado por los académicos de la Universidad Católica: Susan Bueno, Camila Covián y Angello Retamal, recientemente publicaron dos trabajos en la revista especializada Frontiers in Immunology. En ellos los especialistas sugerirían un posible efecto beneficioso de los programas de inmunización con la vacuna BCG (Bacillus Calmette-Guérin) -utilizada para combatir los casos de tuberculosis- como protección frente al coronavirus humano. Los análisis presentados en este trabajo de investigadores chileno sugieren la importancia de evaluar científicamente el posible efecto benéfico de la BCG contra el Sars-CoV-2 por medio de estudios clínicos.

Además, las observaciones presentadas en esta publicación por los investigadores nacionales, se basan en datos públicos que sugieren que los países que utilizan la BCG presentan, en general, un menor número de casos por millón de habitantes, en comparación con aquellos que no la utilizan.

Este fenómeno podría deberse a la inmunidad entrenada que induce esta vacuna en las personas y que consiste en la capacidad de las células inmunes innatas para actuar con cierta programación inmunológica. Por lo tanto, los científicos plantean que este tipo de inmunidad podría ser favorable como estrategia de inmunización contra el Sars-CoV-2.

Sin embargo, los académicos plantean que otros factores podrían también influir en los índices que se discuten, como por ejemplo la frecuencia de los diagnósticos, el nivel socioeconómico y la tasa de contagio en los países analizados.

“Estudiamos el número de casos positivos y fatalidades en diferentes países y los correlacionamos con la inclusión de la vacuna BCG al nacer en sus programas nacionales de inmunización. Curiosamente, aquellos donde esta se administra reportan una tasa de contagio más baja y una menor cantidad de fallecimientos relacionadas con Covid-19”, explica Alexis Kalergis.

El académico de la Universidad Católica agrega que “esto sugiere que esta vacuna puede inducir inmunidad entrenada, la cual podría otorgar cierto nivel de protección para el Sars-CoV-2 y disminuir la probabilidad de infección. Se ha demostrado que este tipo de inmunidad confiere protección contra una amplia variedad de patógenos, incluidas bacterias, hongos, virus y protozoos”. Sin embargo, esta hipótesis debe ser evaluada científicamente por medio de estudios clínicos. Como consecuencia, existen actualmente más de diez estudios clínicos en el planeta para evaluar si acaso la BCG común puede proteger contra el Covid-19.

Estos datos sugieren un papel crucial para esta vacuna en el desarrollo de memoria inespecífica contra otros virus respiratorios, como Sars-CoV-2. Sin embargo, el fenotipo “entrenado” dura un tiempo limitado, lo que sugiere que este tipo de inmunidad desarrollada al nacer podría no ser capaz de proteger a los adultos contra infecciones posteriores. Por lo tanto, los investigadores del Departamento de Genética Molecular y Microbiología, Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica sugieren que la vacunación con BCG podría re-activar la inmunidad entrenada de una manera más fuerte en comparación con la primera inducción

Modelos experimentales

El Dr. Alexis Kalergis comenta que, en un modelo experimental de infección viral por fiebre amarilla, la inducción de inmunidad entrenada reduce los niveles de viremia o ingreso de un virus en el torrente sanguíneo.

“Además, se ha demostrado que la vacuna BCG es efectiva para prevenir infecciones agudas del tracto respiratorio superior en los ancianos y se asocia con una reducción del asma y la atopia en adultos”, resalta Kalergis.

“La vacuna BCG ha demostrado su inmunogenicidad y seguridad, por lo que se ha utilizado durante casi 100 años en humanos. Además, puede conferir protección independiente del antígeno contra una amplia variedad de patógenos”, destaca Kalergis. Dos ensayos clínicos diferentes. agrega, respaldan la idea de que la revacunación con BCG induce una activación más fuerte de la protección cruzada no específica asociada a esta vacuna.

El primer ensayo clínico realizado entre 1935 y 1947, evidenció que la revacunación de los niños disminuía progresivamente su mortalidad general. La primera vacuna lo redujo solo en un 3%, pero lograron un 47% de reducción de la mortalidad en los niños después de la tercera revacunación.

Otro ensayo clínico realizado en Guinea-Bissau también demostró una disminución de la mortalidad en niños revacunados, con una reducción del 64%.

Tratamiento antiviral efectivo

Las vacunas estimulan la activación de la respuesta inmune adaptativa y el desarrollo de la memoria inmunológica. Sin embargo, uno de los mayores problemas de la pandemia producida por el SARS-CoV-2 es la ausencia de un tratamiento antiviral efectivo o una vacuna, el cual pueda contrarrestar la respuesta inflamatoria e incluso el daño agudo severo a los pulmones.

Para el desarrollo de una vacuna, es necesario conocer la estructura del patógeno contra el cual está diseñada la formulación, así como los componentes inmunogénicos, como los adyuvantes. Sin embargo, el desarrollo de una nueva formulación y ensayos preclínicos y clínicos puede llevar una cantidad significativa de tiempo.

Tomando en cuenta su seguridad como vacuna en grandes poblaciones, BCG podría considerarse por su amplia disponibilidad y bajo costo como una buena estrategia para el desarrollo de inmunidad entrenada y protección contra nuevos patógenos.

Actualmente, la capacidad de inmunidad entrenada inducida por BCG para proteger contra Covid-19 se está evaluando en más de diez ensayos clínicos. Uno se está llevando a cabo en Holanda, involucrando a 1,500 participantes y 147 trabajadores de la salud que serán vacunados, y otro en Australia con 4.000 participantes y 148 voluntarios que serán vacunados.

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