“Un resultado sorprendente”: Ningún paciente con Covid que tomó píldora de Pfizer murió por esta enfermedad

Fabricación de sus píldoras antivirales experimentales Covid-19, Paxlovid, dentro de su laboratorio en Friburgo, Alemania. Foto: AFP

La compañía farmacéutica estadounidense presentó los resultados de la eficacia de su nueva píldora antiviral contra el Covid-19, la que fue probada en más de 2.000 pacientes. Sólo el 0,7% de los que ingirió el fármaco tuvo que ser hospitalizado. En cambio, seis de los que tomaron el placebo murieron.


Cuando el mundo todavía se encuentra en la lucha por frenar los contagios por coronavirus y una nueva variante amenaza con ser la dominante, un puñado de nuevos tratamientos podrían ser de gran ayuda para el sistema de salud en el futuro.

Paxlovid es el nombre del antiviral oral contra el virus Sars-CoV-2 creado po Pfizer, que esta semana presentó los datos de la eficacia del medicamento gracias a las cifras que arrojó su último ensayo clínico.

Los resultados del estudio mostraron que el tratamiento vía oral tiene una eficacia cercana al 90% en la prevención de hospitalizaciones.

Además, datos recientes del laboratorio sugieren que el medicamento -que se toma con otro antiviral llamado ritonavir- cada 12 horas durante cinco días, comenzando su administración hasta cinco días después de la aparición de los síntomas- también conserva su eficacia contra la variante de preocupación Ómicron.

El estudio contó con 2.250 personas no vacunadas, todas ellas con al menos un factor de riesgo asociado a una mayor gravedad del Covid-19, como obesidad, diabetes e hipertensión, y mostró que solo el 0,7% de los pacientes que recibieron Paxlovid tuvieron que ser hospitalizados, e incluso no se registró ninguna muerte.

Al contrario de las personas tratadas con placebo (y con el tratamiento convencional) donde 6,5% tuvo que ser hospitalizado y se registraron nueve fallecimientos durante el mes del ensayo.

Prometedores resultados que coinciden con datos preliminares del laboratorio publicados a principios de noviembre.

“Es un resultado sorprendente”, dijo en una entrevista el director científico de Pfizer, Mikael Dolsten. “Estamos hablando de una asombrosa cantidad de vidas salvadas y hospitalizaciones prevenidas. Y, por supuesto, si implementan esto rápidamente después de la infección, es probable que reduzcamos la transmisión drásticamente”, agregó.

Ricardo Soto-Rifo, director del Programa de Virología, Instituto de Ciencias Biomédicas Facultad de Medicina U. de Chile, dice que además de que este medicamento tendría un efecto significativo en la reducción del número de personas manifiesten una enfermad grave y que claramente también ayudaría a que el sistema de salud no colapse, hay que tener muy claro que es un medicamento complementario.

Paxlovid, una píldora de Pfizer contra la enfermedad del coronavirus Foto: Pfizer/Handout via REUTERS

“Hasta el momento no hay ningún tipo de intervención farmacológica que demuestre que funcione por si sola, y que puede prevenir la trasmisión, sabemos que tenemos que ocupar mezclas, o sea mascarillas, distanciamiento físico, ventilación y las vacunas” agrega.

“Estos medicamentos (como Paxlovid) son complementarios al uso de vacunas que es la estrategia más importante para evitar infecciones. Nos complementan el arsenal terapéutico disponible para tratar esta grave infección respiratoria” explica el Dr. Carlos Pérez, Infectólogo Clínica Universidad de los Andes y decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Universidad San Sebastián.

El factor tiempo, sería uno de los limitantes del uso de estos antivirales, ya que deben ser administrados tempranamente, sino, no se tiene mayor efecto, esto es lo mismo que ocurre con otros medicamentos contra infecciones respiratorias como el utilizado para el virus de influenza que debe ser administrado dentro de las primeras 72 horas, “pero es una muy buena noticia contar con antivirales y especialmente de uso oral” señala el doctor Pérez.

Soto-Rifo, también dice que no debe malentenderse la función de este medicamento, sobre todo en personas antivacunas que piensen que por la aparición de esta píldora ya no sea necesario vacunarse, ya que hay que entender que son dos armas diferentes. “La vacuna es profilaxis, es preventivo y entrena a tu cuerpo por si alguna vez te enfrentas al patógeno, en cambio el antiviral es para tratar, por eso tiene un margen limitado de tiempo (de uso)”.

Pfizer ya envió los datos a la FDA el mes pasado, solicitando una autorización de uso de emergencia (en Estados Unidos) del medicamento.

“Estos son resultados muy emocionantes”, dijo a Reuters el Dr. Paul Sax, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard. Quien también señaló que la FDA debería intentar acelerar el proceso de autorización tanto como sea posible, ya que hay opciones de tratamiento muy limitadas para las personas de alto riesgo fuera del hospital.

Además de que estos resultados son una muy buena noticia, el infectólogo cuenta que esta nueva píldora se vendría a sumar al antiviral Molnupiravir, de las farmacéuticas estadounidenses Merck, Sharp y Dohme y Ridgeback Biotherapeutics, que también actúa por vía oral y dentro de los primeros 5 días del inicio de los síntomas, pero que sin embargo solo redujo las hospitalizaciones y muertes en su ensayo clínico de pacientes de alto riesgo en alrededor de un 30%.

El tratamiento de Pfizer funciona de manera diferente. Es parte de una clase de medicamentos llamados inhibidores de la proteasa que se usan actualmente para tratar el VIH, la hepatitis C y otros virus.

Paxlovid, una píldora de Pfizer contra la enfermedad del coronavirus. Foto: Pfizer/Handout via REUTERS

Pruebas de laboratorio recientes mostraron que la actividad contra la proteasa de la variante Ómicron es tan “buena como básicamente cualquier variante preocupante del Sars-CoV-2″, dijo Dolsten.

La compañía ha dicho que puede tener 180.000 cursos de tratamiento listos para enviarse este año y planea producir al menos 80 millones más en 2022.

Dolsten añadió que Pfizer está buscando expandir aún más esa producción, ya que nuevas variantes, como la recién descubierta Ómicron, podrían aumentar sustancialmente la necesidad de antivirales.

Foto: REUTERS/Dado Ruvic/Illustration/File Photo

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