Viviendas impresas en 3D y nanopartículas: OCDE destaca al Ministerio de Ciencia como motor de innovación pública

Foto: AP

La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) lanzó una nueva herramienta que permite apoyar proyectos disruptivos, novedosos y con un alto impacto en la calidad de vida de las personas.


La propuesta chilena fue destacada por el Observatorio para la Innovación en el Sector Público de la OCDE, en el marco del Congreso 2022 Call for Innovations in Government. En esta versión, se presentaron más de 1.084 propuestas provenientes de 250 países y este Concurso de ANID fue seleccionado junto a otras 93 ideas innovadoras.

Se trata de la iniciativa diseñada por la Agencia Nacional de Investigación (ANID), y promovida por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), que busca contribuir al desarrollo y consolidación de la investigación científico-tecnológica disruptiva, novedosa, de gran incertidumbre y con un alto potencial transformador. Esto, a través de proyectos bajo la lógica de duplas de investigadores/as, apostando a que la colaboración entre científicos con trayectoria, autonomía y capacidad de resiliencia, asegura el desarrollo y conducción de un trabajo de estas características.

Para la ministra de Ciencia, Silvia Díaz, “esta selección internacional nos llena de orgullo, porque como gobierno nos hemos comprometido a impulsar y promover iniciativas que favorezcan el desarrollo del país y nadie puede quedar fuera de este desafío. Este es un espacio para aquellos proyectos con ideas muy interesantes, pero con metodologías o planteamientos arriesgados y poco convencionales, que son descartados en el proceso de evaluación tradicional. Desde ahí podemos encontrar soluciones transformadoras y de alto impacto para problemas tanto complejos como cotidianos pero, también, impulsar miradas innovadoras en el desarrollo de la CTCI”.

La subsecretaria de Ciencia, Carolina Gainza, destacó este importante reconocimiento, que , de acuerdo a sus palabras, permite avanzar hacia la exploración de las fronteras del conocimiento que es el objetivo de estas iniciativas, ayuda a empujar los límites en todas las áreas del conocimiento y así investigar temas sobre los cuales no nos hacemos preguntas. “El conocimiento crece a partir de nuevos descubrimientos, de la creación de nuevos conceptos y teorías y ese es precisamente el objetivo de los proyectos de exploración e investigación”, agregó.

Silvia Díaz, ministra de Ciencia. Foto: La Tercera

Esta convocatoria, lanzada como piloto durante julio de 2022, se estructuró bajo cuatro principios que le dieron el un sello distintivo, respecto de otros instrumentos actualmente disponibles, como: alta novedad científica, con planteamientos e ideas precursoras, que puedan aportar nuevos paradigmas; incertidumbre, con propuestas que requieren ser abordadas con procesos y metodologías altamente novedosas o poco convencionales; potencial transformador: posibilidad de crear resultados significativos, con impacto que modifique de manera importante el estado de un campo de estudio, ampliando la frontera del conocimiento; y alta retribución pudiendo generar efectos positivos en el ámbito social, económico, cultural, artístico, ambiental, tecnológico, sanitario u otros, que puedan lograr impactos locales, nacionales o internacionales, y observables en el corto, mediano o largo plazo.

La directora nacional (s) de ANID, Alejandra Pizarro, manifestó que “se tomó la decisión de diseñar una convocatoria pensando en duplas, debido a las características que exige este tipo de proyectos, pues se considerará como un potencial dentro de la formulación de la propuesta la posibilidad de que sus integrantes se complementen, aumenten los desafíos y contribuyan al éxito de la investigación. De esta manera, se configura una estructura de trabajo que proporciona el respaldo y el apoyo necesario para afrontar la incertidumbre propia de este tipo de proyectos”, aclaró.

El concurso Proyectos de Exploración comenzó a idearse en 2017, al observar distintos modelos internacionales de financiamiento público para el desarrollo de las ciencias, como sucede en Canadá, Suiza, Japón, entre otros, modelos que fueron adecuados a la realidad chilena luego de un proceso de socialización con investigadores, académicos, universidades, que duró más de un año.

Con la creación de la Unidad de la Coordinación Científica el año 2020 en la Subdirección de Proyectos de Investigación de la ANID fue posible realizar el análisis para determinar las necesidades del sistema de CTCI de nuestro país. Junto con dar inicio a la socialización de los instrumentos a investigadores e investigadoras, además de incorporar la revisión de los datos históricos de los instrumentos de Fondecyt.

Foto: Centro de Investigación: Dinámica de Ecosistemas

Este análisis participativo, reveló la existencia de una importante cantidad de proyectos con ideas muy interesantes, pero con metodologías o planteamientos arriesgados y poco convencionales, los cuales eran descartados en el proceso de evaluación tradicional de otros concursos, pero que sí tenían posibilidades de desarrollo con una nueva herramienta.

En diciembre del año pasado se dieron a conocer los resultados del concurso: En total, se seleccionaron 30 proyectos de los 250 postulados. De ellos, seis pertenecen al área de las Artes, Ciencias Sociales y Humanidades; nueve de las Ciencias Naturales y de la Vida; nueve de las Ciencias Exactas e Ingenierías y seis de las Interdisciplinas y Transdisciplinas. Todos ellos tienen una duración de tres años.

Entre ellos se destacan proyectos como uno de reconstrucción de sitios arqueológicos, donde un equipo interdisciplinario busca reconstruir sitios arqueológicos con arte rupestre de alto valor estético es uno de las iniciativas seleccionadas; otra iniciativa apunta a la creación de viviendas, desde el diseño arquitectónico y la construcción de bloques impresos en 3D para viviendas basadas en la sustentabilidad, integración cultural y bienestar de las personas. Además también resaltan otros proyectos, como uno sobre producción de nanopartículas para la medicina, energía y minería; y finalmente un proyecto para estudiar microorganismos que transportan oxígeno en beneficio del sistema vascular.

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