Dos terrazas, dos destinos
Una recupera con estilo un bodegón juguetero y mira a una de las iglesias más singulares de la capital. La otra es de líneas sobrias y con panorama a la ciudad cómoda y moderna. Dos estrenos de temporada con la vista al frente.
Un santiago diferente
Cofa bar luce de blanco impecable y con un amoblado limpio, como dejando que las luces se hagan cargo de ornamentar. De lado a lado de su terraza se aprecia un Santiago diferente, con la cordillera de un lado y del otro, Nueva Las Condes. Un paraje que muta conforme se apaga el día y aparecen las luces. ¿Por qué no está allí Catae, el principal restaurante del hotel Renaissance? Seguro tendría mejor rating culinario. Pero a contar de esta semana, Cofa Bar promete una remozada lista de platos, acorde a la renovación estética de este espacio puesto en el piso 16 de este hotel. Algunos tragos, al cierre de esta edición, ni siquiera tenían nombre —como uno con gin, pepino, jugo de maracuyá y merkén—, pero sí precios accesibles para un lugar de ese estilo: $ 5.500. Aparte, entre sus productos hechos en casa —carne curada de cerdo, gravlax de salmón— se vislumbra el estilo de los platos que vienen esta temporada: tapas y bocados afines, que hacen juego con un espacio cuyo capital mayor está en su privilegiada vista.
Avenida Kennedy 4700, piso 16, Las Condes. Tel. 26788888.
El juego verdadero
A ratos, La Diana sigue siendo la bodega trasera de los clásicos juegos del mismo nombre. Penumbras, madera vieja que pide a gritos una lijadita y algunos rincones de aire tenebroso, como en el que cuelga la cabeza de un elefante celeste y lisérgico. Aquella propuesta es la continuación estética de La Jardín, el bar desarmable que estuvo emplazado en el Barrio Italia. Como sea, atrae, y sobre todo por una terraza fresca, amplia, grata, que regala una sorprendente vista a la iglesia de los Sacramentinos, esa copia venida a menos del Sagrado Corazón parisino. Lo que marca diferencias respecto a su antecesor es que acá hay más comida. Ok, la masa de sus pizzas sigue siendo plana e indigerible, pero en el resto hay ponderación. El cebiche ($ 6.300) apareció fresco y con sazón suave, para paladares delicados. El pulpo ($ 5.200), blando, entero y agridulce. El tono picoso lució en unas suaves Carrilleras de ternera con mayonesa al sriracha ($ 6.200), y unos Tortellini con salsa al piure ($ 7.000) reivindican a ese poderoso marisco. Aparte del servicio, que requiere afinamiento, un aporte y, sin duda, el bar del verano capitalino.
Arturo Prat 435, Santiago Centro. Tel. 26328823.
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