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Mauricio Basualto habla de su salida de Los Bunkers y presenta su nueva banda: “El cambio ha sido bueno para todos”

En su primera entrevista tras salir del conjunto en 2024, el músico detalla el momento que lo obligó a dar un paso al costado y dice sentir orgullo por la historia con sus ex compañeros, aunque aclara que no experimenta nostalgia ni ha retomado el contacto. A cambio, tiene nuevo grupo: Diagonal.

Los miembros de Diagonal (desde la izq.): el baterista Mauricio Basualto, el vocalista Nicolás Toledo, el bajista Matías Jara y el guitarrista Pablo Baño.

Mauricio Basualto (56) dice que no se acuerda de nada. La noche del 1 de febrero de 2024, estaba tras la batería de Los Bunkers tocando en La Casa del Deportista en Iquique cuando, en apenas el tercer tema, comenzó a sentirse mal.

“Y ahí no me acuerdo de nada. No tengo muchos recuerdos. Fue un momento muy blackout”, reafirma con respecto a esos segundos que cambiaron para siempre su vida y su carrera. En ese instante, el músico enfrentó un repentino problema de salud derivado de un cuadro hipertensivo con antecedentes cardíacos, lo que obligó a la banda a cancelar de inmediato su presentación, para después trasladar al percusionista a un centro médico.

Instagram de Los Bunkers.

Basualto hoy admite que recuperó la conciencia mucho tiempo después: “Tengo más o menos ido lo que fue ese día, porque no es muy entretenido cuando te pasan cosas que tienen que ver con tu salud. Yo tengo una enfermedad, una hipertensión arterial que es bastante compleja, más de lo que la gente cree, y en el fondo en ese momento me empecé a sentir muy mal. Me acuerdo que fui muy protegido por los muchachos y después desperté en Concepción. Yo lo veo como que salió todo bien. Así que me imagino que se hizo lo correcto. Y eso es lo importante”.

Tras el hecho, el quinteto postergó una serie de compromisos inmediatos, aunque tenía al menos dos con carácter de ineludibles: su retorno al Festival de Viña del Mar en ese mismo febrero y sus históricas dos fechas en el Estadio Nacional en abril. Para suplir la vacante, contactaron a la cantautora Cancamusa para que se hiciera cargo de la baquetas.

Después de meses de incertidumbre, finalmente el 22 de julio de 2024, Los Bunkers informaron a través de un comunicado que “Mauro” no seguía en las filas del conjunto de forma definitiva, poniendo punto final a un vínculo de casi 25 años. “Ha sido una decisión compleja, meditada y consensuada que, más allá de la tristeza que acarrea, hemos entendido como el paso correcto en honor a la historia del grupo, su presente y su desarrollo en el futuro”, puntualizaba el texto.

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El músico se recluyó en su natal Concepción durante meses, bajo el propósito de recuperarse. Desapareció de las redes sociales y no estuvo involucrado en proyectos artísticos. Sólo en enero de 2025 reapareció en el universo digital para contar que había iniciado un taller de batería. Fue el inicio de lo que hoy califica como un “empezar de nuevo”, el que tuvo su capítulo más significativo a principios de junio, cuando presentó su nuevo grupo, Diagonal.

Se trata de un cuarteto formado también en Concepción y que ya tiene en plataformas su primer single, Caer parados, de clara vocación pop y melódica. También está integrado por el guitarrista Pablo Baño, el bajista Matías Jara y el vocalista Nicolás Toledo. Con ellos, Basualto da esta entrevista a Culto vía Zoom desde la capital de la Región del Biobío, aunque se da el tiempo para profundizar en lo que fue su adiós de la banda que lo consagró en la escena nacional.

-¿Cómo se decidió que saliera de Los Bunkers? ¿Fue algo suyo? ¿Lo determinó la banda?

Fue una decisión concertada. Nos pusimos todo de acuerdo y se publicó lo que se publicó, y eso es lo que fue. El comunicado de prensa es lo que realmente sucedió.

-¿A usted lo dejó conforme su salida?

Conforme, sin problema. Me siento muy contento, estoy muy feliz que el proyecto del que yo me descolgué, el MTV Unplugged, esté teniendo el éxito que tiene. Tengo la mejor opinión de la banda, son compañeros, hay muchas cosas importantes, me los encuentro cuando veo sus discos en las disquerías, en la radio, no sé, es como bien bonito haber sido parte de una banda tan monumentalmente importante como Los Bunkers. Entonces, siento no sólo orgullo de lo que pasó, sino que también de haber dado un paso al margen; creo que el grupo ha seguido mejor que nunca. Hay una frase que dice: ‘alguien entró en un momento de la película y el otro salió’. Y eso es todo. Hubo un cambio y el cambio ha sido para bien, para todos.

-¿No hubo alguna posibilidad de que lo esperaran, que cuando usted se recuperara se pudiera reintegrar? ¿Le gustaría haber vuelto?

No, yo creo que hay momentos en la vida donde uno tiene que tomar decisiones y respetarlas. Y las decisiones se toman para cumplirlas. Si no, se pone complicada la cosa, y eso afortunadamente no es lo que sucedió. Lo que sucedió es que cada uno siguió su camino y estamos todos haciendo lo que nos gusta y eso es lo importante. Yo les deseo lo mejor y estoy seguro que ellos me desean lo mejor.

-¿Sigue en una buena relación con ellos? ¿La partida fue en buenos términos?

La tengo. Es que el problema nunca fue ese. Nosotros fuimos y seremos siempre una familia que convirtió la música en su trabajo, compartimos muchas cosas y esas cosas son las que importan. Eso es lo relevante. Así que todo bien, muy contento, y de verdad es bueno comenzar de nuevo, es entretenido. Tiene ciertos colores que siempre me ha gustado disfrutar.

-Me imagino que hoy es diferente comenzar de cero a cuando empezó con Los Bunkers.

Claro, tiene que ver un poco con el lado más filosófico de uno, porque yo ya no soy el mismo que cuando empecé con los Bunkers, tenía 31 años. Ahora voy a cumplir 57. Entonces, es súper diferente. Ahora los chiquillos de Diagonal son mucho más jóvenes que yo, entonces la situación tiene ciertas similitudes, pero también es otra situación. Principalmente, porque hoy las bandas enfrentan la música de otra manera.

“En ese tiempo anterior, la pelea era conseguir un sello, irse a Santiago, ahora uno las cosas las puede hacer desde acá. Y eso lo hace más entretenido todavía, porque el desafío es diferente y es más grande, y al mismo tiempo más bonito”.

-¿Le gusta lo que ha hecho Cancamusa? ¿La ha podido ver en vivo?

No, no he tenido la oportunidad de verla en vivo. No la conozco en persona, pero tengo la mejor opinión de ella como artista. Me gusta mucho su música, creo que ha sido un gran aporte al grupo y para mí ha sido un honor que ella esté ocupando un lugar que es muy importante. Es una gran baterista, además, y creo que una banda como los Bunkers se merece a una persona como ella.

-¿Le gustaría que la banda lo invitara a algún show?

Personalmente, no tengo esas preocupaciones. No soy muy bueno para... nunca lo he sido tampoco, no es que tenga que ver con esta situación, pero yo creo que si uno se cambia de casa, se cambia de casa. En una casa donde tú vivías y llega a vivir otra persona, entonces tú entregas la llave. No vuelves a esa casa.

-Pero puede volver a visitarla. O a mirarla.

Vas a tomar once, pero no a tocar. Yo vivo en Conce y aquí me siento muy protegido por la ciudad. Aquí en Conce todo el mundo me quiere, todo el mundo me pregunta cómo estoy, o sea, me siento como en mi casa. Entonces, cuando yo me refiero a mi casa, me refiero a Conce. Creo que lo convertí en mi hogar. Es el lugar donde me gusta estar. Después de haber estado en montones de partes, aquí es donde más me gusta estar.

-O sea, no hay nostalgia por la vida de antes o por lo que pudo ser.

No, puro orgullo. Me da gusto subirme a la micro y escuchar un tema donde yo toco la batería. Me pasa seguido. A Los Bunkers los tocan harto en la radio. Es divertido y me gusta. De hecho, mi esposa escucha radio en el auto y también cuando nos tocan le subimos el volumen. Es un gran ejemplo de lo feliz que me hace y me hizo todo ese tiempo.

-¿Ha estado en contacto con sus ex compañeros de grupo? ¿Lo han llamado?

No, bien poquito. Porque, en realidad, están súper ocupados. No creo que tengan tiempo para hacer muchas otras cosas. Pero ya habrá un momento de encontrarse y conversar.

Los Bunkers en el Estadio Ester Roa Rebolledo de Concepción. Foto: Javier Vergara.

-Al tener una nueva banda como Diagonal, ¿le gustaría que se notara una diferencia con el sonido de Los Bunkers? ¿Diferenciarse para que los seguidores no lo comparen?

No lo sé realmente, porque yo no soy de pensar mucho eso. La canción, cuando me la muestran, me gusta o no me gusta. El formato de trabajo de esta banda es bien colectivo, así que cuando arreglamos nuestro primer single me gustó mucho, también cómo fue grabada, por lo que lo único que quiero es que ahora la toquen en la radio. Ese es mi objetivo. Y eso hace que me guste mucho. Me entretiene estar en un grupo nuevo, porque es como que todo puede pasar.

-¿Cómo fue su recuperación en Concepción luego del problema de salud?

Siempre que he tenido problemas, y no solamente con la música, sino que también por mi larga edad he tenido momentos en la vida donde uno trastabilla, vuelvo a Concepción, porque para mí estar aquí es como empezar de nuevo. Ahora se está dando otra vez. Me recuperé bien, sané todas las cosas que tenía que sanar, me aferré mucho a mi familia, a mi esposa, y encontré a los chiquillos y decidimos armar una banda, y ya estamos listos para empezar otra vez.

“En (todo ese tiempo de recuperación), aproveché de darme tiempo para mí e hice muchas cosas que me gustan hacer. Como leer. Me reencontré conmigo también, empecé a ser mejor amigo de mí. Y eso me ayudó mucho”.

Una mañana de rock argentino

Basualto cuenta que en las clases de batería que simbolizan el inicio de su nueva vida, hoy acumula cerca de 60 alumnos, incluyendo un taller de iniciación del instrumento que imparte todas las semanas en la Municipalidad de Cerrillos, en Santiago. En contraparte, aunque sin dramatizar, reconoce que la venta de su set de percusión anunciada vía Instagram hace algunos meses no anduvo como esperaba. “En estos momentos los instrumentos no son prioridad para la gente, espero que más adelante vaya mejor”, se entusiasma.

Pero el punto más decisivo de su renovado 2025 sucedió cuando en la primera parte de la temporada llegó a la casa del músico Pablo Baño González, a quien conocía cuando este último militaba en otra banda penquista, La Julia Smith. Ahí comenzaron a compartir su pasión por el rock argentino y se pusieron a interpretar temas de Charly García. “Me dije: ‘no puede ser más bonito un día como este’”, rememora Basualto.

La humorada circunstancial precipitó una banda de covers del cancionero trasandino a la que se sumaron Matías Jara y Nicolás Toledo, bautizándose como Sin Disfraz y con la que revivían clásicos de Virus, Soda Stereo o Andrés Calamaro. Alcanzaron a tener una única presentación: en un cumpleaños.

Tiempo después, y de forma orgánica, casi sin querer, comenzaron a llegar las nuevas composiciones. Pablo Baño lo reconstruye: “Empezamos a conversar y, al hacer covers de rock latino, nos dimos cuenta que había un gusto bien marcado por cierto estilo, por lo que comenzamos a hacer canciones de forma muy natural”.

“Las canciones empezaron a salir de la nada”, se suma Nicolás Toledo. Luego sigue: “Era prácticamente improvisación, con melodías que empezamos cada uno a aportar al momento de componer. Se dio mágicamente. Dijimos ‘aquí hay algo’ y fuimos para adelante”.

Cuando se dieron cuenta de que “había algo”, se despojaron de los covers y se rebautizaron como Diagonal, en homenaje al sector del mismo nombre donde se juntaban a tocar en su tierra natal. Caer parados fue la primera cría del proceso, lo que adelanta un EP que saldrá antes de septiembre y que será masterizado por el reputado ingeniero Gonzalo “Chalo” González. A partir de ahí, proyectan las presentaciones en vivo.

“Queremos que nuestras canciones emulen la estimulación que nos generaban las canciones que tocábamos de otros. Cada canción tiene una unidad estética por sí sola, pero si tomas la estructura de cada una, hay una continuidad narrativa entre los temas que van a integrar el EP”, define Matías Jara. “Somos todos bien beatleros. Y pensamos primero en hacer música que nos guste a nosotros”, acota Baño.

En lo particular, los músicos quieren seguir la larga sombra de las bandas de Concepción que han hecho del formato canción una huella dactilar, desde Emociones Clandestinas hasta Los Bunkers. En lo general, dicen que es un buen minuto para el rock, pese al dominio popular de otros lenguajes, como la música urbana.

El mismo Pablo Baño lo estima así: “Es un súper buen momento para el rock de guitarras. La vuelta de Oasis ha sido espectacular, los chiquillos de Los Bunkers han tenido un éxito rotundo con su Unplugged, hace poco supimos que los Tres iban a grabar en Abbey Road. Todo eso es un aliciente para volver a ese tipo de rock y defender la canción de Conce. Ahora, también se pueden tomar cosas del género urbano, como el hecho de que prefieran lanzar singles, como lo estamos haciendo nosotros. No sentimos que estamos compitiendo”.

Los Bunkers sobrevuelan el léxico de Diagonal. Partiendo por lo elemental: ¿cómo es trabajar con un ex integrante de la mayor banda del siglo XXI en Chile? “Un placer”, se suman casi de forma unánime. Después, Baño profundiza: “Lo que más admiramos es el amor que tienen ellos por el trabajo, más que cualquier otra cosa. Trabajar con Mauricio es un honor y es muy entretenido, además no hay asimetría en el grupo. Todos estamos en el mismo nivel. Toda la experiencia que él nos pueda aportar, es oro”.

Basualto amplifica el elogio: “Todos somos fans de Los Bunkers, entonces eso hace que yo pueda compartir esa parte mía de también ser fan de la banda, de la que fui parte un montón de tiempo y en la que grabé un montón de discos. O sea, hoy lo veo desde afuera y compartimos eso. Eso ha hecho todo muy fácil y me hace sentir que ahora estoy pasándolo bien”.

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