Las confesiones de Joaquín Niemann: “Es algo que va a terminar pasando; un LIV en Chile se ve posible”
El mejor golfista nacional de todos los tiempos vive la temporada más exitosa de su carrera. En esta entrevista habla en profundidad sobre su madurez, entrega detalles de sus intensas gestiones para traer al país el circuito que lidera y aborda su lucha por el título con Jon Rahm y su desafío en los majors.
Con apenas 26 años, Joaquín Niemann deslumbra al mundo del golf con sus triunfos. Hoy lidera cómodamente la temporada del LIV, con tres victorias en seis fechas. La última de ellas, en Ciudad de México. Este fin de semana compite en Corea del Sur, desde donde conversa con El Deportivo sobre su espectacular presente y su prometedor futuro.
¿Imaginó un comienzo de temporada tan bueno?
Primero, estoy increíblemente feliz de ver los resultados. Pero más que eso, a mí lo que realmente me importa y me preocupa es la forma: cómo disfruto, cómo me preparo para dar lo mejor. Es cierto que terminé la semana ganando, pero yo trato de ver cómo puedo hacer algo mejor en la siguiente e ir desde ahí. Entonces, el poder tener esa chispa adentro me pone muy feliz.
¿Y el LIV alimenta más esa chispa que otros circuitos, pensando en que se juega por equipos?
Cien por ciento. Creo que el hecho de tener tres compañeros más, un equipo de trabajo detrás, que ve la logística y todo lo que va detrás más allá del golf y que también esperan resultados, a mí me motiva mucho. Me motiva poder trabajar de alguna forma para ellos. Me mantiene esa chispa.
Hace un par de años no estaba en un momento tan feliz. ¿Cuál fue la clave para salir adelante?
Mirando ahora hacia atrás, ese año creo que finalmente ha sido uno de mis mejores años porque fue donde cambió la forma en cómo me preparo. El ver malos resultados me hizo darme cuenta de muchas otras cosas, porque obviamente sufría al no ver resultados, y eso te quita cierta motivación de seguir trabajando, te quita ciertas ganas. De alguna u otra forma, no estaba tan feliz. Y me hizo volver a lo principal, que era por qué soy feliz, por qué juego golf, por qué estoy acá... Al final me hizo valorar mucho más otras cosas. Y hoy, que tengo los resultados, sigo enfocándome en las otras cosas, en las cosas simples, que creo que son las más importantes.
Es difícil en medio de un circuito tan millonario como el LIV...
Es un desafío, obviamente. Es algo que está detrás de mi cabeza. Creo que cuando he jugado mejor golf es cuando no me preocupo de nada, ni de la plata, ni de los resultados, ni nada de eso; solamente de jugar. Pero sí, creo que para mí es dejar un legado, es dejar mi nombre en distintos países alrededor del mundo; tener victorias internacionales; que los niños más chicos me vean y que se motiven. Hay muchas cosas detrás que me motivan mucho más que la plata. Es poder enfocarse en las cosas que realmente importan. La plata es algo importante en mi vida, para mi preparación, para mi estilo de vida y todo eso, pero no es lo más importante.
¿Cuánto influye su éxito en el LIV Golf para que pueda realizarse una fecha en Chile?
Cien por ciento. Creo que es algo que va a terminar pasando. Al final hay que encontrar las empresas correctas. También sería ideal poder encontrar ayuda económica del gobierno. El golf es un deporte que se ha ido potenciando gigantescamente y creo cada vez hay mejores talentos con chances de ganar medallas de oro en futuros años. Creo que el gobierno puede hacer una apuesta en el golf. Quizás sea algo atrevida, pero creo que es una apuesta que tienen que hacer. Un LIV en Chile se ve posible, hay que trabajar por ello. Hay buen moméntum y hay que encontrar las empresas y la gente correcta que crean en esta visión.
¿Usted ha conversado directamente sobre este tema con Scott O’Neil, CEO del LIV?
Para hacer un torneo así, obviamente se necesita plata y hay una logística gigante. Piensa que pueden llegar a venir 10 mil personas y para hacer eso se necesita una inversión muy grande detrás. Pero sí, yo lo he hablado con él. Me ha dicho las distintas estrategias de cómo hacerlo, porque al final llevar 10 mil o 15 mil personas a un evento como este en Chile también puede traer recursos de vuelta, un retorno turístico... Porque va a haber movimiento en hoteles, en la ciudad, va a haber movimiento en aviones... Hay distintos modelos a seguir donde puede haber también una inversión para el país. Creo que es una idea que está bastante pequeña, recién una semilla, pero hay que ir regándola.
El fin de semana pasado clasificó al US Open, ¿cómo se proyecta y cuánta motivación le genera?
Lo veo igual que cualquier otro torneo. Al final es una semana más del año, en donde estoy muy feliz de poder jugarla y no tener que ir a clasificar. Va a ser una gran semana de aprendizaje. Todas las semanas se aprende mucho, pero sigue siendo la misma preparación que tengo para mi siguiente torneo del LIV. Al final no cambia mucho.
Se lo pregunto porque en Estados Unidos han sido muy críticos con su desempeño en los majors. ¿Qué le generan esas opiniones?
No las veo mucho, pero sí obviamente las he escuchado y eso se crea porque hay bastante expectativa de un buen resultado y eso crea bastante narrativa y bastantes temas. A todos los jugadores, a todos los deportistas, los critican y obviamente los critican hasta que rinden. Y creo que una vez que rinden también los siguen criticando. La verdad yo sé cuál es mi enfoque, en qué es lo que me tengo que concentrar. Todo lo que va detrás del media y de lo que se habla; de los críticos y todo eso, al final le crea valor a mi nombre, a mi marca y eso nada más suma. Al final siempre va a haber críticas.
¿Qué cree que le ha faltado para dar ese salto?
Quitarles un poco el enfoque a esas semanas. Tengo el juego, tengo los scores... He visto resultados en todos los lugares donde juego. Cuando recién me vine al LIV, me costó mucho jugar y agarrar ritmo. Me terminé adaptando y creo que soy alguien que se adapta mucho a las situaciones y esta no es más que otra de ellas. Me ha costado un poco hasta el momento, pero sigo adaptándome; sigo tratando de buscar respuestas y sé que van a aparecer. Por lo bueno que soy, sé que en algún momento van a aparecer y el avión va a despegar.
En algún momento Marcelo Ríos dijo que le llamaba mucho la atención lo relajado que es usted pese a estar compitiendo con los mejores y además ganarles...
Sí, creo que ha cambiado harto mi forma de ser. Bueno, no mucho. La verdad, no mi forma de ser, sino mi forma de ver el golf; de ver la competitividad, de estar en mi propia calma hasta el momento de jugar, de ejecutar y todo eso. Me acuerdo cuando él me fue a ver y para mí fue un honor gigante, el Chino es uno de mis ídolos, por lo que llegó a ser, y es alguien que admiro mucho. Así que fue especial haberlo tenido ahí cerca, haber sentido su apoyo. De vez en cuando, me manda ánimo. Es especial tener gente así como él.
¿Cómo es Torque por dentro?
Mira. En este momento, estoy sentado en el comedor de los jugadores, estoy mirando la sala completa y puedo ver las diferencias de todos los equipos. Yo veo nuestra mesa y está todo el equipo sentado. Más que los jugadores, los trabajadores. Cada uno está en su propio rol, además de las familias. Están todos juntos y al final creo que la diferencia es que somos muy unidos, compartimos mucho los valores, tratamos de buscar la excelencia en la vida. Porque finalmente el golf es un deporte que refleja mucho cómo es tu vida, tratamos de ayudarnos el uno al otro. Somos unos trabajadores y eso es lo que nos apasiona.
Usted habla de la familia. ¿Cómo ha sido ese apoyo, especialmente el de su esposa?
Es un apoyo gigante, es un gran cable a tierra, es una gran desconexión de lo que hago y de ser más humano; poder compartir tiempo con ella, hablar cosas de la vida, hablar de distintas perspectivas del uno del otro... Disfruto mucho viajar con ella, me ayuda mucho durante la semana a mantenerme enfocado, a mantenerme en mis cosas y así es mucho más fácil.
Mito Pereira atraviesa un momento complicado. En su rol capitán de Torque, ¿cómo lo hace el equipo para levantarlo anímicamente?
Mito es un jugadorazo, ha ganado torneos en todo el mundo. Es un jugador muy talentoso, sino el más talentoso de la liga... Pero el deporte es así, hay altos y bajos. Y, como te dije antes, cuando tuve mi año bajo fue donde más pude aprender de mí, donde más pude crecer, donde más pude madurar, y creo que él está nada más en un proceso, y al final ese proceso le va a ayudar mucho a ser un mejor jugador que el que era antes.
¿Y cómo vive ese proceso con él?
Es muy entretenido estar en un equipo y ver esos procesos, porque motiva mucho. Hablar con Carlos (Ortiz), con Sebastián (Muñoz) y con Mito; haberme visto a mí también jugar así de mal en un año y poder salir de ese hoyo, motiva mucho... Ver cómo uno tiene las ganas y la creencia de que está haciendo las cosas bien y de seguir para adelante. Finalmente, es tener una fuerza y voluntad para salir de esos momentos, lo que es admirable. Acá somos todos luchadores y sabemos que Mito va a salir de donde está, por lo bueno, por lo talentoso y por lo exitoso como persona que es.
¿Cómo ha sido para usted la rivalidad con Jon Rahm?
Es de los jugadores más sólidos de la liga y el año pasado vi lo que realmente es él, yo habiendo jugado mi mejor golf hasta ese momento. Estuve cerca, pero no pude ganarlo, habiendo jugado tan bien. Sobre todo en la segunda parte de la temporada, él jugó increíble. Pero creo que haber salido segundo el año pasado fue lo mejor que me pudo pasar, porque me dejó con esas ganas de venir a hacerlo mejor y creo que voy en buen camino, aunque todavía queda mucha temporada y sé lo bueno que él es y lo que puede llegar a ser. Entonces tengo que seguir ahí, atento.
¿Un deseo para el resto del año?
La verdad que soy feliz con lo que venga, y creo que eso es lo que me gusta de la vida; que hay que estar dispuesto a lo que venga y sorprenderse a uno mismo.
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