En febrero de este año hicimos nuestro primer número dedicado 100% a la remodelación de la casa, mostrando lo que hay en el mercado y cuáles son los patrones internacionales que marcan tendencia.

Al hacer toda la investigación, nos dimos cuenta de que hay mucho material y cosas por contar, así es que aquí viene el segundo número, que a diferencia del anterior está fuertemente orientado a lo ‘prefabricado’, concepto riquísimo y en permanente evolución. Un universo de posibilidades, del cual -la verdad- lo que hoy mostramos es solo la punta del iceberg.

Cuando se habla de prefabricado, generalmente se piensa en una casa armada en alguna fábrica y trasladada al sitio para luego ensamblarla, esa es la norma. Pero hoy  las opciones se multiplican en directa relación con los nuevos materiales y terminaciones que se pueden comprar; es cuestión  de seleccionar, comprar e instalar.

Estados Unidos marca pauta en estos temas. De hecho en este país fabricar las cosas a medida, como lo hacemos generalmente nosotros, resulta no solo más lento (por la demora en  fabricar según especificaciones) sino también bastante más caro. Cuando en el mercado hay productos de prácticamente todas las dimensiones, por ejemplo las  ventanas, es posible encontrar cortinas, mallas mosquiteras y todo lo necesario para reparar o reemplazar en el futuro de acuerdo a la medida determinada.

Aquí la oferta aún es poca, pero crece. Además nos estamos atreviendo a hacerlo nosotros mismos, y eso lleva a que uno busque materiales fáciles o semiarmados, con menor grado de dificultad y mayores probabilidades de éxito.

Interiorícense sobre este concepto, porque el prefabricado tiene múltiples beneficios y pocos aspectos negativos. Como leí por ahí, más que una solución para todo, es un estado mental.