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es una buena forma de aterrizar en la Rue Meslay, sin necesidad de alejarte del computador. Podrás dar un paseo casi real por esta zona, una especie de puente entre el Pompidou y un área mucho más ecléctica de Strasbourg Saint Denis.

Aunque pequeño, nada sobra en este espacio al sur de Strasbourg- Saint- Denis, una zona residencial, muy tranquila. Jean Pierre y su mujer supieron resumir sus necesidades con muebles simples, funcionales y coloridos.  Viven con los dos niños de ella, él es redactor y ella fotógrafa. Son ocupados, no hay que enfatizarlo. Por lo mismo la idea fue generar un ambiente alegre y que también fuera práctico. Manos a la obra.

Decidieron poner lo justo y necesario. Y como no era tanto, la mejor decisión fue darles protagonismo a través de sus colores. Fuertes, intensos, cromáticos. Así son las repisas, cojines, lámparas, figuras, fotos, los pósters, las frutas de la cocina, las cajas de té, los electrodomésticos y hasta un zapato trabando la puerta. Tantos tonos podrían marear, pero esta pareja logró conjugarlos de forma perfecta, contrastándolos siempre con blancos y cafés.

Y en la cocina, por supuesto, se mantiene ese espíritu, en los monstruos de dos cabezas de Motomichi Nakumura, las bolitas de la infancia, el verde de las plantas, el calipso acuoso que pinta la pared y, sobre todo, el Jesucristo con su corazón de fuego que se ve tan kitsch, pero tan poco pasado de moda.

Todo está dispuesto para que la cotidianidad sea fácil, rápida y entretenida. Hasta limpiarlo no debe ser una tarea difícil. Un domingo en esta pequeña casa debe ser alucinante. Cocinar unos fromage de chèvre de Provence, para luego saltar a lo dulce con una crème brûlée. Delicioso. Además está a cuadras de la estación de metro Strasbourg- Saint- Denis que une las líneas 4, 8 y 9.

Casi terminamos, pero se nos olvida la vista. Desde ella se ven los tejados parisinos, también unas nubes alucinantes que se avecinan a media tarde con la entrada del otoño. Es aquí donde se aprecian los techos, unos deformes, otros lisos, otros disparejos. Es un campo visual que no da tiro cuando se camina sobre el suelo. Son años de carrete, toda una vida existe aquí arriba. Y es un privilegio en la Rue Meslay, que solo le pertenece a Jean Pierre y a su mujer.

Muy al estilo Ikea. De líneas simples, funcionales y además vintage. La luz en este espacio pega todo el día, un punto primordial en cualquier departamento; a falta de jardín, buena iluminación.

OBJETOS POTENTES

Hacen de esta decoración resuelta. La mayoría de los muebles con un estilo de los años 50. Los colores primarios, las formas geométricas definen el espacio en su totalidad.

Mesa de nogal triangular estilo Art deco 1940,

consultar precio en tienda (Design for Life, Condell 1050).

Silla escritorio Holson, año 1955, por Arno Votteler,

$500.000 (Design for Life)