Loft story
Devota a su comuna y al diseño como profesión, Pilar Kraemer expresa su personalidad en los 65 m² que componen el loft en donde vive . Un escenario ideal para las distintas épocas que conviven bajo un mismo techo.
La dueña de este loft, Pilar Kraemer, es de esas personas que quieren y valoran de verdad el lugar, el barrio, en donde viven. Providencia en este caso.
Sus raíces están en este tradicional sector; toda su vida ha transcurrido acá, el colegio, la universidad y, hoy, su hogar, donde vive junto a su marido. Es una fiel devota de Providencia.
No tiene auto, todo lo realiza a pie o en bicicleta dentro de la misma comuna, porque todo lo resuelve aquí. Su trabajo como diseñadora, su rol de socia del restaurante Clementina, en la Plaza Padre Letelier, su ejercicio de natación en el Club Providencia, además de otras actividades que desarrolla a diario.
A la cocina, todo. Este lugar es el corazón del loft, no solo por ser la conexión directa entre dos pisos abiertos, sino porque además es el lugar donde más permanecen los propietarios, y donde Pilar, la dueña, ha comenzado una colección de elementos culinarios, como un secaplatos de Interdesign, matrioskas para medidas de Maât y también antiguas botellas de vidrio que se ha encargado de recolectar personalmente.
"Toda mi vida he adorado Providencia, la vida la hacemos aquí, por lo que sí o sí quería continuar viviendo por estos lados, con la ciclovía de Pocuro cerca, las medialunas del Sabor de Buenos Aires, el comercio del Drugstore y los helados del Sebastián", cuenta Pilar.
Por esto, preguntando y recorriendo callecitas encontró este moderno loft de 65 m² proyectado por los arquitectos Marcela Puga, Juan Francisco Ossa y Rodrigo Searle.
Distribuido en dos pisos y con una altura que alcanza los 5 metros, la que se acentúa aun más con una fresca pintura color turquesa, Pilar ha logrado darle una atractiva y juvenil ambientación en base al diseño, su máxima pasión, y dos conceptos que desde un principio se integraron naturalmente: lo vintage y lo moderno.
Lo anterior porque muchos elementos han sido heredados, como un ropero, un arrimo buffet, sitiales y hasta un respaldo de cama, los que combinados con piezas de diseño contemporáneo logran sumarle personalidad a lo genérico que puede ser el estilo de un loft.
"Al ser una construcción tan moderna quisimos que la decoración fuera más cálida, que ayudara a crear ambientes más acogedores, invitara, pero a su vez tuviera y mantuviera el carácter propio de estas construcciones", dice Pilar.
La diseñadora y dueña del restaurante Clementina, Pilar Kraemer, es la propietaria de este loft en Providencia donde lo moderno y vintage se hacen presentes sin esquema alguno, solo por instinto y en razón de conservar épocas, tendencias y recuerdos.
Para concretar la idea general, Pilar recorrió y seleccionó objetos de tiendas como The Popular Design, Interdesign, Brainworks y Molde Diseño, que se acomodaron a piezas más rústicas de nuestra tradición artesana, además de muebles del Parque de los Reyes, objetos traídos de viajes y otros comprados en ferias de las pulgas.
Una mezcla exitosa, hecha de a poco, con ojo de coleccionista y colorista, tal como lo demuestra el living, donde Pilar se atrevió a unir, por ejemplo, dos clásicos sitiales Chippendale heredados y un arrimo de los años 60 junto a una moderna mesa de centro Ethel Coffee Table, de Ethel Smith, y la lámpara Rabbit, de Front Design.
"Debo reconocer, eso sí, que la cocina es donde más permanezco, tengo una tendencia a comprar objetos y accesorios para este lugar, con un fin utilitario y también decorativo. ¡Me encanta!", afirma Pilar, mientras se acomoda desde este lugar en una alta silla de mimbre y observa hacia el cielo la imponente lámpara Sky que cuelga desde el cielo turquesa.
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