Política

Franco Parisi y la segunda vuelta: “No quiero dar la sensación de que ando con un saco de votos”

El abanderado del Partido de la Gente afirma que en 2021 su tienda decidió apoyar a José Antonio Kast, "no yo". Y deja abierto eventuales apoyos en un balotaje. Haciendo honor a su nombre, critica con dureza a sus adversarios y relata las lecciones que aprendió de su derrota en la presidencial pasada.

01.10.2025 Franco Parisi Economista, ingeniero comercial y político chileno. Candidato presidencial. Foto Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

Provocador. Así se define Franco Parisi -abanderado del Partido de la Gente-, y así busca instalarse en su tercera incursión presidencial.

En una campaña marcada por la distancia ideológica entre quienes están en los primeros lugares de la tabla en los sondeos -José Antonio Kast y Jeannette Jara-, el economista insiste en abrirse un espacio propio: el del votante que no se identifica como “facho” ni “comunacho”, como repite una y otra vez.

La última encuesta Pulso Ciudadano lo ubica en el tercer lugar. ¿A qué candidato le está quitando votos?

Es que los análisis están equivocados. Nosotros estamos capturando mentes y corazones de gente que no está involucrada en la política y, por tanto, estamos hace rato por sobre el 18%.

¿Esa cifra la saca de cálculos propios?

Sí, tenemos cálculos propios. Lo que pasa es que nuestro votante no contesta encuestas. Nuestro votante es el que está trabajando a la hora que te llaman las encuestadoras. O es el que no quiere contestar el teléfono porque cree que va a ser por el cobro del TAG, de la tarjeta de crédito o que son malas noticias. El votante que quiere a Parisi presidente y al PDG en el Parlamento no pesca las encuestas.

¿Cuál es su verdadero adversario electoral en esta campaña?

El establishment. El establishment que quiere mantener a Chile en esta disyuntiva “facho-comunacho”. Y Chile no es así. Chile quiere vivir tranquilo, volver a la meritocracia, terminar con este clientelismo político de los “fachos” y los “comunachos”. Ellos siempre están bien. Los Allende son millonarios, los Pinochet son millonarios...

Y los Parisi, ¿son millonarios?

Los Parisi son trabajadores que le hemos ganado a la vida y estamos orgullosos de aquello. A mí no me regalaron nada por mi apellido, por el contrario, me lo tuve que ganar. Yo luché en el (Instituto) Nacional, yo luché en la Escuela Militar, yo luché en la Universidad de Chile, yo luché en mi doctorado. Versus los Allende, que les querían comprar una casa para después volver a entregársela. O Matthei, que ni siquiera es capaz de hacer una primaria, porque es una niñita privilegiada de la dictadura.

Pablo Vásquez R.

Entonces, ¿a quién identifica como su adversario más directo?

Para mí son todos. Jara es una muy mala candidata. Es muy querible en términos de figura popular, pero en términos políticos es bastante débil cuando se le saca a la pizarra. Y, por el otro lado, tenemos a Kast, que va punteando en algunas encuestas y está cayendo fuertemente, porque no cree en la PGU. Nosotros sí creemos en la PGU. No estoy mirando a ninguno en menos. Piensen que el BancoEstado les pasó $1.700 millones tanto a Jara como a Matthei.

Usted también podría pedir ese préstamo si quisiera.

Me da pudor. Aunque pudiera, no lo podría hacer. ¿Cómo voy a pedir $1.700 millones para hacer una campaña que la pagan los pobres?

Pero tiene que financiar su campaña, ¿cuánto va a pedir?

No lo sé todavía, lo estamos conversando, pero nunca solicitaría ni un tercio de lo que ellos están pidiendo.

Hasta ahora solo tiene un aporte de campaña de 1.000 pesos en el Servel. ¿Es un indicador de que la clase empresarial no está con usted?

Pero si no está conmigo. Si me llamo Franco. ¿Usted cree que la clase empresarial va a querer apoyarme? Obviamente que no. Porque yo estoy fuera del sistema. Los otros están en el sistema, están comprados. Yo soy un outsider, soy un bicho raro. Pero ahora me respetan, después del 13% (de 2021) y después de haberlos ayudado a rechazar el mamarracho constitucional que querían Jara y Boric.

Pablo Vásquez R.

¿Por qué se embarca en una tercera aventura por La Moneda?

Porque los problemas empeoraron. Y empeoraron porque no solo se sumó una migración ilegal violenta y desatada, sino porque ahora tenemos una corrupción en el gobierno central, con los amigos de Boric y Jara, y también a nivel de las gobernaciones y municipalidades.

¿Cuál es su apuesta en esta campaña?

Lo más probable es que pasemos a la segunda vuelta y lleguemos a La Moneda. A Chile yo lo analizo, lo estudio, y no es ni “facho” ni “comunacho”. Nosotros lo pasamos muy mal en el gobierno de Allende y en el de Pinochet, y no queremos volver a aquello. Y la apuesta de Jara o Kast es de volver a 1973. La gente se rehúsa a hacerlo.

“Mi error principal fue confiar”

¿Cuáles son las lecciones aprendidas de la última elección? Hizo una campaña desde fuera y hoy se le ve desplegado por el país.

Muchas. Pero la lección principal no la aprendí yo, la aprendió la gente. Hay un desencanto con la izquierda chilena a partir del pésimo gobierno del Presidente Boric, que dijo que no iba a gobernar con los amigos, pero gobierna con los amigos; que no se iban a hacer millonarios con el gobierno, y se hicieron millonarios. Por supuesto que yo también aprendí, si también cometo errores.

A propósito de errores, en 2021 el PDG eligió seis diputados. Esa bancada se diluyó en su totalidad. ¿Asume alguna responsabilidad en ese desmembramiento?

Claramente. Si todos cometemos errores. Mi error principal fue confiar en ellos. Yo pensé que iban a entender el rol que significaba ser diputado de un partido naciente, que respetaran a la gente, y no lo hicieron. Nosotros dijimos dos cosas: bájense los sueldos y pregúntenle (las cosas) a la gente. No se bajaron sueldos y no respetaron a la gente. Toda la comunidad del PDG los empezó a presionar y a otros los echamos.

Pablo Vásquez R.

En dos años perdió nada menos que a seis diputados.

No hay que ser tan dramático en aquello. Hay 55 diputados que se cambiaron de partido.

Pero el PDG fue el único que se quedó con cero parlamentarios.

Sí, pero eran seis. Estamos hablando que casi el 10% de los que se cambiaron son del PDG. Por lo tanto, yo le bajaría el drama. Por ejemplo, el diputado Kaiser es competencia de su padre político (José Antonio Kast). Eso es más dramático. Pero al margen de eso, yo lo acepto, sí cometí un error: dejé que ellos jugaran. Yo quería que crecieran y ellos se la farrearon. Yo no soy un inspector de curso ni de colegio. Sí, quizás podría haber estado un poquito más encima de ellos, pero yo necesitaba que se educaran políticamente, que se generaran liderazgos, y no lo hicieron. Aprendí la lección y ahora tendremos una camada mucho más afiatada. Vamos a llegar a tener entre un mínimo de ocho y un máximo de 15 diputados.

Y quienes se fueron, ¿no pueden haberse decepcionado de usted?

Ellos salieron diputados gracias a nosotros. Ninguno me vino a dar las gracias, no se los pido tampoco. Pero ¿por qué yo tenía que decepcionarlos, si no soy su padre protector? Son personas adultas, ellos se tienen que hacer responsables.

Algunos se fueron descontentos. Dicen que los dejó solos, que no había una comunicación fluida con usted.

Mi teléfono siempre estuvo abierto para que me llamaran. Si alguien cree que una persona que sale diputada, con más de 35 años, necesita una bicicleta con rueditas, ese no soy yo.

Pero un ejemplo, en el caso del Partido Republicano -que también enfrentó renuncias- hubo un mayor manejo político de parte de la dirigencia.

No, no es un manejo político, porque ellos son una agrupación donde todos piensan igual y que tienen un líder casi espiritual. Yo no soy eso. A mí me encanta la diversidad, yo no quiero que andemos todos igualitos y que vayamos todos a la misma iglesia.

¿No habla de una falta de gobernabilidad de su parte, si no pudo gobernar a una bancada?

Hay algunos partidos en Chile que se gobiernan con el billete y con el miedo a no ser reelectos. Esa es la verdad. Yo no elijo candidatos, los eligen cada una de las regiones. Yo no soy así, creo en la democracia. Prefiero equivocarme en democracia que amparar la dictadura de los partidos políticos o una dictadura en los gobiernos.

Pablo Vásquez R.

Si su objetivo es llegar a La Moneda, ¿no es mejor estar dotado de un partido más armado, más sólido?

Insisto, yo no soy la mamá pata donde vienen todos los patitos detrás, como sí lo veo en varios partidos de izquierda y derecha, de “comunachos” y “fachos”. Yo prefiero al patito feo. Esa es la diferencia.

¿Con quién van a gobernar?

Es que equipo sobra. Por ejemplo, queremos gobernar con la señora Dorothy Pérez, una mujer inteligentísima, perseguida por el piñerismo, perseguida por el bacheletismo.

Pero está en la Contraloría. Estamos hablando de ministros, subsecretarios.

Nos sobran ministros y subsecretarios. Hay mucha gente muy buena que lleva 15, 20, 30 años en el gobierno y que quiere alguna oportunidad y yo se la voy a dar. Hay gente muy valiosa ahí adentro, mientras que algunas de las personas que ha llevado este gobierno son un fracaso intelectual, como por ejemplo el embajador de España, un mamarracho. Por ejemplo, para ministro de Relaciones Exteriores, yo voy a ir a la Asociación de Diplomáticos de Carrera (Adica) para que me manden una terna y de ahí lo vamos a sacar. ¿Usted cree que yo tengo un amigo, un iluminado, que sea mejor que un diplomático de carrera?

¿No va a recurrir a los partidos?

Si es necesario, si creo que hay alguien bueno, por supuesto que sí. Me interesan los cerebros. Me da lo mismo si es hombre o mujer.

¿Y si ese cerebro es alguien del PC?

Lo dudo, porque ellos tienen una ideología que no compartimos. Ni tampoco acudiría a personas que dicen que hay que destruir todo el Estado. Hay algunos peligrosos que me dicen que quieren eliminar el Banco Central. Chuta. Yo quiero gente coherente, normal, sensata, que no sean “yes men” o “yes woman”.

“Si soy presidente voy a estar acá”

El 2021 usted apoyó a José Antonio Kast...

No lo apoyé. Lo que nosotros hicimos fue una consulta. Y, en esa consulta, el partido decidió ese candidato.

Pablo Vásquez R.

Pero usted es parte del partido.

El partido lo decidió, no yo. Lo que pasa es que no quiero dar la sensación de que ando con un saco de votos. No es así. Y ahora lo vamos a hacer mejor si yo no paso a segunda vuelta. Vamos a invitar al candidato A y al candidato B para que expongan su plan de trabajo a la comunidad del PDG. Y el PDG va a elegir: A, B o libre de decisión.

No quedó conforme con la decisión que adoptó el PDG en su minuto.

Pero si de repente mi señora toma decisiones con las que no estoy conforme, pero tengo que apoyarla. ¿De qué estamos hablando? La vida es así.

¿Qué opinión tiene de Kast?

Lo respeto, es una persona que quiere, como todos los otros candidatos, el bien. Pero no comparto sus visiones.

¿El próximo gobierno será de derecha?

No, el próximo gobierno ojalá sea del PDG. Necesitamos un partido de centro que lleve adelante un gobierno de unidad nacional para que empecemos a sanar las heridas que tenemos en Chile.

Su liderazgo es de un estilo personalista, eso puede ser una fortaleza, pero también una debilidad.

Todas las cosas en política tienen fortalezas y debilidades. El mejor ejemplo era el Presidente Piñera, que tenía un carácter muy fuerte, una gran billetera y no pudo sostener su gobierno con una alzada que no sé llamarla… estallido social o delictual. En el caso de la señora Bachelet, también es sumamente personalista, piensen que cuando ella dijo que no (a una candidatura presidencial), casi se cayó toda la estantería del oficialismo. En Chile somos un país con este concepto de monarquía política muy arraigado.

Ha dicho que llega su familia en noviembre, ¿cuál es su plan?

Yo quiero ser presidente y lo más probable es que pasemos a segunda vuelta. Mi familia está en Estados Unidos, por el colegio de mi hijo y también por razones de seguridad. Yo he recibido amenazas de muerte significativas y no quiero que le hagan bullying a mi hijo. Y él está cómodo, ahí lo tengo protegido.

Si eso no ocurre, ¿se va a dedicar totalmente a la política o no?

Eso se lo respondo el domingo 16 en la noche. Déjeme disfrutar el ser candidato.

Pablo Vásquez R.

¿Incursionaría de nuevo a La Moneda?

Me va a ir bien y, por lo tanto, no tengo pretensiones más que esas (...). No me pinchen la burbuja del candidato. No sean impacientes.

El punto es si se va a quedar o no definitivamente en Chile.

Si soy presidente voy a estar acá.

¿Y si no lo es?

No lo sé. Me encanta Chile, amo Chile, añoro Chile. Yo tengo la posibilidad de buscar trabajo donde quiera. Aquí, ¿me han perseguido laboralmente? Sí. ¿Me han perseguido políticamente? Sí. ¿Voy a andar llorando? No. Suena creído esto, pero afortunadamente siempre he tenido la posibilidad de tener trabajo. ¿Ojalá en Chile? Sí.

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