Credit Suisse sobre Chile: “El riesgo político ha retrocedido, (pero) no creemos que vaya a ser suficiente para compensar el impacto negativo sobre el crecimiento en 2023″

El banco suizo sostuvo en su “2023 Economic Outlook”, que es “probable que los principales bancos centrales sigan subiendo las tasas al menos hasta el primer trimestre”.


“La economía mundial se debilitará al entrar en 2023 con Europa en recesión y los EEUU desacelerándose”. Esas son las perspectivas que planteó Credit Suisse en su “2023 Economic Outlook”, donde además apuntó a que es “probable que los principales bancos centrales sigan subiendo las tasas al menos hasta el primer trimestre”.

Según la entidad, “esta combinación sugiere que el apetito por riesgo tiene espacio para caer”, y que “el impulso industrial se volverá negativo a medida que la liquidez las condiciones se endurecen. La Fed debería poder pausar las alzas en la primavera, seguida en poco tiempo por el BCE y BoE. Sin embargo, es probable que ninguno reduzca las tasas hasta 2024″.

Para el banco, una de las posibles razones de ello es que los bancos centrales deben “drenar el exceso de liquidez”, el cual se acumuló “en el contexto del aumento masivo del stock de dinero en relación con el PIB durante la pandemia tanto en EEUU como en Europa”.

Además, indica que “es probable que los EEUU sean los primeros en ver cómo la inflación se ralentiza de forma convincente, junto con la moderación del crecimiento salarial, pero más en el segundo semestre que en el primero”, mientras que el descenso de la inflación en Europa y Japón se verá complicada por la creciente presión salarial.

En el caso de Chile, dice el banco suizo, “la economía continúa ajustándose a lo que vemos como el exceso estímulo en respuesta a la pandemia. Las políticas fiscal y monetaria están ahora considerablemente más estrictas que a principios de año, lo cual es producto del aumento del déficit por cuenta corriente. Parcialmente por ello, seguimos anticipando una contracción del PIB real trimestral hasta mediados 2023, con una recuperación gradual a partir de entonces”.

“Mientras que el riesgo político ha retrocedido algo en los últimos meses, no creemos que vaya a ser suficiente para compensar el impacto negativo sobre el crecimiento en 2023 asociado a un debilitamiento de la economía mundial”, sostiene la entidad.

Precios de la vivienda a la baja en el mundo

En el informe, Credit Suisse también indicó que a nivel global, una caída del mercado de viviendas pesará sobre el PIB en los países desarrollados en 2023.

“Esperamos que los precios de la vivienda bajen alrededor del 10% en EE.UU. y el Reino Unido”, y que si bien Estados Unidos y los principales países de la zona del euro son estructuralmente menos sensibles al aumento de las tasas hipotecarias”, hay economías desarrolladas más pequeñas como Canadá, Escandinavia y Australia que son más vulnerables.

“A medida que las tasas de política ingresan a territorio restrictivo en 2023, los bancos centrales, con los mercados inmobiliarios vulnerables, estarán menos deseosos de continuar subiendo las tasas de política”, sostiene el banco suizo.

El desafío de China

Para Credit Suisse, la economía de China enfrenta desafíos en el corto plazo, como el riesgo de entrar en recesión en 2023 si es que no puede aliviar las restricciones para combatir la pandemia y mejorar significativamente la movilidad física.

Sin embargo, la entidad se propuso analizar los problemas estructurales de largo plazo, como la desaceleración del crecimiento potencial debido a deterioro demográfico, la desaceleración irreversible del consumo de los hogares, un sector inmobiliario en contracción, y las ineficiencias en la asignación de crédito y desempleo juvenil estructuralmente alto.

“Lo más importante de todo es que la evidencia plantea dudas sobre si China será capaz de alcanzar el ritmo de progreso tecnológico que prevé el gobierno”, dice el reporte, y agrega que “todas estas preocupaciones están incorporadas en nuestra perspectiva de referencia de un crecimiento promedio del PIB del 4,3% durante entre 2022 y 2025″, dice el reporte.

Ante ello, plantea que entre las alternativas potenciales de política económica para enfrentar los desafíos, podrían estar en “otras reformas que permitirían la consolidación de los derechos de uso de tierras agrícolas, lo que a su vez podría promover la adopción de tecnologías agrícolas más modernas; rediseñar cómo se asignan los recursos de I+D en la industria de los semiconductores y mejorar las estructuras de incentivos para la innovación”.

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