Apolinaria García, la científica chilena que creó un prebiótico, tiene su propio laboratorio y ahora investiga uno de los hongos más letales del mundo
La investigadora de la U. de Concepción ha dedicado su vida a las problemáticas de salud pública y es uno de los méritos que la llevaron a ganar el premio Innovadoras en Salud 2024.
La infección por Helicobacter pylori se produce cuando esta bacteria infecta el estómago. Por lo general, esto ocurre en la infancia. La infección por Helicobacter pylori es una causa frecuente de las úlceras estomacales (úlceras pépticas) y puede presentarse en más de la mitad de la población mundial.
La mayoría de las personas no se da cuenta de que tiene una infección por Helicobacter pylori porque nunca se enferma, pero es un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer gástrico.
La profesora titular en la Universidad de Concepción Apolinaria García, lleva casi 30 años investigando esta bacteria, trayectoria que la llevó a crear el primer probiótico patentado en Chile contra el cáncer gástrico. “Siempre pensé que algún día lo vería en el mercado, y así fue, y eso me pone sin duda muy feliz”, dice.
Apolinaria García, la científica chilena que creó un prebiótico, tiene su propio laboratorio y ahora investiga uno de los hongos más letales del mundo
Su destacada trayectoria la llevaron a ganar el Premio Innovadoras en Salud, organizado por la Cámara de la Innovación Farmacéutica (CIF) y Mujeres Empresarias, galardón que tiene como objetivo visibilizar el liderazgo y la contribución de las mujeres en el sector de la salud, donde ellas representan cerca del 70% de los profesionales.
Con más de 900 nominaciones y un jurado compuesto por 20 expertos de diversas disciplinas, el premio busca no solo destacar el aporte de estas mujeres al sector de la salud, sino también fomentar su protagonismo en una industria esencial para el bienestar de la sociedad.
La ceremonia de premiación 2024 se llevó a cabo este jueves 17 de octubre, y la doctora García ganó la categoría Investigación, que reconoce la contribución en las áreas de investigación clínica, médica y/o académica a lo largo de la carrera profesional.
En entrevista con Qué Pasa, García cuenta más sobre su trayectoria en los laboratorios, cómo ha sido el camino para investigar una sólo bacteria y los desafíos que ha enfrentado al ser una de las primeras mujeres en dirigir un laboratorio de patogenecidad bacteriana en el país.
Actualmente trabaja con la levadura candida. “La pregunta que nos hemos hecho es saber si las levaduras, especialmente del género Candida, son un vector de transmisión de esta bacteria para el ser humano” pero aún falta para saber si es así explica.
“La mejor elección la que hice fue investigar sobre H. Pylori, ya que todavía ofrece muchas interrogantes”
-¿Qué la motivó a investigar sobre Helicobacter pylori?
Yo había realizado mi magíster y mí doctorado en Microbiología, y realicé mis cuatro tesis en bacterias y particularmente en bacterias patógenas, por tanto, tenía claro que me gustaban, especialmente las asociadas con enfermedades que afectaban al ser humano.
Sin embargo, lo que hizo que Helicobacter pylori me fascinara fue en un seminario de un alumno de nuestro Programa de Magíster, Juan Esteban Reyes, donde habló sobre esta bacteria y cómo podía producir diversas enfermedades en el ser humano, especialmente me interesó su asociación con el cáncer gástrico. Posteriormente, terminé mi doctorado, me contrataron en la U. de Concepción, y vi la importancia de generar una nueva línea de desarrollo. Yo trabajaba en ese entonces en el Laboratorio de Antibióticos, entonces tomé un inmenso desafió de formar mi propio laboratorio, al cual lo llamé Laboratorio de Patogenicidad Bacteriana.
En ese tiempo meditaba sobre cuál bacteria patógena sería mi modelo de estudio, y fue así como acepté el desafió de investigar Helicobacter pylori, a sugerencia de un médico gastroenterólogo oncólogo, Dr. Fernando Kawaguchi, quien venía llegando de Japón, y quería estudiar el rol de esta bacteria en diversas patologías gastroduodenales y necesitaba que un microbiólogo le ayudara. Esto yo sabía que era un desafío grande, ya que esta bacteria es considerada fastidiosa y compleja de trabajar.
Efectivamente, después de casi nueve meses de intentar cultivarla, logramos, junto a dos tesistas de Bioquímica, el primer aislamiento a partir de una biopsia gástrica de un paciente de la ciudad de Concepción. De esto han pasado ya 28 años, y pienso que fue la mejor elección la que hice, ya que todavía ofrece muchas interrogantes y es un desafió constante el conocerla. Como dices ha sido el eje de mi carrera científica.
-Tardó casi nueve meses en aislar la bacteria por primera vez. ¿Podría contarnos más sobre ese desafío y cómo ese logro marcó el inicio de su carrera investigadora?
Es una bacteria difícil de cultivar hasta hoy y hace 28 años atrás lo era mucho más. Los medios de cultivo, las características propias del crecimiento de esta bacteria se conocían poco. Después que junto a mi colega, el Dr. Carlos González, hicimos muchos cambios, probamos diversos medios de cultivo, variadas condiciones de crecimiento, etc. y no lográbamos un crecimiento positivo, fuimos al Hospital Regional de Concepción y vimos que el problema estaba en cómo se tomaban las muestras, en el sentido que no se favorecía el desarrollo de una bacteria como esta, que crece en presencia de oxígeno, pero poco, así con la atmósfera que tenemos, el aire, no íbamos nunca a lograr que H. pylori creciera.
Viendo esto, hicimos un protocolo para la toma de muestra en la sección de Gastroenterología, y fue así como logramos nuestro primer cultivo positivo, para nuestra alegrías y de ahí en adelante siempre perfeccionando al técnica, pero aprendimos a conocer a este microorganismo, a saber que le gusta para favorecer su desarrollo.
-¿Qué impacto ha tenido el probiótico desarrollado en su laboratorio?
Todavía no tenemos un estudio que nos permita evaluar el impacto a nivel nacional ni internacional, eso es complejo y caro de hacer, pero está en nuestras proyecciones. Sin duda hay que hacerlo, pues queremos conocer en forma objetiva el impacto en prevenir la infección en nuestro país, donde la prevalencia de esta infección es alta.
Pero como el ensayo clínico nos mostró un 93% de eficacia para prevenir esta infección, yo soy optimista con los resultados que podemos obtener. Sin embargo, continuamente me escriben personas que están tomando el probiótico y me cuentan que les ha ido muy bien.
-Al ser una de las primeras mujeres en liderar un laboratorio de patogenicidad bacteriana en Chile, ¿qué desafíos ha enfrentado y cómo ha logrado abrir camino para otras investigadoras?
En cuanto a abrir camino para otras investigadoras, yo creo que eso se logra en el diario vivir de un laboratorio, diría con el ejemplo, como se pasa tanto tiempo en ellos, se comparte mucho con las y los estudiantes. Ellas van viendo cómo aceptar desafíos, porque yo se los expongo y los conversamos; también les muestro a no hacerse problema por nimiedades, a ser resiliente, si nos va mal en un proyecto o nos rechazan un paper, a seguir trabajando, y no pensar que es el fin del mundo, como a veces me da la impresión que las jóvenes investigadoras lo piensan, aunque esto no es solo un problema de mujeres lo veo también en los hombres. En esta relación cercana, también les comparto mi experiencia de cómo escribir proyectos, manuscritos, presentar en congresos, etc.
Y algo muy importante, siempre les hago ver la importancia de que el conocimiento llegue a la sociedad, especialmente a los colegios más vulnerables, por ello en mi laboratorio se reciben continuamente estudiantes de básica y la enseñanza media y estamos continuamente visitando colegios, motivando especialmente a las chicas a participar de estas actividades y que sientan el gusto por la ciencia. En esto la sensibilidad femenina para acercar el conocimiento a las niñas y jóvenes, me agrada mucho, creo que está en nuestro ADN maternal, en saber tratar y a acoger a quienes a corta edad manifiestan gusto por la ciencia.
-¿Qué significa este premio, y qué consejo le daría a las nuevas generaciones de científicos y científicas que buscan marcar una diferencia en salud pública?
Quiero decir que esta es la primera versión del Premio Innovadoras en Salud organizado por Mujeres Empresarias junto a la Cámara de la Innovación Farmacéutica, CIF, y yo las felicito a todas por esta iniciativa, por supuesto no porque yo esté entre las finalistas, sino porque creo que es un estímulo dentro de la carrera de cualquier mujer recibir un reconocimiento de este tipo. Siento que te revitaliza, te da nuevas energías para seguir en este camino motivador, pero no exento de traspiés. Para mi estar entre las finalistas es un premio y lo agradezco.
Yo no sabía sobre este Premio, fue el Decano de mi facultad (Ciencias Biológicas de la UdeC) Dr. Jorge Fuentealba, quien me dijo que me quería proponer para este reconocimiento porque tenía los méritos para ello, así que eso para mí también es importante que las autoridades de tu universidad valoren tu trabajo.
No sé si la palabra sea dar consejos, pero quiero decirles brevemente a las nuevas generaciones de científicos y científicas que buscan marcar una diferencia en salud pública lo que, a mi juicio, puede ser clave para alcanzar sus metas e impactar en este ámbito.
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