Realidad virtual e innovación: el nuevo modelo de rehabilitación de ACV que es pionero en Chile y el mundo
El nuevo programa combina la última tecnología con terapias intensivas realizadas en el hogar del paciente para tener recuperaciones más efectivas y profundas.
En Chile cerca de 40.000 personas sufren cada año un accidente cerebrovascular (ACV), una enfermedad que va al alza y que afecta cada vez a personas más jóvenes.
La rehabilitación de este ataque suele ser un proceso largo y, en muchos casos, incompleto. El avance de los pacientes tiende a detenerse al llegar a una “meseta”, un punto en que el progreso se vuelve más lento y la terapia tradicional pierde intensidad.
A partir de esta realidad, la compañía estadounidense Indoma lanzó un nuevo modelo de neurorrehabilitación que busca integrar la innovación de las tecnologías y un equipo multidisciplinario para lograr una mejor recuperación.
Modelo pionero en el mundo se estrena en Chile
El primer paciente en Latinoamérica inició su tratamiento en Chile el pasado 3 de noviembre, marcando el debut de esta modalidad presentada en el evento INDOMA 2025: Innovación y Futuro en Neurorrehabilitación, realizado la semana pasada en Santiago.
El responsable de introducir la iniciativa fue el Dr. Teodoro Forcht Dagi, profesor de Neurocirugía en la Clínica Mayo y director global de Indoma, quien explicó que los conocimientos científicos actuales han cambiado la forma de entender la recuperación tras un ACV.
“La ciencia moderna demuestra que el cerebro puede seguir sanando mucho después de la lesión inicial: meses, incluso años”, señaló Dagi en entrevista con La Tercera.
“Nuestro objetivo es apoyar ese proceso mientras el paciente continúe logrando avances”, agregó.
Cómo es este nueva rehabilitación
A diferencia de los modelos convencionales, esta metodología se fundamenta en dos pilares: intensidad terapéutica y tecnología avanzada.
El programa se traslada directamente al hogar del paciente y contempla sesiones de cerca de una hora diaria de tratamiento, cinco días a la semana.
El equipo terapéutico es multidisciplinario: terapia física, terapia de mano, entrenamiento cognitivo y de lenguaje, además de apoyo psicológico.
El segundo pilar es tecnológico. Se usa un sistema de estimulación magnética transcraneal (TMS) portátil de baja potencia, lentes de realidad virtual, smartwatches y lo más novedoso en rehabilitación.
“No son ‘balas mágicas’”, advierte. “Pero mejoran significativamente la capacidad del cerebro para construir nuevas conexiones neuronales, especialmente cuando se combinan con rehabilitación dirigida”, dijo el neurocirujano.
Asimismo, todos los datos que se obtienen de estas herramientas tecnológicas son registrados en una aplicación, con el fin de que todos los profesionales que estén atendiendo al paciente puedan saber su desempeño en las distintas áreas de rehabilitación.
¿Quiénes pueden beneficiarse?
Aunque iniciar pronto la rehabilitación sigue siendo ideal para quienes tuvieron un accidente, este modelo también muestra resultados en pacientes que llevan uno o dos años tras un ACV.
“Hemos visto que los pacientes han tenido una muy buena recuperación. La mayoría siente que hace un gran progreso”, explica el neurocirujano.
“Nos gustaría ayudar a cada paciente a optimizar su recuperación y llegar lo más lejos posible hacia funcionamiento e independencia”, agregó.
¿Por qué Chile?
La elección del país como punto de partida en el mundo no fue casual.
“Chile tenía una iniciativa en biotecnología y medicina. La escuela de medicina, los médicos, los terapistas en Chile son de un nivel internacional alto. Son excelentes”, señaló Dagi durante la entrevista.
El modelo ha sido validado por especialistas nacionales, entre ellos la neuróloga Francisca Convalia Zelada y el fisiatra Claudio Soto Angelo, quienes resaltaron la importancia de sumar herramientas que amplíen las posibilidades de recuperación.
Mirando al futuro
El objetivo de Indoma es que este modelo llegue eventualmente a la mayor cantidad de pacientes posibles, incluso al sistema público.
“Nos gustaría hacer todo lo que podamos para ayudar a Chile a hacer esto disponible en el servicio público. De hecho, ya empezamos a hablar con las empresas de seguros sobre dar cobertura”.
Para las familias que enfrentan la incertidumbre de un ACV o una lesión cerebral, su mensaje final apunta a la esperanza:
“Creemos que la recuperación siempre es posible; quizás no un retorno al pasado, sino un futuro funcional y significativo. No están solos, la curación es posible”.
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