1. Cuánto arrastre ha perdido o conserva

Habría que contar cuántos votos levanta para tener un termómetro graduado. Pero para no quedarse solo en percepciones subjetivas (e interesadas según de quién venga), estos cinco días están dejando datos crudos que ayudan a leer cuánto sigue pesando o no el líder que alguna vez llevó a la UDI a su máxima expansión y que ahora vuelve despertando pasiones, críticas, rechazos, apoyos por cosechar y todo tipo de cálculos e intrigas, cuyas consecuencias siguen siendo inciertas.

Partamos por lo que va a suceder el lunes a las 18 horas en la Comisión Política Ampliada (CPA) UDI telemática que él -y no la directiva- anunció en su entrevista del domingo pasado en El Mercurio. Hasta ayer en la mañana el acuerdo entre él y la mesa de Jacqueline van Rysselberghe decía que solo se le permitiría transmitir en vivo su discurso por streaming en su canal de Youtube, mas no las preguntas que se le harán. Hasta ahí ya era romper con la tradición de consejos generales y otras asambleas gremialistas a puertas cerradas. Históricamente la prensa tiene acceso al discurso del presidente o presidenta, pero se le retira por las buenas o por las malas del debate, que es la parte sabrosa; una vez hasta taponearon las ventanas con cojines para ahogar el sonido.

Pero esta vez el problema era más delicado y terminó echando abajo la idea ayer jueves. El miércoles se opusieron a este Longueira Live algunos históricos e integrantes de la Comisión Política. Por lo que se sabe hasta ahora, uno fue Gabriel Villarroel (aliado de Jovino Novoa, rival interno del protagonista de esta nota), quien habría llegado a advertir que si eso ocurría, iba a “desconfirmar” su asistencia remota a la CPA. Otros relatan que lo habría secundado su hermano Carlos y terceras voces agregan ahí a José Yuraszeck en el bando de quienes pidieron que todo fuera privado. Corte: ayer Longueira llamó a JVR para decirle que en vista del revuelo, no quería incomodar al plenario, y que al final no va a transmitir nada en vivo. Otra cosa es si graba y después sube el video en diferido.

Al menos dos cosas pesan en esto. Una, es que por mucho que haga sentido su tesis de adelantarse a abril fichando 28 cabezas de serie para las listas de convencionales (emulando la estrategia del “candidato privilegiado” con que la UDI barrió a sus rivales y descolocó a la Concertación en las municipales del 2000), para el único partido de derecha que sigue abrazado al “Rechazo” resulta brusco que Longueira resucite con el credo del “Apruebo” bajo el brazo. Ya en marzo le habían vedado unos cuantos segundos a Joaquín Lavín en la franja televisiva.

Como sea, se estaba generando un ambiente en que la campaña del “Rechazo” parecía dormirse, reconocen en el colectivo. Por esto mismo, en parte, los senadores se aplicaron y hoy comenzaron a divulgar un video en que reconfirman que van por esa opción y que son impermeables a la cruzada longueirista. El detalle es que ahí aparecen solo cinco de los nueve: la jefa de bancada Ena von Baer, Juan Antonio Coloma, Iván Moreira, Luz Ebensperger y José Miguel Durana.

No aparecen David Sandoval (ahora en reflexión), Alejandro García-Huidobro (se recupera de un accidente), Claudio Alvarado y.... la líder del partido, JVR. Ella no estaba en la reunión donde acordaron esto y cuando había que enviar el video estaba en zoom. Pero otros sacan cuentas de que habría tomado distancia porque le interesa que Longueira postule a la presidencia UDI. También recuerdan que ya dijo que “puedo no votar porque creo que es un despropósito hacer un plebiscito en estas condiciones”.

Como sea, el video fue una respuesta a Longueira. “Yo soy de una línea y voto rechazo”, dice Durana, desde Arica.

Y la segunda cosa que pasa es la interna. Antes de saber si se medirá o no, el exsenador no ha logrado fichar apoyo potente entre los diputados, tanto por la molestia que genera su tono “mesiánico” (adjetivo que más se repite) como que parta de la base que todo se va reordenar en torno a él como si fuera el año 2001 (ha hablado hasta de “Concertación” que ya no existe). Claro que eso se cruza con que la disidencia a JVR y la campaña de María José Hoffmann está anclada en esa bancada, donde ya le mandaron a decir que si quiere, que compita. Allá dicen que la diputada no teme medirse con él y que tiene “absolutamente definido” competir.

Cuánto influirá fuera de la UDI es otra duda. Al menos se sabe qué piensa del gobierno y sobre lo que se puede venir. El lunes 31, al día siguiente de su “reaparición”, le dijo a sus alumnos del taller por zoom que dictó en El Líbero cosas que no se sabían, como que comparte la tesis crítica del gobierno de que una derrota por paliza en el plebiscito pudiera poner contra la pared al Presidente Sebastián Piñera. Muchos lo piensan pero pocos lo habían dicho entrecomillas: “Hay que tirarse, hacerlo, porque tampoco hay coraje, nadie se atreve a hacer nada, y vamos todos a un precipicio… y tengo la convicción de que esa noche, si hay un 80%/20%, Piñera cae. Y punto. Sale igual que (Fernando, ex presidente argentino) De La Rúa en helicóptero, o esa noche hay que estar defendiendo La Moneda con las FF.AA. Eso buscan estos tipos”.

¿Se va juntar con Piñera, como insinuó el domingo? Dudoso. Siguen sin hablarse, y hasta ahora en La Moneda no han recibido, dicen, peticiones formales o informales de audiencia. Pero desde ya advierten que bajo el “nuevo trato” que forzó el último cambio de gabinete, la relación “institucional” es con los partidos y que así mismo va a seguir.

2. El sacudón en la “generación perdida” de la UDI

Mucho le han criticado bajo cuerdas de que “volvió muy noventero” y demasiado anclado en un pasado que ya no existe. Con parte de los parlamentarios reticentes a concederle un regreso triunfal, Longueira ha intentado en estos días rearmar redes en otros territorios. Uno es el grupo de ex alcaldes y ex congresistas que tenía bajo su mando en su mejor momento, entre el 2001 y el 2005. Se le llamó en su día la “tercera generación de la UDI”, y su distintivo es que fueron los últimos que conocieron de cerca a Jaime Guzmán y que fueron sus alumnos.

En ese bancada estaban José Antonio Kast, Marcela Cubillos, Rodrigo Álvarez (en su día aclamado como “el delfín de Longueira”), Darío Paya, Marcelo Forni, Darío Molina, y una larga lista. Generacionalmente coinciden con otros nombres como el exalcalde Gonzalo Cornejo, antes aliado suyo. Ninguno de las y los exdiputados acá listados sigue militando, pero por distintas razones. Algunos renunciaron, otros no se reficharon.

Y el retorno del exlíder ha revuelto harto recuerdo de por qué se les motejó la “generación perdida de la UDI”. Unos dicen que pese a que él los alentó, al final ni él ni el resto de los “coroneles” (Chadwick-Coloma-Novoa), les dieron espacio ni cargos en el alto mando. Otros retrucan que nunca se lo tomaron ellos. Y otros reconocen que entre algunos de ellos se enemistaron. Es cierto que Kast postuló dos veces a la testera gremialista, pero cuando ya había pasado la ocasión, y que eso mismo contribuyó a que Coloma presidiera el partido dos veces, frenando el recambio.

Entre algunos de ellos tienen un juicio muy crítico de la UDI que siguió después. Les molesta ver que ahora “hay peleas por la prensa y gente con agendas personales” cosa que no pasaba en la era Longueira, donde todo lucía monolítico, al menos de la puerta para afuera. Otras voces dicen que lo que le hizo mal al partido fue llegar al gobierno y que lo hacían mejor en la oposición. Y la distancia con la generación actual es sideral. Solo por comparar, diputados activos hoy, como Javier Macaya, nunca tuvieron de profesor a Guzmán; él tenía 12 años cuando al fundador lo asesinaron en 1991. María José Hoffmann tenía 15.

“Un abrazo y viva la UDI de ayer, no la de hoy”, les dijo Longueira este martes a los militantes del grupo de mensajería móvil denominado #UDI de Jaime y de Simón. Punto.

Esta semana el exdiputado Darío Molina le ayudó a armar una reunión por zoom con nombres como Andrea Molina, Marcelo Forni y otros. Y en otros barrios de la UDI, antiguos aliados suyos adelantan que algunos que no se habían refichado o habían renunciado, estarían dispuestos a volver a militar luego de este regreso. “No puedo hablar por el resto, pero yo sí lo estoy pensando”, dice Darío Molina.

En esta cruzada también se está apoyado en parte del equipo que tenía en su fugaz campaña a primarias presidenciales 2013 (Andrea Molina fue su “vocera social” por unos pocos días). Hay un grupo que le colabora en la producción de propaganda, gráficas, sus videos y este fin de semana verán si se expanden a otras redes sociales.

Mientras, algunos hacen ver que los “coroneles” no estaban tan retirados. Coloma está en medio de la trenza por la sucesión de JVR y no está aliado con Longueira. Chadwick (siempre lejos de las cámaras) ha estado pendiente, ha hablado con él pero -dice su gente- tampoco convino ni comparte toda la baraja que bajó esta semana. Novoa lleva tiempo delicado de salud y pasa la mayor parte de sus días en Puerto Varas o Frutillar (cuentan que podría regresar a la capital por unos días en octubre o noviembre), pero sus cercanos dicen que ha estado “muy bien informado” de lo que está pasando y en contacto con sus aliados.

3. “Nadie le cree el Apruebo a Lavín”: ¿Le conviene su regreso al candidato?

“Nadie le cree el apruebo a Lavín, todo el mundo parte de la base que es porque es candidato presidencial. Creo que tenía que haber una persona del perfil mío, de ser alguien más representativo del voto duro del sector, con alguna credibilidad en el sector que marcara el punto”. Eso lo dijo textual Longueira este lunes en el taller de El Líbero y el punto acá es que los dos no están -al menos insisten en el bando del alcalde- jugando coordinados.

Aunque ambos mantuvieron un pacto estratégico en que Longueira mandaba en la UDI y Lavín era dos veces candidato, hoy la cosa es algo distinta. Sus intereses confluyen porque al insistir el coronel en el “Apruebo”, remece las filas y e inclina la balanza hacia ese costado. En eso, su retorno le conviene al inconfeso abanderado a La Moneda 2021. También coinciden en la estrategia para la convencional, dicen otras versiones. Pero hasta ahí llega esto.

El dato acá es que -según el lavinismo- hasta ahora no hay agendado ni tampoco se cree posible que Longueira vaya a sacarse una foto con él y divulgarla como lo hizo ayer con Evelyn Matthei (aún nadie se explica muy bien cómo lo hicieron después de criticarse mutuamente esta misma semana). “Todas las garantías a ella y a Joaquín” declaró, con mayúsculas, en un texto que distribuyó en Whatsapp. La frase desagradó a algunos en el partido, nuevamente, porque “lo dice como si él mandara”. Pero el asunto es que al alcalde de Las Condes podría no convenirle que lo asocien demasiado a su figura.

Por eso mismo, hecha la consulta esta mañana sobre si ya se juntaron, si lo harán con o sin un café, y si se sacarán una foto, la respuesta en el lavinismo fue que “no va haber esa imagen”. Con el juicio pendiente de SQM, eso se ve más complicado. Así que por ahora, distancia social y distancia política.

Bonus track 1. Mientras en la UDI ha circulado la versión de que Longueira estaba desde enero pasado cuadrado con el “Apruebo”, el lunes él dijo algo distinto en su taller por zoom: “Yo estoy por el rechazo, quiero conservar lo que más se pueda de esa Constitución… ¿Cuál es la mejor forma para conservar esa Constitución, la mejor que ha tenido Chile? Dando la pelea en la convención, donde lleguemos todos legitimados, que el Apruebo no se lo adjudique nadie”.

Bonus track 2. Habrá pasado tiempo, pero hay rasgos del exlíder que no han cambiado. En ese mismo taller del lunes dijo también que “cuando uno escucha y lee a la presidenta del Colmed, que dice cuando habían 300 y tantos chilenos con Covid no estaban las condiciones del plebiscito, se tuvo que cambiar el plebiscito. Ahora resulta que hay 13 mil y tantos chilenos que han muerto, y el PC –porque es comunista, no es doctora…” a lo que agregó que “los comunistas son primero comunistas, segundo comunistas, tercero comunistas. No es doctora. Ella cumple un rol del PC… entonces dice simplemente que están las condiciones para el plebiscito, porque lo que quieren es esa noche botar a Piñera”.