Según un artículo publicado en Tendencias de La Tercera el 3 de enero pasado, cada año son más los chilenos que están optando por enero en vez de febrero como mes para salir de vacaciones. Tiene bastante sentido que mientras más gente sale en el verano, esta se vaya distribuyendo de manera equitativa en los meses obvios de calor, porque a menos que alguien sea fanático del Festival de Viña, nada indica que un mes sea mejor que el otro. Nosotros también nos pusimos en ‘modo’ vacaciones y este número lo pensamos buscando casas lindas fuera de Santiago. Una en Zapallar, grande y anclada al cerro, en su diseño se consideró la existencia de dos quebradas y cómo respetarlas. Tanto la arquitectura como el paisajismo dan cuenta de ello. La segunda es una casa de artista, proyectada como casa/taller para poder trabajar en ella durante el verano o los fines de semana largos. Su nave central, alta, sin desniveles y con mucha luz natural, permite que la secuencia de espacios se ajuste a las necesidades de uso de su dueña. El hecho de que fue la obra de una hija para su madre también habla del buen entendimiento de las necesidades del cliente que se tuvo al momento de proyectarla. Un detalle no menor es la cantidad de elementos antiguos que se reciclaron en esta construcción nueva, otorgándole un sello único. Carácter y mucha luz podrían ser su resumen.