Política

La elección más incierta de la UDI: el peso republicano que amenaza su supremacía en el Congreso

La "vieja guardia" del gremialismo mira con atención el desempeño electoral que tendrá la directiva que preside el diputado Guillermo Ramírez. Hay quienes tienen un pronóstico negativo: que el partido de José Antonio Kast crecerá a costa de ellos, lo que abriría una serie de recriminaciones.

JAVIER TORRES/ATON CHILE

A escasos días de los comicios, en la UDI reconocen que esta vez la elección parlamentaria será una prueba mayor y con más incertidumbre.

Esto, principalmente por una razón: la amenaza del Partido Republicano, con el que comparten electorado y que esperan siga creciendo en estos comicios.

Pese a que en el gremialismo buscan mantener los 20 escaños que hoy tienen en la Cámara de Diputados (aunque su bancada actualmente es de 22), los cálculos que circulan en las colectividades del pacto “Cambio por Chile” -que reúne al Partido Republicano, al Partido Social Cristiano y al Partido Nacional Libertario- y en sectores más pesimistas de Chile Vamos hay proyecciones más negativas: en el peor escenario, la UDI podría quedarse con apenas 12 diputados.

De cumplirse el pronóstico menos auspicioso, representaría un golpe no menor a la tienda que preside Guillermo Ramírez si esto se suma -además- a una eventual derrota en la presidencial de la militante de sus filas, Evelyn Matthei.

Pero a diferencia de RN, donde hay consenso en que una mala performance podría abrir una disputa interna por la conducción del partido, en el gremialismo hay versiones diferentes.

En sectores de la denominada “vieja guardia” del gremialismo transmiten que si el resultado electoral es malo, es decir, menos de 20 escaños, habrá una arremetida fuerte que pondrá en cuestión a la “generación de recambio” de la tienda, lo que obligaría una intervención de los “más antiguos”.

Esa versión, en todo caso, la contrastan desde el círculo de Ramírez. Ahí transmiten que el diputado, quien también busca su reelección en estas elecciones, ha logrado una posición de consenso.

Su conducción, dicen, es respaldada por la vieja guardia, con quienes el timonel habla recurrentemente. De todas formas, algunos dirigentes, como el exministro Víctor Pérez, han admitido cierta inquietud por el rumbo que ha tomado esa generación de la colectividad -a la que Ramírez pertenece- y que ha tomado el control de la UDI en los últimos años.

Lo cierto es que todos en la UDI miran con atención al Partido Republicano, sobre todo por la fuerza electoral que ha mostrado su abanderado, José Antonio Kast, cuyo liderazgo, advierten, favorecerá el crecimiento de su partido en el Congreso.

Por historia y por bases electorales es el competidor natural del gremialismo, ya que surgió precisamente desde las filas de la UDI. Explican que si antes la derecha más distante del centro tenía solo una opción, hoy ese votante tiene una oferta más diversa con republicanos.

Por cierto, en el partido también hay quienes matizan ese análisis. Sostienen que al propio Kast no le conviene “arrollar” a la UDI, pues de llegar a La Moneda necesitará aliados ordenados en el Congreso. Y en eso, recalcan, el gremialismo ha demostrado ser una fuerza disciplinada.

En los cálculos de las derechas asoma otra incógnita: cuánto espacio podrán ganar Johannes Kaiser y su bancada del Partido Nacional Libertario, un grupo aún pequeño, pero que podría captar parte del voto más ideologizado del sector.

Su comportamiento como oficialismo -frente a un eventual gobierno de Kast- está por ponerse a prueba. Sobre todo si en ese escenario electoral hipotético Kaiser queda por detrás de Kast, en el tercer lugar, a poca distancia.

“Si alguien puede incomodar el diseño republicano, son ellos”, dicen en el gremialismo.

Desde la directiva UDI buscan proyectar calma. Ramírez, en conversación con La Tercera, rechazó las proyecciones más pesimistas y sostuvo que el próximo Congreso mostrará una derecha fortalecida.

“La derecha chilena va a experimentar un aumento muy importante en el número de parlamentarios. Y eso significa que probablemente todas las fuerzas crezcan. Por lo tanto, aquí no estamos administrando pobreza, estamos administrando riqueza”, dijo.

En el partido insisten en que su foco no está en la disputa interna, sino en capitalizar el crecimiento general del sector. Pero entre los cálculos reservados y los sondeos preliminares, la pregunta se mantiene abierta: si el sorpasso republicano se concreta, ¿podrá la UDI sostenerse sin perder terreno en su propio electorado?

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