Permiso para sentir: el psicólogo de Yale que creó un sistema para usar el poder de las emociones

Marc Brackett.

Marc Brackett, académico y creador del Centro de Estudios Infantiles en la Facultad de Medicina de la U. de Yale creó un sistema denominado RULER, con el que busca cambiar el paradigma en torno a las emociones, para así crear una sociedad más empática y preparada para contextos anormales como el actual. El experto estará exponiendo este jueves en un seminario en Chile.


Cuando se habla de las emociones, se tiende a asumir que se tratan de características “blandas”, es más, algunos las asocian a la femineidad, ubicándolas en un polo opuesto a rasgos más analíticos, como el pensamiento crítico.

Sin embargo, la inteligencia emocional es una de las habilidades más solicitadas en el mercado laboral actual.

Pero, ¿esta inteligencia solo se asocial a los adultos insertos en este mercado? Para el Yale Center for Emotional Intelligence, la inteligencia emocional debería ser tan (o más) importante que el aprendizaje de las matemáticas.

Una alumna de la escuela secundaria Freiherr-vom-Stein lee su informe escolar anual después de pasar un año escolar que incluyó tanto la escolarización presencial como la educación en el hogar, debido a la pandemia de la enfermedad del coronavirus en Bonn, Alemania. Foto: Thilo Schmuelgen/Reuters.

Marc Brackett, director y fundador de este centro es firme en aquello. “Una de las diferencias de la inteligencia emocional, es que no es como la inteligencia cognitiva. Sé la suficiente cantidad de matemática para manejarme en la vida. Sin embargo, he pasado 30 años estudiando la inteligencia emocional, y sé qué algunos días son distintos a los otros. Nuestro sistema emociones es mucho más complicado, depende de mis sueños, qué tan saludable estoy, qué he comido, si he hecho ejercicio, mis relaciones. Es complejo y no creo que le hemos dado la atención suficiente”.

El psicólogo es uno de los invitados del VII Congreso Internacional de Educación que realizará la Fundación Seminarium a finales de mes.

Método RULER

Con el objetivo de usar el poder de la emoción, el centro encabezado por Brackett ideó el método RULER, que es el acrónimo de reconocer (recognize), comprender (understand), etiquetar (label), expresar (express) y regular (regulate) emociones.

Brackett explica que, a través de esta visión de cómo enfrentar las emociones, buscan enseñarles a las personas de todas las edades las habilidades de la inteligencia emocional para que puedan tener un mayor bienestar, mantener mejores relaciones, para realizar sus actividades de la mejor forma y que puedan lograr sus objetivos. “Queremos usar las emociones para crear una sociedad más saludable y compasiva”.

El profesor del Centro de Estudios Infantiles en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale indica que históricamente, las emociones han sido vistas como disruptivas, pero lo que ellos han tratado de explicar, es que realmente son estas muy importantes para entregar información útil para comprender nuestro comportamiento.

El profesor de Yale menciona que ahora se está viviendo un cambio de paradigma, donde se ha entendido que las emociones son esenciales para comprender de manera holística el comportamiento humano.

Nosotros vemos que todas las emociones son información. La rabia nos está diciendo que ha existido una injusticia, el miedo nos dice que hay peligro, la ansiedad nos dice que hay incertidumbre, y esa es buena información para tener, porque te puede ayudar a comunicarla, tomar mejores decisiones para tu salud, tu bienestar, tus relaciones”, agrega.

Cambio generacional

Si bien la inteligencia emocional es una habilidad que es solicitada actualmente, el concepto ha existido por más de 25 años. No obstante, no ha sido conocida de manera masiva por la percepción que se ha tenido sobre la expresión de las emociones, tildándolas de características que nos hacen “débiles”.

“Vivimos en un mundo que quiere suprimir nuestras emociones. Las emociones, especialmente las no placenteras, como la ansiedad, estrés, miedo, rabia, son vistas como negativas, y también son vistas como emociones que uno no puede controlar, que toman control de tu mente y de tu comportamiento, pero nosotros no lo vemos de esa forma”, indica Brackett.

Las emociones, especialmente las no placenteras, como la ansiedad, estrés, miedo, rabia, son vistas como negativas, y también son vistas como emociones que uno no puede controlar, que toman control de tu mente y de tu comportamiento, pero nosotros no lo vemos de esa forma”, indica Brackett. Foto: F. Cirou / PhotoAlto / Cover Images.

Sin embargo, el profesor menciona que ahora se está viviendo un cambio de paradigma, donde se ha entendido que las emociones son esenciales para comprender de manera holística el comportamiento humano.

Brackett plantea que los jóvenes de hoy tiene una mentalidad distinta, y que esto provocará que futuras generaciones se sientan más seguras y cómodas hablando sobre sus emociones. “Mientras más abiertos podamos ser sobre las emociones, más fáciles llevarse mejor con la gente, comunicarse”, añade.

Emociones en pandemia

En la pandemia, uno de los espacios que más se ha visto afectado han sido los colegios, especialmente los niños, imposibilitando el desarrollo de sus habilidades sociales, compartir, vivir y compartir situaciones y emociones con sus pares.

Brackett afirma que en general, es muy difícil para los niños crecer y es especialmente complejo en este contexto. Los confinamientos y el aislamiento provocan muchas emociones, como el miedo, la tristeza e incertidumbre por no saber qué pasará en el futuro.

Los estudiantes que usan máscaras para frenar la propagación del nuevo coronavirus llegan a clase en una escuela privada en Brasilia, Brasil. Las escuelas privadas, cerradas desde la segunda quincena de marzo debido a la pandemia de Covid-19, han reabrieron sus puertas. El regreso a la escuela es opcional y las clases en línea continúan para los estudiantes que eligen quedarse en casa viendo las clases a través de la educación remota. Foto: AP / Eraldo Peres.

El experto menciona que es un desafío para los adultos que no han tenido una educación emocional enfrentarse con estas situaciones, y por esto, están trabajando para incorporar el método RULER en el sistema educacional, para entrenar y entregarle las herramientas para sobrellevar estos escenarios no solo a los adultos, sino a todos quienes forman parte de sistema escolar.

“Debemos darles a los adultos el permiso para sentir, debemos darle al entrenamiento y el set de herramientas de la inteligencia emocional, porque si ellos no son los modelos a seguir, entonces los niños no les van a contar sus emociones. Es importante que todos los niños tengan a ese adulto con el cual puedan hablar sobre sus emociones”.

Permiso para sentir

Permiso para sentir es el título del último libro de Brackett donde explora y profundiza sobre la inteligencia emocional y habla sobre la necesidad de darnos la libertad de expresar nuestras emociones. “Va con enseñarle a las personas por qué las emociones importan. Las emociones son quienes guían nuestra atención, son importantes para la toma de decisiones, para las relaciones, la salud, para todo”.

El profesor de Yale sostiene que debemos capacitarnos para tener una mentalidad en torno a las emociones, transformándonos en “científicos de las emociones” y no en “jueces de las emociones”.

El último libro de Brackett explora y profundiza sobre la inteligencia emocional y habla sobre la necesidad de darnos la libertad de expresar nuestras emociones. “Va con enseñarle a las personas por qué las emociones importan. Las emociones son quienes guían nuestra atención, son importantes para la toma de decisiones, para las relaciones, la salud, para todo”. Foto: Bénédicte Desrus/Sipa USA.

El primero, explica, es abierto, curioso y reflexivo. Pero, el segundo es cerrado y crítico. Brackett plantea que, para convertir a las personas en estos científicos, es necesario enseñarles toda la ciencia detrás de las emociones, y las habilidades relacionadas con estas.

“Mi sueño es que todas las escuelas el mundo adopten estas prácticas para todos los líderes, los profesores, estudiantes, y todas las familias. De esa manera, todos puedan crear un lenguaje de la emoción y todos pueden aprender las estrategias para poder manejarlas”, finaliza.

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