Arte: Sinergia
Local Project. Una galería en Nueva York que funciona con un espíritu cooperativo que ha permitido que unos 500 artistas hayan exhibido su trabajo y que tiene entre sus fundadores y motor principal a una chilena. Acaban de inaugurar una intervención arquitectónica hecha de pallets reciclados, obra de otro chileno. Todo aquí es resultado del esfuerzo conjunto y del aprovechamiento de los recursos. Un ejemplo a seguir.
Fotos: Nicolás Matzner y Sebastián Loaysa
Dicen que Lady Gaga estuvo en varios eventos de Local Project (LP) antes de ser famosa.
Pero esa es solo una anécdota, porque esta historia tiene que ver con otras cosas y son varias las que se unen a la vez para hacer que todo funcione. Cómo el reciclaje o el reuso impulsan un espíritu colaborativo hasta en el mundo del arte. Con nada, aún puede hacerse todo.
Long Island City, Queens, Nueva York. Muy cerca de PS1, extensión del MoMA y al lado de 5 Pointz, meca del grafiti, está Local Project. La chilena Carolina Peñafiel, una de sus fundadoras, lo resume como “un lugar libre, orgánico, donde todos llevamos a la práctica nuestras ideas”.
LP es una iniciativa sin fines de lucro, una galería de arte que hace convocatorias abiertas a los artistas que quieran exponer allí su trabajo y que actualmente funciona gracias al apoyo de unos doce colaboradores. Voluntades que se unen y que han hecho posible que este espacio esté celebrando sus 10 años. Hay eventos todos los fines de semana, “en estos momentos se exhibe una muestra y performance de dos artistas neoyorquinas (kimonophilia.com).
El 17 de noviembre, Art on Vinyl, proyecto en el que discos de vinilo son intervenidos por artistas para ser donados como obra a LP y que con su venta se recaudarán fondos para seguir funcionando", cuenta Carolina.
Pallet Project. Antes y después
A comienzos de este año el arquitecto Nicolás Matzner dejó Santiago y su oficina para hacer La Ruta del Trompe, un programa disponible en YouTube acerca de las ciudades del mundo desde la perspectiva de las artes. En eso estaba en Estocolmo cuando fue invitado a participar, junto a la artista Carla Garlaschi, del proyecto Peregrini/Polinators, que consistió en cruzar el continente europeo en bicicleta de norte a sur, de mar Báltico a mar Adriático, siguiendo estrictamente la línea recta que dibujaba el doblez de un mapa sobre Polonia, República Checa, Austria, Eslovenia y Croacia.
Este viaje, organizado por el colectivo de arte experimental resilients.net, también congregó al laboratorio de arte contemporáneo belga nadine.be y a la agrupación sueca performingpictures.se. En el camino, todos fueron desarrollando proyectos desde sus perspectivas artísticas. “El ritmo de este periodo de producción y traslado se desarrolló dentro de una rutina de sustentabilidad medioambiental extrema.
Después de vivir más de 20 días en medio del bosque de la isla de Rab (Croacia), en la meta final del proyecto ciclístico, di un giro radical y me fui Nueva York", Cuenta Nicolás, agregando que toda esa experiencia es completamente parte de lo que vendría después en un escenario completamente diferente.
Él conoce LP desde sus inicios y también ha sido parte de su historia reciente. Cuando Terminal 1, sede chilena de la galería ubicada en Barrio Italia, aterrizó aquí el año pasado la bienvenida fue montando temporalmente la primera muestra en un loft remodelado por su oficina de arquitectura. Pero ahora en NY tenía otra cosa en mente, o más bien unos pallets aparecieron en el camino.
El espacio contiguo a LP funcionaba como una bodega, y luego de ser desocupada por su dueño quedaron ahí varados una serie de pallets. Carolina quería usar ese espacio para expandir la galería, había que sacarlos. Pero dentro de la misma lógica en que Nicolás venía viviendo y trabajando, decidió reutilizarlos para intervenir esta ampliación, creando además módulos móviles.
“Así como cuando de tantos árboles no se podía ver el bosque, en esta nueva locación, de tantos edificios no se puede ver la ciudad. El desarrollo de una nueva obra debía tener como principal misión concientizar a los ciudadanos de la producción excesiva de desperdicios”, cuenta Nicolás sobre cómo surgió el primer brote de proyectos que han nacido bajo el alero de Pallet Project: Mottainai Room.
“En japonés existe un concepto
conocido como ‘mottainai’, que se refiere al malgasto de un recurso tanto físico como no material. Es con este espíritu que se concibió este espacio de 50 m², con el trabajo conjunto de colaboradores históricos de LP y la participación de los constructores Cristián Torres, Miguel Luciano y Piro Salinas”, agrega, quien además se tomó tan en serio el reutilizarlo todo, que durante todo el proceso se trasladó diariamente 25 km en una bicicleta reciclada para llevar a cabo todo el proyecto.
Pero el asunto no terminó ahí y Pallet Project siguió creciendo. A semanas de haber inaugurado este nuevo espacio a comienzos de octubre, surgió otra iniciativa para aprovechar los desechos de los desechos. Pallet Tower es una estructura que se creó con lo que sobró, para ser intervenida por los grafiteros que habitualmente están pintando en el edificio de 5 Pointz. Para Nicolás lo importante de esta obra “es el hecho de haber logrado un acuerdo entre entidades muy diferentes dentro del mismo barrio: autoridades de bienes raíces, galeristas, curadores y pandillas, que coinciden para materializar un objeto que resulta del trabajo conjunto”.
Para él Pallet Project “es el resultado del reciclaje del transporte, desechos, pero sobre todo de relaciones humanas”. Sobre esto último Carolina Peñafiel señala que el proyecto “ha ido más allá que del reuso. Desde encontrar el material gratis hasta la mano de obra con que se hizo todo. Ha sido un buen ejemplo de trabajo colaborativo. La gente se ha comprometido mucho con LP a partir de este proyecto, que transformó la energía del espacio”.
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