Econciencia: La luz
El ser humano puede percibir visualmente una parte de los rayos solares, este rango visual electromagnético que va entre el ultravioleta y el infrarrojo. Fuera de este rango no vemos nada, es negro. Si hay más ondas, solo con ciertos equipos se puede ‘ver’ algo.
Esta área visible es blanca, se llama luz, y está compuesta por lo que llamamos colores, ellos van en este orden: violeta, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. El del centro, el amarillo-limón, es el que mejor se percibe, por ello muchos productos y señales lo usan, como pelotas de tenis, chaquetas de guardias de seguridad, carros de bomberos de aeropuertos, motonetistas, avisos de tránsito y hasta en el lápiz ‘destacador’ del escritorio. Si algo desea que se vea más, que sea de ese color. De noche, en las calles iluminadas con amarillo, se ve más que en las otras, pero cuesta apreciar los colores. En los supermercados siempre se alumbra con azul la zona de carnes y pescados para que se vean más ‘frescos’; en las zonas de vinos se usa luz amarilla para dar una sensación cálida. Algunos arqueros de fútbol y deportistas lo usan para justamente complicar al adversario, otros usan la estrategia contraria, toman un color del fondo para confundirse. Esto se cambia al naranjo si se está en la nieve, por tema de contraste.
Ahora bien, esta parte visible del sol es la que más energía tiene, es decir vemos la parte más energética del sol. Por ello, si un vidrio debe controlar esta zona fuerte de energía, debiera ser opaco. Si el ojo alcanza a ver a través del vidrio, quiere decir que el sol ya lo traspasó, por ello es imposible hacer un vidrio que corte el paso del sol 100%. La tecnología del vidrio para cortar el paso de los rayos solares ha avanzado mucho, pero existe un límite, los mejores lo hacen perjudicando la visión del exterior, hay cambios de tonos y colores. Muchos utilizan filtros azules o verdes para dar la sensación de frescor. Otros, en su afán, usan films contra el sol, pero cada vez que se corta el paso del sol el elemento bloqueador se calienta. Haga la prueba, en un vidrio de su casa ponga un celofán de algún color, o píntelo diluidamente para seguir viendo al exterior, o ponga un serigrafiado, al poco rato verá que esa parte está más caliente, y mientras más oscuro sea, más calor tendrá. Frenar el sol no es gratis, la sombra significa calor en otra parte.
La radiación solar en Chile en general es muy fuerte, por ello los edificios que abusan de la transparencia se recalientan, aunque usen los vidrios más sofisticados o dobles pieles ventiladas, las que sí son útiles en lugares de menos intensidad solar (como en el norte de Europa o extremo sur de Chile).
Esto solo se corrige con el aire acondicionado, eterno gasto.
Las mejores opciones para controlar el sol son: hacer las ventanas más chicas o contar con protecciones solares exteriores frente a las transparencias. Si el interior llegase a quedar oscuro (por problemas de diseño en realidad) no es grave hoy en día, pues las ampolletas son cada vez más eficientes y no se recalientan, con ello el gasto energético en iluminación es bajo. Pero enfriar un interior es lo más caro que existe, es preferible evitarlo: justo lo que los edificios acristalados no logran.
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