BAJO COSTO

Según Moure esta vivienda “tiene algunos aspectos de casas  prefabricadas en el sentido de automatización de las cosas”.  Se hizo con acero, fibrocemento, metalcom y vidrio. Tiene 187 m² y tuvo un costo de 24 UF/m².

Casa ‘A’, así llaman a este proyecto sus creadores, Francisco Moure y Fernando Domínguez (altosarquitectos.cl), de 187 m², previamente pensados y estudiados, que se construyeron en base a un cuadrado de 13,68 m, con la capacidad de generarse a sí mismo, dando forma a esta casa tridimensional, 100% geométrica, abierta al jardín y luminosa.

“Las principales características son que la casa  tiene que verse como una estructura de líneas, es decir, verse como el espesor del cartón. Para lograr eso se ocuparon varios detalles como que las ventanas lleguen hasta la cornisa del techo, y que la unión entre el primer y segundo piso fuera una pletina, lo que deja entrever solo una línea”, cuenta el arquitecto Francisco Moure.

Por otro lado, el encargo fue diseñar una vivienda que tuviera dos ‘dueños’. “Queríamos que los arrendatarios se sintieran como en su casa, por lo que el programa y todos los espacios debían resolver todas nuestras necesidades y al mismo tiempo dejarla abierta para que cada familia la sintiera suya”, agrega Juan Santamaría, arquitecto y miembro de la familia propietaria.

Sencilla y minimalista en palabras de Francisca González, su dueña, la edificación se destaca por ser un lugar de paso, para descansar y especialmente porque sus arquitectos se encargaron de que fuera un proyecto bien diseñado pero de bajo costo -24 UF/ m²-. “La casa fue pensada para ser levantada los más rápido posible y manejando costos acotados, por lo que decidimos hacerla en volcometal”, dice Juan.

Además, en todos los espacios se aprovechó al máximo la luz natural a través de ventanales que van de piso al cielo, un elemento esencial para lograr este ambiente relajado, playero y familiar. “Un par de efectos que hicimos con la iluminación natural fue que recogimos la luz de la mañana y la tarde para que le pegara al único muro de cedro de la casa”, agrega Moure.

Con una vista envidiable, proyectada desde todas sus ventanas, terraza y jardín, el mar pasa a ser uno de sus más imponentes vecinos; todo rodeado por el paisajismo de Elizabeth Huyghe, encargada de toda la vida que rodea la casa.

En su interior el blanco viste las paredes y el piso de pino al albayalde, aumentando la amplitud. Por otro lado, la decoración sigue el mismo patrón anterior: “Pensamos siempre en lo práctico y lo cálido. Intentamos no llenarlo de muebles y que cada uno cumpliera un rol y una función especifica dentro del espacio, para así resaltar la arquitectura y la luz”, dicen Francisca y su hijo Juan, quienes se encargaron de esta parte. Por ejemplo, diseñaron la mayoría del mobiliario -camas, banquetas y mesas de centro- y luego se mandaron a hacer en Signo Muebles, ya que trabajan muy bien el coigüe.

‘De paso por la playa’ es el concepto de este lugar, hecha para ser arrendada, pero que sus dueños aprovechan igual, más de una vez al año. Finalmente, frente a la sencillez que se aprecia, son las personas quienes llenan, aunque sea por pocos días, la casa A en Santo Domingo.

MATERIALES
El volcometal es una estructura de perfiles metálicos (fierro galvanizado) que forma un bastidor de alta resistencia al fuego y es termoacústico. Es fácil de montar y permite buenas terminaciones.

EL REVESTIMIENTO que vemos en la pared es de madera de cedro boliviano, aporta calidez y su característico aroma.

El living y comedor fueron decorados por los dueños de casa. El comedor se compró en Muebles Sur, la banqueta es un diseño de Cazú Zegers, las mesas del living son diseños hechos por Francisca y Juan y fabricados en Signo Muebles. Todo lo que se ve de cerámica gres fue hecho por la dueña.

PAISAJISMO
Elizabeth Huyghe, arquitecta paisajista y amiga de la dueña, estuvo a cargo de todo el jardín de esta casa. Lavandas adornan el lugar, que durante el invierno se mantiene verde y con la primavera se llena con los colores de distintas flores.