Un sello particular fue lo que Alejandra Vicuña quería lograr al decorar este departamento en La Dehesa. El encargo que llegó a su manos era conseguir espacios "acogedores, alegres, sencillos pero con onda y en los que el living fuera el centro, ya que en la práctica se usaría como sala de estar", cuenta. Por eso definen este como el centro de la vida del hogar, mezclando todos esos conceptos. Acogedor y alegre para los niños y con un ambiente cómodo y de reunión para los más grandes. Para que todos, incluidos los invitados, disfruten sin restricciones.

Comodidad y sencillez son también características que se privilegiaron en la totalidad de los ambientes que fueron pensados para los niños y sus actividades. Esto también se traslada al entorno, un barrio elegido porque alberga todo lo que ellos necesitan. Por eso tampoco se pierde ese tono alegre, que circula en las habitaciones como áreas comunes, que además incluyen practicidad en cada rincón.

"Es una combinación de cosas. No tiene un estilo único. Hay cosas modernas y otras más clásicas. En lo que no transamos es que, independiente del estilo, debía ser muy acogedor, vivible", resume Alejandra. También agrega: "Fue un encargo bastante libre ya que fue trabajar prácticamente desde cero en el sentido de que se optó por muebles nuevos más que reutilizar los que ya tenía". Sin embargo, recalca que todo el tiempo se trabajó en conjunto con la dueña, algo crucial para el resultado final.

Cuenta, por ejemplo, que los cuadros no fueron comprados, sino que eran una colección que ya existía de su antigua casa en Chicureo. "No son de artistas conocidos. La mayoría han sido regalos, y tienen un significado especial para ella", agrega finalmente.