Espacio: Refugio de vidrio
Versatilidad y funcionalidad, y, por qué no decirlo, algo de nostalgia y azar es lo que destaca en este refugio. Una arquitectura abierta al paisaje estremecedor de Farellones, a la cordillera, nieve y al sol invernal que prima este invierno.
En algunas ocasiones las cosas suceden tal como deben ser. El diseñador y coordinador de la Escuela de Diseño de la Universidad Diego Portales, Pablo Garretón, pudo volver a Farellones, lugar en que pasaba todos los veranos las vacaciones de invierno y cada temporada de esquí cuando pequeño. Su padre tenía un refugio en un lugar casi inhabitado. En aquella época estaba el refugio de la Universidad de Chile, y tal vez un par de arrieros. El destino fue clave. No solo pudo comprar en el mismo sector, sino en parte del terreno donde pasó sus mejores recuerdos de infancia. De ahí, el azar puso su parte. No quería construir para él solo, prefería compartir ese lugar con otras personas que tuvieran su misma visión y fascinación por Farellones. Fue así como apareció por amigos en común la ex entrenadora de esquí y actual corredora de cobra Marcela Weason. Apenas se conocían, y por diferentes motivos finalmente nadie más se sumó. Pero eso es parte de otra historia. Vamos a los que nos aboca: ¡el refugio!
Pablo y Marcela nos cuentan que cuando se sumó el arquitecto Víctor Jara le entregaron algunos croquis, “monos” -como les dicen-, con la dinámica y el programa. Su visión fue clave. La pendiente se aprovechó para encajar este volumen acristalado. Se accede por la parte del estacionamiento a través de una pasarela de fierro que conduce al recibidor o la “sala de esquís y botas”. De ahí el recorrido va por una escalera que baja a las áreas comunes, que en este caso se encuentran en el primer piso de este cubo, donde en una misma planta se sitúan living, comedor y cocina. Todo integrado. Y lo mejor, sin duda, el estar que se divide con una mampara móvil, que permite, si es el caso, compartir con los hijos -uno por su parte, y tres por la de ella-. Esta misma versatilidad de la especialidad se percibe en el segundo piso, donde se encuentra el dormitorio principal abalconado hacia el living, y que se cierra cuando es necesario. La tercera planta es la mansarda. Allí se encuentra otro cuarto, el de invitados, con una serie de camas, una al lado de la otra. Todo el interiorismo es coherente con la arquitectura. Todo es simétrico y octagonal. Todo es transparente y luminoso. Todo es cálido y acogedor.
TERMOPANEL:
Un refugio en la nieve sí puede ser acristalado; el uso de termopaneles permite un ahorro de un 30% en combustible.
BAÑOS:
En relación 3:1 para evitar el atochamiento a la hora en que abren las canchas de esquí.
PISOS
de cero mantención es lo que requerían los propietarios. Esto definió que el revestimiento de las áreas comunes fueran de piedra pizarra. Todo igual para baños, cocina, living, comedor y pasillos. Los dormitorios, en cambio, son de piso flotante. El criterio que predomina: de fácil limpieza.
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