¡La barra me habló!
Y vaya que me dijo cosas muchas puedo decir y comienzan un poco así: hoy el tomar está divertido, sugerente y coqueto. Pasamos hace rato a gozar con lo embotellado de mejor calidad y ahora una barra, pública y privada, se puede jactar de variopinta y buena. Hace años que lo premium tiene sus adeptos y sigue ganando espacio. Ahora se exige -y se toma- con nombre y apellido. También se quiere probar, estar al día y brindar bien. Para eso salimos, celebramos y buscamos. Recorrimos barras y disfrutamos de un trago con expertos -hablando de tomar-, a estas alturas un arte delicioso de practicar.
Absolutamente Molecular
Para lanzar su último sabor Absolut Orient Apple, la ondera marca de vodka trajo a dos secos moleculares desde España, Andrés Madrigal, encargado de la cocina, y Javier Caballero, el rey de la coctelería molecular. Hablar de molecular es entrar en un mundo de ciertas reacciones (con máquinas o usando nuevas algas marinas, por ejemplo) para convertir un jugo en bolitas de centro líquido o un trago, con divisiones por densidades. El resultado es asombroso, rico y sobre todo bello. Aquí Caballero maravilló con un trago de hielos ahumados más almíbares de manzana y jengibre (los ingredientes del nuevo Absolut). También hizo gelatinas más otro trago en pipetas.
W: javiercaballero.es
Barras: Hablar de bares en Chile no es fácil. Hay muchos recuerdos y favoritismos. Nosotros hicimos nuestra lista.
W Lounge. De hoteles y más.
Los hoteles siempre se han llevado aplausos con sus barras. En Chile el Hotel Ritz marcó pauta y hoy el W ostenta una barra que francamente dan ganas de tomársela completita con lo mejor, de todos los tipos y a lo grande. Está en el 4º piso, con música que invita y en medio de la terraza y dos excelentes restaurantes. Aquí lo mundial manda con gente que pide desde el Cosmopolitan al Bloody Mery pasando por nuevas creaciones con el Peartini, Grey Goose de pera con jugo de pera y rebanada de la misma fruta. Ojo con el pisco sour de Waqar terminado con un poco de carmenère y marcando la diferencia. Hotel W (Isidora 3000)
ETNIKO El clásico reinventado.
Desde el 1997 que el Etniko mete ruido. Pasaron de ser ese restaurante de sushi innovador a abrir la carta con más toques asiáticos e inaugurar, hace muy poquito, una salita club bar (abierto solo los jueves y algunos viernes) con barra especial para vodkas, donde se pueden probar tragos entre más de 20 botellas de este destilado. Aquí hay que volver al Luciano (desde siempre en el Etniko), vodka pera con zeste de pomelo y agua tónica. O probar el vodka Lychee (dulce fruta oriental) o el de pepino, sensualmente fresco. Una prueba de la versatilidad de ese destilado. Además, y también nuevo, hay otra barra donde hay prácticamente de todo.
W: etniko.cl
MAMBOLETA El nuevo.
Pasa lleno y la gente brinda feliz. Look clásico, un poco europeo pero con el humor chileno. Buena barra de madera que sirve ya tragos especiales. Muy en la onda de lo infusionado, tendencia, por cierto, que domina las barras mundiales. Aquí vaya por el Tía Rosa María, la sensación del momento y Jack Daniel’s, pomelo y romero. Rico, buena mezcla y de esos sabores que invitan a más. Si anda regodeón, aquí puede antojarse con lo que quiera. Gran variedad de etiquetas y botellas.
W: mamboleta.cl
Conversaciones de barras
Conversarse un trago debe ser uno de los grandes placeres de la vida. Eso de dejar que la lengua fluya y los alcoholes suban. Yo hablé con 4 fabulosos hombres sobre tragos. Héctor Riquelme, sommelier apasionado y creador de elcavista.com, un sitio donde se enterarán de delicias bebibles en su máxima expresión, cuenta que Inglaterra y España pasan por una fiebre de gin, amarrado de una vuelta a los tragos clásicos y algo de coctelería molecular. A la vez, Ricardo Grellet, sommelier que ahora vemos en el programa del 13C Para Gozar, comenta que el disfrute del trago por la variedad y el gusto personal, que incluye combinaciones. Si se habla del regalar tragos hoy no se equivoque y vaya por el pisco, es nuestro y es bueno. Así lo dice Patricio Rojas, editor de la Revista Placeres, que alaba Mistral Gran Nobel, un estupendo best value que el mejor sommelier del mundo, Gerard Basset, hasta incitó para que todos los restaurantes chilenos lo ofrezcan como gran bajativo. Para comprar, regodéese con grandes botellas en tiendas especializadas. Hoy llegan más piscos y grandes vodkas, como lo asegura Rodrigo Luco, dueño de la Vinoteca.
Ellas, las botellas. Las imprescindibles.
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