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La oficina en los tiempos de nómada digital: ¿Dónde quedó mi escritorio?

Si hasta hace unos 20 años "el trabajo" era un lugar al cual se asistía, hoy y a futuro significará un estado, un espacio de tiempo que se puede desarrollar en distintos lugares y horarios gracias a las tecnologías móviles. Cómo se adapta el espacio laboral a los nuevos tiempos y nuevos tipos de trabajadores es lo que revisamos en estas líneas.

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Hoy vivimos una etapa de transición. Estamos con un pie en el viejo mundo mecánico-industrial que heredamos y el otro, en el work in progress infatigable del mundo digital que se actualiza día a día expandiéndose en todas las áreas de la actividad humana, entre ellas el espacio laboral.

La tecnología móvil ha sido uno de los factores fundamentales en esta transformación, en la que también influyen la globalización -que permite tener oficinas en un continente y producir en otro a miles de km-, el ahorro energético -que busca edificios más sustentables- y los cambios sociales de los últimos 20 años con personas de distintas edades, sexo y etnias trabajando codo a codo.

La incorporación de las nuevas generaciones, nativos digitales, a la fuerza laboral es uno de los catalizadores que están transformado fuertemente los espacios de trabajo, antes concebidos rígidos y conservadores para un esquema organizacional de la era industrial. Hoy, en la sociedad de la información, por primera vez en la historia las jóvenes generaciones son las que dominan la tecnología reinante y no sus mayores, como había ocurrido siempre, lo que les otorga un lugar importante en cualquier organización. De ahí la flexibilidad de los ambientes, la inclusión de más espacios de encuentro, de relajo y de distracción, al estilo ‘Google’. No es moda, ni ‘buena onda’, es necesidad, para cualquier empresa inteligente que busca mejorar su productividad y bajar sus costos.


UN LUGAR PARA CADA UNO

Si los nacidos antes del 45, conservadores -con un fuerte sentido de la responsabilidad y la formalidad-, buscan espacios jerárquicos que marquen las diferencias, y la generación X -individualistas y emprendedores-, espacios más flexibles y personalizables, los Y, nacidos después del 82, capaces de realizar varias tareas a la vez, necesitarán lugares divertidos, flexibles, abiertos, que los mantengan entretenidos y ocupados, como indica el arquitecto Víctor Feingold, fundador de Contract y colaborador en Arq del diario argentino Clarín.

“Hoy por hoy en las oficinas tenemos la responsabilidad de diseñar esos espacios, darles la bienvenida a las generaciones ‘Y’ y ‘Z’, y entender que vienen con una problemática distinta, una visión y ambición diferentes y un enfoque que no es el que teníamos nosotros con nuestros cubículos, paneles de colores oscuros y una formalidad que hoy día el trabajo no tiene. Es difícil que a un Y le guste estar sentado todos los días en el mismo escritorio mirando de la misma manera al mismo lugar, y  por una cuestión no solo de hábitos, sino de cómo se interrelacionan con el resto de la gente, de una necesidad diferente. Por eso generamos esos espacios de colaboración, de encuentro. Porque la forma de trabajo es diferente a la que tenemos”, dice Fernando Lerici. SVP-Design & Construction Latmex región, head CITI del Citi, unos de los expositores de Workplace, conferencia organizada por Contract referente a la oficina del futuro.


LA PLAZA PÚBLICA

Revisar el correo durante una reunión, bajar archivos de la nube en el café de la esquina o trabajar en la noche desde la casa… el modo en que producimos cambió. Como indica Jordi Serrano, de Future 4 Work, consultora española dedicada al tema,  “el trabajo ya no es un lugar al que vamos, sino que es un ‘estado’ en el que estamos cada vez que nos conectamos con nuestras tareas desde nuestros dispositivos. Hoy podemos trabajar en muchos casos desde cualquier lugar y a cualquier hora”.

En este nuevo escenario ya no se necesita igual número de escritorios/computadores por persona, al contrario, resulta tan poco eficiente como tener estacionamientos asignados para cada persona, porque pasan desocupados en un 30, 40%, cuando estamos de vacaciones, enfermos o salimos a reuniones, explica Lerici. “La pertenencia de puesto/persona ya no va más”, agrega Fabio Roszczewski, Head of RE Ericsson LATAM, que ha implementado el freesitting, flexibilidad que permite a cualquiera utilizar cualquier puesto de trabajo.

En el caso de Citi, se está implementando poder acceder a la información de cada uno con su clave, desde cualquier estación de trabajo o desde casa, y utilizar espacios desocupados la mayor parte del tiempo, como las cafeterías y restaurantes, para otras tareas como capacitaciones o reuniones a horas que no sean la de almuerzo.

Se definen ‘barrios’, sectores destinados a ciertas tareas, con   equipamiento necesario, áreas que necesitan de mayor concentración para trabajar que pueden ser vecinas de otras más distendidas; mesas, bancas para trabajo en equipo, escritorios que suben, o bajan, en plantas que pueden ser mixtas y mezclar funciones, no como en el pasado, separadas rigurosamente por tarea.

Como indica Serrano, “ya no es necesario un espacio físico concreto para realizar la mayoría de nuestras actividades en el mundo digital y se trabaja más por proyectos que por ‘puestos fijos’, las oficinas pasan de ser lugares para producir a ser ‘lugares de encuentro’ en que las personas compartirán ideas y se conectarán entre ellas. El diseño se parecerá más a ‘plazas públicas’ con espacios adaptados a las distintas actividades que las personas realicen en cada momento. Aunque la tecnología parecería haber eliminado la necesidad de acudir a una oficina, seguimos necesitando el contacto humano, y estos nuevos espacios servirán fundamentalmente para generar las ideas que solo surgen cuando trabajamos en grupo”.

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