"Gurú, fakir, guerrero". Una frase que Eduardo Bonvallet utilizaba constantemente para sus arengas futbolísticas tanto por radio como por televisión, donde se transformó en un personaje sumamente trascendente luego de haberse retirado del fútbol a los 28 años producto de las lesiones.

La década de los 90 lo enzalsó como un referente de opinión en el país. No solo deportiva, también nacional. Vivía en una buena situación económica, y a principios de la década del 2000 varios lo querían como seleccionado nacional. Había hecho gran carrera en la Radio Nacional, Canal La Red y Canal 13, dode estuvo para el Mundial 2002. Siempre se lo vio enérgico, y, para muchos, con delirios de grandeza acordes a una persona incoherente.

Tras una mala experiencia como entrenador de Deportes Temuco, en 2007, vinieron los peores episodios de su vida privada. Su depresión endógena lo hizo vivir episodios como el ocurrido en 2008.

"Salí del Liguria y me puse a caminar, a buscar dónde refugiarme, pero no una mujer donde engañar. Deambulaba. Buscando gente a quien acercarme, alguien a quien poder tocarle el timbre, que fuera mi amigo y poder llorar y decirle ‘compadre, estoy para la corneta, ayúdame’. Llegué a un pub donde había mucha gente, ¿y cómo termina uno? Haciendo puras embarradas", afirmó ese año, en el que estuvo internado por un "colapso mental".

Ese mismo año, tuvo uno de los episodios más explosivos con una mediática pelea por Carlos Caszely. Y en 2011, un cáncer gástrico casi acaba con su vida, pero salió adelante y en 2012 contó oficialmente que había vencido aquella enfermedad. Para su familia, una segunda oportunidad para que el guerrero pudiera vivir más en paz.

Sin embargo, en 2014 ya daba señales de pasarlo muy mal. Los líos por violencia intrafamiliar de su hija Daniela lo tenían muy mal. "Es la angustia, el dolor del alma y es la peor tragedia que he tenido en mi vida... creo que basta. No nos hemos podido reunir, cada uno vive su duelo de forma separada, cada uno llora en un momento, en horas diferentes, y a veces algunos tienen más ganas que otros".

Siempre confrontancional y peleado con mucha gente,  incluidos varios personajes del medio futbolístico, el Gurú no soportó la lejanía con su familia, y vivía encerrado en una pieza en un hotel en Providencia. Iba a Radio La Clave, pero no lo estaba pasando bien, pese a que siempre se mostró alegre con sus compañeros de trabajo. Algunos cercanos aseguran que ya había tenido dos intentos de suicidios. Hasta que un 18 de septiembre, no aguantó más.