El sueño de Fresia Castro
¿Dejar todo botado, cambiar de país y de vida para seguir señales recibidas en sueños? Es lo que hizo la periodista quillotana Fresia Castro, quien hoy con su método está cambiándole la vida a miles de personas.

En Chile tenemos la tendencia a valorar más lo que viene de fuera. Por lo general, quienes han realizado contribuciones importantes son reconocidos localmente cuando su aporte ha sido exaltado en el extranjero. Ejemplos de esto son Humberto Maturana, Francisco Varela o Marcial Losada, por nombrar algunos. A la quillotana Fresia Castro le está ocurriendo lo mismo.
Fresia nació en la Quinta Región y estudió Periodismo en Valparaíso. Mientras trabajaba en el Puerto como jefe de prensa de Radio Cooperativa, a fines de los años sesenta, vivió una serie de acontecimientos que cambiaron su vida.
En esa época tuvo un sueño, en el cual unos seres superiores le indicaron que debía dejar todo para trasladarse a Francia, donde debía cumplir una misión que le sería revelada más adelante. Podemos imaginarnos qué le habrán dicho sus familiares, amigos y colegas de trabajo: como mínimo, que estaba loca si creía en algo así. Fresia llegó a pensar que tenía algún trastorno psiquiátrico y que debía olvidar ese sueño. Sin embargo, desde dentro de ella surgía con fuerza una inexplicable certidumbre: debía cumplir con lo que se le pedía.
LA RESPUESTA DE SU GPS
Antes de partir, conversó con amigos, profundizó el tema con su marido y siguió buscando la respuesta dentro de sí, pues no tenía ninguna certeza de estar en lo correcto. Debía renunciar a su trabajo y desarmar su casa para partir a Francia a embarcarse en un proyecto que se le informaría en sueños.
Todo lo externo decía que se quedara en Chile; sin embargo, su GPS interior le gritaba que ese no era su camino. Dejó de pensar que estaba loca, cuando se dio cuenta de que se sentía tranquila, mantenía la razonabilidad en todos los aspectos de su vida y sus relaciones sociales fluían como siempre.
Partió a Europa basándose sólo en su certeza interior y allí vivió una historia alucinante y mágica que relató en el libro "Surameris". Sus sueños le dieron señales concretas de lugares y personas que debía visitar. Era una locura que poco a poco fue tomando forma concreta. Recibió un método de enseñanza que debía ser preservado y expandido, para lo cual volvió a Chile a fines de los 70.
Estos sueños le mostraron que su camino de evolución personal pasaba por irse a vivir al Desierto de Atacama, lo que hizo durante 12 años. La acompañaron personas que trabajaron con ella en el conocimiento del alma humana y en el desarrollo de diferentes métodos para conocer y desplegar la automaestría de las personas.
Todo este recorrido lo hizo guiada por su GPS interior.
SIMPLEMENTE FRESIA
En 1992 decidió que lo que había aprendido debía transmitirse mediante alguna técnica de desarrollo de la creatividad, pues a su juicio, era una de las maneras privilegiadas para desplegar el potencial creador de las personas y para aumentar la energía personal y del entorno.
Fue así como creó el método Cyclopea de Activación de la Glándula Pineal, descrito en el libro "El cielo está abierto". Entre 1992 y 2005 comenzó a dar talleres para personas que se lo pedían y se dedicó por completo a ello. Para ese entonces, cerca de dos mil personas habían asistido a sus cursos, pero su GPS le decía que la expansión del método debía hacerse fuera de Chile.
En un nuevo acto de valentía y coraje se trasladó a México, donde no tenía redes ni contactos. Allí fundó Cyclopea Worldwide, con el objetivo de dar a conocer y difundir masivamente el método de activación de la glándula pineal.
Desde 2006, su organización se ha expandido por todo México y está comenzando a ampliarse hacia Centroamérica. Ha capacitado cerca de 50 instructores y miles de personas han asistido a sus cursos.
Fresia ha repartido su tiempo entre seminarios en México y en Chile, con un intenso ritmo de vida. A pesar de ello, siempre está sonriente, su energía nunca decae y en forma constante está lanzando proyectos nuevos: desarrolló un método de aplicación de la glándula pineal para la creación de valor en las empresas, ha realizado múltiples talleres de regeneración de la energía personal y está próxima a publicar un nuevo libro.
A pesar de que sus alumnos han querido darle trato de gurú, Fresia se considera una persona común y corriente. Cuando se le preguntó por qué no aceptaba ese trato de "maestro", respondió que todos somos estudiantes en busca de automaestría, pues los maestros humanos no existen, sólo están en los planos divinos. Ella no hace juicios negativos, no critica a nadie y siempre encuentra una respuesta apropiada a las dificultades.
Fresia tiene la certeza de que América es el continente energético, el que puede ayudar significativamente al mejoramiento de la humanidad. Esa seguridad se basa en lo que escucha de su GPS interior y el plan divino que se le ha ido revelando.
Aunque a los más escépticos les cueste dar crédito a su historia, los hechos están ahí y tienen voz propia. La pregunta es cuándo volverá a Chile para expandir desde su país el método y ser reconocida como lo está siendo en México y otros países.
EXTRACTO DE LA CLASE: CONECTANDOSE AL GPS INTERIOR
Desde su nacimiento, las personas tienen un GPS interno que las conecta con las verdades superiores. Es un recurso que está en nuestras manos y es nuestra decisión conectarnos con él y permitir que sea nuestro guía.
Al ser el criterio que usamos para chequear la coherencia de nuestra conducta, este instrumento nos permite evaluar nuestra felicidad y bienestar. Ese "algo" dentro de nosotros nos dice si estamos haciendo bien o mal las cosas y nos otorga la certeza interior en los momentos de dificultad.
Nuestra mente funciona bien cuando conserva su coherencia con este GPS interior, pues es la materia prima para el pensamiento. Por el contrario, cuando la mente opera como el orientador, los resultados no son sustentables en el tiempo ni beneficiosos para el bien común.
Existen dos formas para conectarnos con nuestro GPS interior: podemos seguir guías externas, personas o instituciones que nos orienten, pues tienen un mejor acceso a él; o se pueden seguir las orientaciones que emergen de la sabiduría interior.
El GPS es un sensor personal que nos orienta respecto de lo que hemos elegido como referente existencial. Este referente se transforma en nuestro plan de vida, que puede ser un plan personal u organizacional.
Cada persona define qué referente seguir: puede ser uno mismo, el trabajo, metas sociales y el servicio a los demás o "lo superior" o plan divino.
Por lo tanto, el GPS indica posiciones respecto de referentes y muestra direcciones a seguir. Trabaja como una voz interna de la visión sabia y consciente.
El GPS se ubica en el lugar del cuerpo que concentra nuestra energía predominante y opera mediante la ley de encaje vibratorio. Constituye el centro de nuestro propio flujo energético y es el que atrae nuestras motivaciones y conductas.
El nivel de mi energía personal depende de la gestión que yo haga de mí mismo: si mantengo mis afectos tranquilos y los gestiono para tenerlos bajo control, mi energía personal irá aumentando crecientemente y las posibilidades de la vida se irán abriendo.
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