Gabriela Santos, estratega de mercado global de JP Morgan Asset Management: "Los anuncios en Brasil son exactamente lo que buscaban los inversionistas"
A su juicio, las medidas impulsadas por el gobierno interino de Michel Temer van en la dirección correcta.
Hace tres semanas, Michel Temer asumió como presidente interino de Brasil y desde un comienzo quedó claro que sus prioridades serán ordenar las finanzas públicas y reactivar la economía, que ya lleva dos años en contracción. En estos 21 días, el gobierno sinceró las metas fiscales y adelantó unas reformas para limitar el gasto público y elevar la edad de jubilación.
Gabriela Santos, estratega de mercado global de JP MorganAsset Management, aplaude estos anuncios, porque van en la dirección correcta. Pero advierte que estas iniciativas tienen que traducirse en resultados concretos.
Una de las propuestas del nuevo Ejecutivo es limitar el gasto público tomando como referencia la inflación del año previo. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Es algo positivo, pero el problema es que el gasto del gobierno es muy rígido. El 85% de los gastos no los pueden recortar. Esta es una buena medida, pero no es toda la solución. El próximo paso tienen que ser cambios estructurales.
Para eso, el gobierno necesita la aprobación del Congreso. ¿Es posible lograr ese respaldo?
No sabemos. Los activos en Brasil -bolsa, moneda, renta fija- han tenido un retorno muy fuerte este año, todo por la expectativa de cambios en la política económica. Pero ahora, para justificar estos retornos y la mejora de la perspectiva, tenemos que ver si esta coordinación política es posible o no. Creemos que es más posible que durante el gobierno de Dilma, donde se vivía una crisis política, pero todavía no sabemos cómo está la coordinación de Temer con otros partidos en el Congreso.
Una de las prioridades es implementar una reforma a las pensiones. ¿Por qué es tan necesario?
El promedio de jubilación en el mundo es más o menos 65 años. En Brasil, el promedio es entre 50 y 55 años, entonces es difícil tener un sistema que pueda soportar esta dinámica de pago de beneficios por 30 o 40 años. La propuesta del gobierno es subir la edad mínima a 65, similar al promedio mundial.
La carga fiscal es muy elevada, entonces…
Exactamente, por eso es una buena noticia que el gobierno comprenda bien esta dificultad fiscal y la necesidad de hacer cambios estructurales. Lo que queremos para la economía del país son cambios de largo plazo, porque eso ayuda a elevar el crecimiento potencial.
Los expertos han alertado sobre la creciente deuda. ¿Qué tan serio es este problema?
No es grave al punto que esperamos una crisis. Brasil tiene muchos más dólares que deuda en dólares, entonces la capacidad de pagar la deuda externa no es la preocupación. No es Argentina en 2001.
¿Es posible que la deuda, que equivale a 66% del PIB, se estabilice en el mediano plazo?
Va a depender de los cambios, pero no va a lograr estabilizarse este año ni el próximo. Para las agencias de rating es muy importante ver que, al menos, se están haciendo cambios para el futuro crecimiento de la deuda. No necesitan ver cambios ahora, pero por lo menos estamos caminando en la dirección correcta.
Un punto positivo de este gobierno es establecer metas realistas. El gobierno de Dilma fue muy criticado por las agencias de calificación por el hecho que las metas no eran realistas, entonces las cambiaban cinco veces al año. Tener una meta factible ya es un paso en la buena dirección.
¿El gobierno interino se ha ganado la confianza de los mercados?
Todos los anuncios que han hecho son exactamente lo que estaban buscando los inversionistas: la cuestión fiscal, la confianza, estimular la inversión y la competitividad. Ahora, para realmente tener la confianza del mercado tenemos que ver no solamente anuncios, sino resultados. La parte más fácil ya pasó, ahora viene la prueba.
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