Histórico

Hernán "Clavito" Godoy: En Colombia el que me pagaba el sueldo era Pablo Escobar"

El entrenador de Santiago Morning cuenta en este manifiesto que es pariente de Gabriela Mistral y que su madre fue detenida en el golpe militar.

En el colegio me bautizaron como "Clavito". Era por mis pelos,  tenía mecha de clavo y el pelo cortado al rape. Entonces, un compañero me dibujó como una caricatura con unas tachuelas en la cabeza. Ese era yo.

Soy pariente de Gabriela Mistral por parte de mi madre. Mi abuela Clotide era prima hermana de Lucila Godoy, que es su nombre real. Siempre nos hablaban de ella. Me gusta mucho su poesía y me trae bonitos recuerdos. Creo que desde ahí descubrí que quería escribir un libro alguna vez en mi vida. Y al final logré escribir varios durante mi carrera.

Vengo de un pequeño pueblo llamado San Félix y siempre quise salir de ahí.  Era un pueblito al interior del valle de Vallenar, donde no teníamos luz y apenas llegaba la radio. Jugábamos con la pelota de trapo en la calle aprovechando la luz de la luna.  Al final, nos cambiamos para vivir en Vallenar y allá me descubrieron para jugar en Deportes La Serena.

Mi mamá fue detenida durante el golpe militar. Para el 73 era regidora de Vallenar y tuvo problemas con los militares porque era de izquierda. Después quedó en libertad y nunca más pasamos por algo así.  Con mi primer contrato de profesional le regalé un pasaje a Rusia a un congreso mundial de mujeres al que fue con un grupo de izquierdistas. Quedó muy feliz con esa experiencia.

Era un delantero guapo, porque no dejaba que me pasaran a llevar. Antes no había cambios ni expulsados, por lo que había que esforzarse el doble para ser titular. Tenía un buen rechazo pese a mi baja estatura;  en ese sentido, me compararía con Iván Zamorano.  La única deuda que me quedó como jugador fue no haber ido al Mundial del 66; estuve cerca, pero Lucho Alamos prefirió a la base del  62 pese a que varios llegaron lesionados.

Siempre fui bueno para bailar, me gustaba imitar a Elvis Presley. El deportista siempre se luce en la pista, va a una fiesta y no para de bailar debido a su buen estado físico.  Escuchaba el twist, el mambo y el rock and roll. Luego, estuve en Colombia y aprendí ritmos más tropicales, como el vallenato y la cumbia, que me encantan.

Soy titulado en pedagogía en francés. Durante mi carrera alterné dos cosas, el fútbol y el estudio. Era complicado porque los jugadores no estudiaban, hasta que Alberto Fouillioux estudió leyes y todos empezamos a preocuparnos. El nivel educativo era bajo, pero yo me decía: "¿Si él lo hace, por qué yo no podría?".  Siempre tuve el anhelo de viajar y por eso decidí esa carrera.

Entrené un equipo en Indonesia. Llegué por un jugador que había tenido en Audax Italiano que me preguntó si quería ir a ese país para ser entrenador. Me llamó el 23 de diciembre, y al día siguiente, en Nochebuena, ya estaba en el avión. Me dieron un equipo que quedaba en una isla donde todos eran musulmanes, oraban seis veces al día.  Vivía en un complejo inmenso junto a mi ayudante donde le cocinaba, porque el arroz nos tenía aburridos; queríamos comida más sudamericana.

Jugué en Colombia y el que me pagaba el sueldo era Pablo Escobar.  El club era de su propiedad, pagaba en dólares sagradamente a fin de mes. Nunca tuve un problema con él, incluso compartimos varias reuniones.

Cuando me llamaron para homenajearme en el Congreso, pensé que era una pitanza. Nunca se hacen estos reconocimientos en vida, sino que cuando las personas fallecen.  En vida son todos malos. Así pasó con Fernando Riera, Luis Santibáñez y Luis Alamos.  El homenaje fue propuesto por un concejal que me había visto jugar y fue apoyado por otros 109 concejales. El día del acto me acompañaron mis hijas y nietos, terminé muy emocionado.

Las jubilaciones en este país son un desastre. Saqué una jubilación bajísima, me descontaron varios años de mi carrera, incluidas varias temporadas en las que jugué en el extranjero. La gente está molesta porque nosotros esperábamos un gobierno para el pueblo, pero no fue así.  Acá no existe la clase media, solo hay ricos y pobres.

Me hubiera gustado dirigir alguna selección chilena. Cuando José Sulantay iba a ser entrenador de la selección, hablamos para trabajar juntos. Pero luego trajeron a Marcelo Bielsa y nunca me llamaron, ni siquiera para cadetes. Hice cursos, invertí dinero de mi propio bolsillo para prepararme. Todo lo que se habla de Bielsa o Sampaoli lo hice yo primero en Audax Italiano; revolucioné la forma de entrenar y  tuve buenos resultados. Creo que me merecía algo más.

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