La particular trastienda de la segunda noche de Fiebre de Baile

El nuevo estelar de Chilevisión se impuso sobre su competencia y lideró en sintonía en su horario.




Energía y entusiasmo se vieron en pantalla anoche en el segundo capítulo del estelar de Chilevisión, Fiebre de Baile, que luego de su debut el miércoles de la semana pasada, logró repetir los buenos resultados y se impuso sobre su competencia marcando 23 puntos promedio de rating versus los 20 de TVN, 15 de Canal 13, y 11 unidades de Mega entre las 22:01 y las 00:17 horas según los datos entregados por CHV.

Sin embargo tras el éxito de la nueva apuesta de la red privada, se esconden varias anécdotas de camarines, particulares conversaciones de pasillo, nerviosismo y algunas rivalidades entre los participantes.

Poco después del término del noticiero central se prenden las luces del estudio de Macul –el mismo que en las mañanas reúne al equipo de la próxima teleserie de la red de Sebastián Piñera, Sin Anestesia- y aparece el animador Julián Elfenbein, que minutos antes ya había hecho su aparición frente al público para conversar con la gente, mientras una voz en off daba instrucciones de cómo y cuándo aplaudir durante el espacio.

Tras bambalinas el ambiente no es muy diferente, porque las parejas en competencia reciben las órdenes de la producción que espera el vamos para salir al aire con el segundo capítulo del programa.

Arturo Longton, el mismo que hace un par de semanas peleaba en el reality de época de Canal 13 con Angélica Sepúlveda, no deja de mirarse al espejo a la espera de su turno en la sala de maquillaje.  A su lado su ex compañero de encierro en 1810, Mario Ortega practica su baile a vista y paciencia de sus contrincantes sin preocuparse de los nervios de Carolina Molina, "La Rancherita" que teme ser la peor evaluada por el jurado como le ocurrió la semana anterior.

Y en una sala contigua al camarín privado de Elfenbein, y a puertas cerradas, conversa Karen Connolly y Francisca García Huidobro –ambas miembros del jurado- acompañadas de la panelista de SQP Francisca Merino, que en el estelar cumple el rol de notera.

La modelo de discotecas Romina Salazar se nota incómoda arreglándose su mini vestido rojo furioso, pero se lanza a la pista de baile para ser la primera en competir.

La siguió Molina –la ex amiga de Edmundo Varas- quien se excusó por "estar preocupada de su escote" durante su interpretación.

Maura Rivera espera impaciente demostrar sus aptitudes como bailarina de Rojo –el desaparecido espacio busca talentos de TVN- y se instala tras el escenario atenta a las indicaciones del coordinador de piso.

Marlen Olivari toda 'cocoroca' da entrevistas a los programas de farándula después de su coreografía, abrigada sólo con una bata de seda roja sobre la malla negra que usó para el show. En tanto afuera, Paul Vásquez, el "Flaco" en Dinamita Show, asume que deberá hacer su rutina sin su compañero Mauricio Medica quien permanece internado en la Clínica Vespucio, recuperándose de la crisis que lo tuvo con respiración mecánica.

Y cuando va una hora de programa, el anuncio de comerciales revoluciona al set y desordena a los protagonistas que salen del estudio ansiosos por fumar y hacer un par de llamadas telefónicas.

El regreso ya está ensayado y el público recibe las felicitaciones del director por su comportamiento. Y el programa sigue su curso, de buen ánimo porque el rating online los acompaña,  y aunque van sólo en el segundo capítulo de la temporada ya anunció "repechaje" del Baile del Caño

Y como para seguir ayudando a dar qué hablar y a que la sintonía suba, Longton se encarga de  la pataleta de rigor por su mal puntaje e increpa al jurado, insulta a quien se le cruza por delante, amenaza con no ensayar para el próximo programa  y alega que el asunto está arreglado.

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