Histórico

Los 70 años de un duro de verdad: Harvey Keitel

El actor neoyorkino, el lado B de Robert De Niro pero más rudo y violento, sigue en el primer plano gracias a la serie Life on Mars.

Durante su trayectoria ha sido como la sombra de Robert De Niro. Más oscuro que aquel, más arriesgado en sus elecciones y sin el perfil de estrella del protagonista de Toro salvaje.

Pero junto con su gran amigo, Harvey Keitel es un ícono dentro de los personajes rudos y violentos del cine. El hombre que descendió a los infiernos en Un maldito policía y el sórdido proxeneta de Jodie Foster en Taxi Driver, cumple 70 años este miércoles.

"Acepto la vida como es, no como me gustaría. Y ahí hay luz y sombra, eso no es invención mía", dijo Keitel una vez en una entrevista ante la pregunta de por qué es considerado el "príncipe de la oscuridad".

A fines de los años 60 le sirvió para destacarse su amistad con el entonces aún desconocido director Martin Scorsese. Keitel respondió a un anuncio en un periódico que había puesto Scorsese en busca de actores.

Fue él quien le dio el protagonismo en su filme autobiográfico Calles peligrosas (1973) y en Taxi Driver, en las polémicas escenas junto a Foster, de entonces sólo 13 años. "Lo encontraba muy parecido a mí, pese a que él era un judío polaco de Brooklyn", dijo Scorsese -hijo de inmigrantes italianos católicos- cierta vez sobre Keitel.

Nació en 1939 en Nueva York. Su padre, un fabricante de sombreros, procedía de Polonia, y su madre de Rumanía. Tenían pequeños puestos de comida y al parecer nunca aprendieron a leer y a escribir. Tras el servicio militar Keitel trabajó como vendedor de zapatos para sobrevivir.

Hizo su formación como actor en el renombrado Actor's Studio de Lee Strassberg en Nueva York, y con Stella Adler y Frank Corsaro. Aceptó todos los papeles que podía conseguir y se presentó durante diez años en escenarios grandes y pequeños. Al final llegó a Broadway con piezas de Arthur Miller y Sam Shepard.

Después de Taxi Driver, las carreras de Scorsese, De Niro y Foster despegaron y los tres se convirtieron en estrellas. Por qué ese no fue el caso de Keitel es uno de los misterios de la historia del cine.

Después de infinidad de filmes olvidables, Keitel resurgió con fuerza en 1988, cuando Scorsese le dio el papel de Judas en la polémica La última tentación de Cristo, y de pronto volvió a estar en primer plano. Pero su "re consagración" ocurrió en 1992, cuando dio vida al brutal policía corrupto de Un maldito policía, de Abel Ferrara, y fue el gestor del debut de Quentin Tarantino, Perros de la calle, donde le ayudó a conseguir recursos y se dejó el papel de Mr. White.

Nominado a un Oscar en 1991 por Bugsy (como mejor actor de reparto), hoy Keitel se ha dejado seducir, como la mayoría de los actores de Hollywood, por la televisión, ya que es el protagonista de Life on mars, una serie americana exhibida por FX y basada en la original de la BBC inglesa, y donde, una vez más, encarna a un rudo policía cuyos métodos son casi tan oscuros como los de los maleantes que persigue. Un tipo que pese a sus años, no da pie atrás.

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