Una oclusión intestinal, producto de la metástasis del cáncer a la glándula parótida que padecía, fue la causa del empeoramiento en el estado de salud que, los últimos días, había sufrido Tito Vilanova.

El técnico de la liga de los 100 puntos para el Barcelona sabía que su enfermedad se había complicado y, en el último tiempo, había dedicado tiempo a despedirse, sutilmente de su cínculo más cercano, como destaca La Vanguardia, que lo apreciaba sobremanera, amén una calidad humana extraordinaria, que es destacada por todos quienes le conocieron.

En el círculo más cercano del fallecido ex jugador y técnico catalán destacan nombres como Charly Rexach, al que Vilanova consideraba como una especie de hermano mayor; el ex directivo Angel Fernández, que había superado un tumor de glándula parótida como el suyo. También Jordi Roura, su amigo a tal punto que no quiso sentarse nunca en el lugar que ocupaba Tito en la banca cuando tuvo que reemplazarlo producto del tratamiento de la enfermedad que padecía, en señal de respeto. Por último, Sandro Rosell, quien buscó por todos los medios que Vilanova pudiera ser tratado con un fármaco de última generación desarrollado por el laboratio francés Novartis en un hospital de París.

Los cercanos a Vilanova aseguran que, en sólo los últimos dos meses, había perdido unos 15 kilos que, en una persona flaca y atlética como él, lo hacían ver en los huesos. Y, claro, dio la lucha pese a estar ya sin fuerzas, entendiendo en los últimos días que la batalla contra la enfermedad que lo aquejaba estaba, derechamente, en los descuentos.

En el círculo íntimo de Vilanova dicen que a su mentor, Rexach, le confidenció hace pocos días que sentía el dolor de su trágico destino, resumiéndolo con una frase que golpeó al interlocutor: "Qué mala suerte he tenido, Charly. Conseguí lo que siempre había querido, ser entrenador del Barça, pero apenas he podido disfrutarlo".

Tito Vilanova debutó como DT oficial del Barcelona el 19 de agosto de 2012. Pero ya el 20 de diciembre del mismo año, el club debía suspender la comida de Navidad por la recaída de técnico, apenas trece meses después de haber recibido el alta tras su primera intervención en la parótida. Volvió para dirigir los últimos partidos de una Liga ganada con honores y que todos entendieron como suya por sobre cualquiera.