Nacido en una familia de deportistas, Pablo Antonio Pozo Quinteros estaba destinado a tener una vida ligada al fútbol. Su padre, Juan, fue un destacado árbitro, quien aún sigue aplicando el reglamento en ligas amateurs, mientras que su madre, Carmen, es una fanática de la actividad, que llevará a su hijo a ser uno de los cinco jueces sudamericanos presentes en Sudáfrica 2010.

Desde pequeño, junto con su hermano Mauricio (ex seleccionado), jugaron en las cadetes de Magallanes, el equipo de sus amores, pero una concentración de divisiones menores lo dejó jugando en la Sub 19 con sólo 16 años. Esto lo llevó a inclinar su vida hacia el referato, en gran parte por la influencia de su padre.

"Mi papá fue clave para que me dedicara al arbitraje. En el club nos dijeron que los más chicos tendríamos pocas opciones de jugar. Ahí apareció el curso de árbitro y, tras terminar la media, lo hice", relata quien es juez FIFA desde 1999, cuando sólo tenía 25 años.

Su primer partido en Primera fue en 1997 entre Osorno y Puerto Montt: "Fue un clásico de la Región, complicado, pero lo sacamos adelante sin problemas". Luego su carrera fue en alza, y ha dirigido en Copa Libertadores, Juegos Olímpicos, Eliminatorias y Copa Confederaciones.

Sobre su estilo, Pozo tiene claras sus influencias: "Siempre me gustó el profesionalismo de Horacio Elizondo, la elegancia de Pierluigi Collina, lo asertivo de Salvador Imperatore, la condición física de Mario Sánchez y el respeto que tenía Gastón Castro".

Sueños mundialistas

Fanático del fútbol de toda la vida, Pozo recuerda su primer Mundial como hincha. "El de España '82 lo vimos en el colegio. Desde esa época éramos peloteros. El primer partido que recuerdo fue el de Chile con Alemania. No pudimos celebrar, porque perdimos 4-1, pero lo vivimos como si estuviésemos ahí, con banderas, pitos y muchos gritos".

Hoy está a un paso de coronar su carrera al ser uno de los 30 jueces designados por FIFA para ir  a Sudáfrica: "Es todo un sueño. Ha sido un trabajo de tres años, con mucha gente detrás. Llegar al Mundial nos pilla en un buen momento, y esperamos que eso nos lleve a arbitrar algún partido. Sería como poner la bandera arriba de la montaña", comenta Pozo, que fue seleccionado junto con un equipo referil chileno, que integran los asistentes Patricio Basualto, Francisco Mondría y Julio Díaz (cuarto árbitro).

Sabe que aún no tiene confirmado que dirigirá alguno de los 64 partidos de la Copa del Mundo, pero su fanatismo lo hace dudar al contraponerlo con el futuro de la "Roja" en Sudáfrica. "Es complicado elegir, pero claro que me gustaría ver a Chile en una final, y más aún ganándola. Si me toca dirigir uno o más partidos espero hacerlo bien, pero también quiero que la Selección tenga una gran actuación, y que llegue lo más arriba posible", concluyó.