Política

Catalina San Martín, alcaldesa de Las Condes: “Chile Vamos no se puede transformar en un Socialismo Democrático 2.0″

La jefa comunal llama a la centroderecha a sostener su proyecto político más allá del resultado del 16-N. Advierte que la unidad del sector en segunda vuelta no es automática y que, gane quien gane, los partidos deberán sentarse a conversar el día después.

PEDRO RODRIGUEZ

Catalina San Martín, alcaldesa de Las Condes, ha preferido mantener un perfil político discreto desde que asumió el cargo a fines de 2024. Pero en la recta final de la campaña presidencial, la independiente de Chile Vamos rompe ese hábito y por primera vez reflexiona sobre la relación entre las derechas.

Habla con convicción de su respaldo a Evelyn Matthei y de la necesidad de “no desdibujar” el proyecto político de la centroderecha, incluso si el resultado del 16 de noviembre no les favorece.

La jefa comunal advierte que, de no pasar su candidata al balotaje, el apoyo -ya sea a José Antonio Kast o Johannes Kaiser- no puede ser sin sentarse a conversar antes.

¿Cómo observa el panorama dentro de las derechas? ¿La carrera presidencial sinceró esta disputa por la hegemonía dentro del sector?

La política es una disputa por la hegemonía de cuál proyecto político debe primar. Y entendiendo que si bien uno pertenece a un sector político, existen proyectos que tienen que ser defendidos. ¿Por qué lo planteo así? Mi gran temor, que espero que no ocurra si es que Evelyn Matthei no gana, es que Chile Vamos se transforme en un Socialismo Democrático 2.0.

¿En qué sentido?

El Socialismo Democrático se unió al gobierno, se desdibujó y la candidata que lo representaba en la primaria no ganó (...). Pase lo que pase, acá hay un proyecto político que tiene vocación de mayoría, que tiene una amplia representación nacional y que, independiente de las vicisitudes de los tiempos, no debe olvidar dónde se ubica.

Sin hablar de un resultado en específico -por ejemplo, una derrota de Matthei o un mal resultado en el Parlamento-, algunos ya advierten que podría ser el fin de la coalición.

Tengo la convicción de que Evelyn va a ganar. Pero también tengo la convicción de que esto no es el fin. Pase lo que pase, no va a ocurrir el fin de Chile Vamos. Si bien un resultado electoral te puede generar un impacto, hay convicciones, hay principios.

¿Estas expresiones más nuevas del sector -como republicanos o el Partido Nacional Libertario- amenazan a la derecha tradicional?

La derecha de Johannes Kaiser se parece más a lo que es el Frente Amplio: no hay equipos que entiendan cómo funciona el Estado, son el reflejo de la época de la polarización, donde no hay consenso, no se conversa. Y esa derecha es la que suele llamarnos “derechita cobarde”. Pero no hay nada más valiente en política que sentarse a conversar con el que piensa distinto.

El Partido Republicano y la candidatura de José Antonio Kast han logrado penetrar más en los sectores vulnerables. ¿A qué lo atribuye?

Penetran mejor ahora en esos sectores, pero hace un año las encuestas las lideraba Matthei. Acá yo hago el mea culpa de quienes tenemos cargos de representación: en Chile Vamos hay mucho general y poco soldado. Esa es una de las grandes debilidades.

¿Es una debilidad que se cristalizó en la campaña?

Esa es una de las grandes debilidades. He visto que todos están esperando que los inviten a ser voceros, que los inviten a hacer campaña, y eso es una vergüenza. Cuando uno tiene la convicción de que hay un proyecto político que vale la pena, hay que jugársela. El actuar sobre seguro nos está pasando la cuenta frente a la ciudadanía. La gente nos está diciendo: “Cuidado, ustedes no tienen todo asegurado. ¿Por qué son una mejor alternativa que las otras derechas?”.

¿Ha visto deslealtad en esta campaña?

Se ha visto. Lo que ocurrió en Arica me parece de una deslealtad brutal (...). Pero la deslealtad no está solo en los que están apoyando a otros candidatos presidenciales, sino que está en que le pediste una fotografía (a Matthei), pediste que te apoyaran y ahora que quizás no te sirve tanto, no le pides la foto, no la apoyas. Las personas se dan cuenta de eso, los actos no son inocuos.

Si su candidata no llega a la segunda vuelta, ¿tiene que haber un gesto de unidad inmediato con el candidato que pase al balotaje?

Quien sea que pase de la centroderecha o de la derecha, hay que sentarse a conversar al día siguiente.

No es tan inmediato para usted.

No. hay que sentarse a conversar. Yo no me pierdo: no quiero un país donde gobierne el comunismo, porque por mucho edulcorante que le metan a la candidata Jara, es comunista. Pero hay que digerir y plantear bien cómo se enfrenta la segunda vuelta.

Pero habrá que tomar una postura...

Yo voto y lo hago con convicción. Ahora bien, no regalo el voto. Exijo compromiso de aquel a quien le doy el voto (...). Por transparencia, por honestidad, por cuidar la democracia y porque no somos dueños de los votos, hay que sentarse a conversar.

¿Ese sentarse a conversar implica un listado de condiciones?

Me parece que llegar tipo “este mi listado y de aquí no me muevo” no es una buena forma de negociar. Hay que sentarse con los partidos políticos, aceptar que quizás no voy a tener todo lo que quiero, pero sí no perder algo que es fundamental: lo que necesitamos los próximos cuatro años es estabilidad y volver a crecer. De ahí para adelante, cómo construimos eso, va a ser complejo..., pero entendemos que es más complejo que gane el comunismo en Chile.

En caso de un triunfo de Kast o Kaiser, ¿estaría dispuesta a votar por alguno en segunda vuelta?

Mi candidata es Evelyn Matthei y va a pasar a segunda vuelta. Bolivia es un ejemplo de lo que puede ocurrir. A mí no me duele la guata votar... Pero si ocurre, ¿voy a tener que tomar una decisión difícil? Sí, porque no son mis candidatos. Pero les voy a exigir lo que sé que es bueno para Chile.

Pensando en un gobierno del sector, ¿ve posible una coalición amplia de la derecha?

No creo. Es bueno que existan proyectos políticos distintos. Chile Vamos no puede desdibujarse, no puede bajar los brazos.

Mencionaba el ejemplo de lo que ocurrió con los partidos de la ex Concertación.

Chile Vamos no se puede transformar en un Socialismo Democrático 2.0. Acá hay tradición, hay un proyecto político, hay crecimiento, hay gestión demostrada. Esto no es una promesa al aire. Acá hay gestión que funciona. La (gestión) del Covid-19 es el mejor ejemplo (...). Evelyn, con el proyecto político de Chile Vamos, es sandía calada. Es irse a la segura, es poder darle tranquilidad y estabilidad al país. No más péndulos.

¿Existe ese centro que se ha perseguido tanto en esta campaña?

Yo creo que existe, que es fuerte y se va a manifestar. Está un poco huérfano, porque los partidos que representaban ese centro hicieron un gobierno con el comunismo (...). Hay un voto sensato, silencioso, que va a llegar el día de la elección, con convicción, a votar por lo que es mejor para Chile, por Evelyn Matthei.

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