Miraolas: pescados y mariscos a la vasca
No importa si es invierno o verano, el restaurante Miraolas, siempre tiene sus mesas full. La calidad de sus platos, su entorno y ubicación son los grandes atractivos de este lugar que en un principio fue una marisquería y con el tiempo se transformó en un restaurante que ya cuenta con dos sucursales.
En el paseo El Mañío o en Vitacura (entre El Mañío y Vespucio), los rostros de políticos o de televisión se dejan ver en algún rincón del lugar, degustando una langosta o algunas de las delicias vascas, que prepara uno de los restaurantes de pescados y mariscos más ricos de Santiago.
El servicio de este lugar se destaca, pues serán garzones de oficio los que recomendarán los platos típicos para disfrutar.
Para empezar con algo fresco, ideales son las otras de selección ($7.700), el ceviche mixto elaborado con pescado y camarones o pulpo ($8.000), locos especiales ($12.000) y si prefiere compartir pida una sinfonía; trae degustación de ceviche, macha a la parmesana, calamar a la romana y gabardinas ($9.300).
El chef y socio de este lugar, Nicolás Glacinovich, le da los toques vascos a todas las preparaciones, entre ellas las de los agregados y los acompañamientos a los platos.
El fuerte son los pescados frescos. "Nuestra cocina está hecha a base de productos del mar con una mezcla vasca tradicional. Podemos encontrar la merluza austral, que es nuestra especialidad, congrio, corvina, reineta, vieja, lenguado, bacalao y albacora", cuenta el socio Max del Real.
Para acompañar las carnes blancas recomendamos las kokotxas, angulas (uno de los pocos restaurantes de Santiago que se puede encontrar angulas), la salsa de camarones o de marisco.
Este lugar también cuenta con langostas de Juan Fernández y centolla, además de pastas como la lasaña de berenjena o los tortelloni de centolla.
Si prefiere probar platos con toques vascos la carta cuenta con jamón ibérico (pata negra), txipirones a la plancha (calamares a la plancha con vinagreta o donostiarra), calamares a la romana, kokotxas a la donostiarra (barbillas de merluza austral o camarones a la donotiarra (preparados a la plancha con refrito de aceite de oliva, ajo, perejil y gotas de vinagre).
"La relación precio calidad, es muy importante para nosotros, por lo que creemos que eso, es lo que ha mantenido en el tiempo nuestro nombre", agrega del Real.
De postre tienen desde helados artesanales y sorbetes para refrescar, hasta algunas preparaciones más elaboradas como las natillas (suave crema de vainilla, espolvoreado con canela), la udaberri (canasta de galleta con helado de vainilla artesanal, frutas y salsa de frambuesa), isla santa clara (merengue horneado con nueces y caramelo) y tortas como la de chocolates o la de tres leches Miraolas. Estos sabores dulces se pueden acompañar con infusiones, té verde, un café irlandés o un carajillo.
Todos los platos pueden maridarse, gracias a la carta de vinos hecha para todos los gustos. Cuenta con una terraza para fumadores y otra para no fumadores. Se recomienda reservar.
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