
Las tres críticas que hace Libertad y Desarrollo al diseño actual del Fondo Común Municipal
De acuerdo al centro de estudios Libertad y Desarrollo (LyD), el diseño actual del FCM genera ineficiencias y desincentivos. "Se debe tener presente que buena parte de la disparidad de ingresos entre comunas es consecuencia de las exenciones al pago de contribuciones que fija el gobierno central, pero que termina afectando los ingresos municipales", plantea.

Este martes, el ministro de Hacienda, Nicolás Grau, asistirá a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados para seguir tramitando el proyecto de ley de reforma tributaria para pymes, medidas para la clase media y que modifica el Fondo Común Municipal.
Un análisis de Libertad y Desarrollo (LyD) profundiza en la medida y analiza el actual diseño que tiene el Fondo Común Municipal (FCM), criticando la propuesta del Ejecutivo.
Señala que el objetivo del FCM, consagrado en la Constitución, es la redistribución solidaria de los ingresos propios de los municipios. Ello, como consecuencia de que las principales fuentes de financiamiento municipal son en base a impuestos patrimoniales: impuesto territorial, permisos de circulación, patentes comerciales y, por consiguiente, la capacidad de generar recursos por parte de los propios municipios depende del valor patrimonial de estos bienes en sus comunas.
Los ingresos del FCM responden a una lógica progresiva, en cuanto a que los municipios que cuentan con mayores ingresos aportan más recursos al fondo, y las comunas más pobres reciben más recursos del resto de los municipios.
En la actualidad, las comunas de Santiago, Las Condes, Providencia y Vitacura aportan mayores recursos al FCM. Asimismo, la ley establece los criterios en función de los cuales se distribuyen los recursos en el resto de las comunas.
En términos generales, existen cerca de 280 comunas receptoras netas de fondos, es decir, reciben más recursos de los que aportan, mientras que cerca de 60 comunas son aportantes netos. Aproximadamente, 6 de cada 10 pesos que ingresan al FCM son redistribuidos.
En cuanto a la composición de los ingresos al FCM, el impuesto territorial representa más del 60% del total. En tanto, los permisos de circulación significan cerca de un 26% y las patentes municipales poco más de un 10%.

Respecto a cuáles son las comunas que más recursos aportan al FCM, Santiago, Las Condes, Providencia y Vitacura representan la mitad del total de fondos que se redistribuyen en términos netos a través del fondo, mientras que las ocho comunas que más recursos netos aportan en su conjunto representan el 72%.
“A pesar de la fuerte concentración de aportes de recursos en un número acotado de municipios, siempre habrá presiones para que las mismas comunas amplíen sus aportes sin que se enfrente el problema de fondo: cuál es la mejor forma de financiar los gobiernos locales”, afirma el estudio.
Los problemas del FCM
Arbitrariedad y escasa transparencia en ciertos criterios de distribución de recursos: uno de los primeros problemas que tiene el Fondo Común Municipal, según LyD, es que en el caso de algunas comunas del país se realiza una corrección por población flotante que se hace en función de información que entrega el Servicio Nacional de Turismo. “Esta busca reflejar el mayor flujo de personas que tiene un municipio por sobre la población residente de la comuna por motivos turísticos, pero no corrige por otros tipos de población flotante que pudiera generarse por motivos laborales o comercio”, indica.
Por ello, plantea que “se debe evaluar si efectivamente corresponde compensar por población flotante, cualquiera que sea su origen, ya que gracias a ella los municipios también reciben mayores ingresos, por ejemplo, por mayor impuesto territorial o derechos municipales asociado al comercio”.
Falta de incentivos para aumentar ingresos: mientras menores recursos tiene un municipio, mayores serán los recursos que recibe desde el FCM. “Ello desincentiva a desarrollar una gestión que busque generar mayores recursos para la comuna, ya que ello reduciría los ingresos que se reciben desde el FCM”, puntualiza LyD. Por ello, afirma que “lo que se requiere es que no se compense en base a los ingresos efectivos que percibe el municipio, sino que en base al potencial de ingresos que pudiera generar de modo de no desalentar una gestión que genere mayores recursos para la común”.
Innecesaria burocracia: como tercer eje que menciona es que todas las comunas aportan recursos al FCM y todas reciben recursos desde él. “Para simplificar el sistema debiera privilegiarse generar un flujo de recursos en base al neto que termina aportando o recibiendo cada comuna. Ello haría menos engorrosa la operatoria y evitaría que, tal como es en el caso de las patentes municipales o los permisos de circulación, que las municipalidades deban recaudar estos recursos y luego aportarlos al fondo, a pesar de que una parte de ellos vuelva nuevamente al mismo municipio”.
Para LyD, “se debe tener presente que buena parte de la disparidad de ingresos entre comunas es consecuencia de las exenciones al pago de contribuciones que fija el gobierno central, pero que termina afectando los ingresos municipales”.
En ese sentido, dice que “reformar el FCM debe tener como propósito incentivar una mejor gestión municipal, y fortalecer la relación fiscal entre las autoridades locales y la ciudadanía a la que le sirve. Para ello se deben tener criterios claros y objetivos que definan los aportes y redistribución de los recursos y simplificar los procesos asociados a su gestión”.
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