Francisco Dittborn
11 FEBRERO
Esa frase no la pronunció Francisco Dittborn, sino que la escribió. Porque su enfermedad degenerativa, la ELA, partió por robarle el habla a este empresario. Pero él no baja la guardia. Hoy gasta sus días en el nuevo Museo Taller, un espacio dedicado a la carpintería que armó para transmitir su amor por ese oficio.
"¿Quién soy yo para quejarme? Tengo 62 y lo he pasado bien; el resto viene de yapa"
13 FEBRERO
Esa frase no la pronunció Francisco Dittborn, sino que la escribió. Porque su enfermedad degenerativa, la ELA, partió por robarle el habla a este empresario. Pero él no baja la guardia. Hoy gasta sus días en el nuevo Museo Taller, un espacio dedicado a la carpintería que armó para transmitir su amor por ese oficio.
"¿Quién soy yo para quejarme? Tengo 62 y lo he pasado bien; el resto viene de yapa"
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