Espacio: De piel
La nueva África. Ciudad del Cabo, Cape Town o en alguna de sus lenguas nativas Kaapstad o Ikapa, es el lugar al que pertenece esta casa. Proyectada por el arquitecto chileno Antonio Zaninovic, está inserta en un paisaje dramático, donde el efecto verde se multiplica en cada detalle. Lo invitamos a viajar.


Mirar las fotografías de esta casa nos transporta. El viento en la cara, además de ese aroma que pareciéramos percibir solo al hojear estás páginas, mezcla de montaña, mar y vegetación. No cabe duda, escribir de cualquier obra de Antonio Zaninovic (antoniozaninovic.com) se convierte siempre en un viaje. Por cierto, totalmente placentero. Ya es la segunda oportunidad que mostramos una casa de este arquitecto chileno radicado en Ciudad del Cabo, lugar al que nos invita a conocer a través de su modo de apropiarse de la geografía dominante, con cordones montañosos implacablemente verdes que traspasan la urbe en varios puntos, y que marcan y definen su trabajo.
Esta vez no estamos en el casco histórico de Bo Kaap, en el centro de Ciudad del Cabo, sino en el barrio de Higgovale, justo en el límite de la reserva natural de Table Mountain, donde se pueden apreciar algunas de las vistas más espectaculares de la ciudad, la bahía de Table, y en un día despejado, vistas al extremo de la montaña y a la bahía de Hout. Sin duda, este distrito reúne lo mejor de la ciudad y la naturaleza. No solo está a 10 minutos del centro y de las playas, sino que además cuenta con la ventaja de que el parque se mete literalmente al interior de cada una de las viviendas, y esta no es la excepción.
La casa de Jeff Liss -empresario, fotógrafo, artista y surfista- y de Jo Springthorpe -ex modelo y editora de modas- se emplaza al final de un sendero ininterrumpido por estos parques protegidos. Fue justamente esto lo que determinó, o mejor dicho inspiró el concepto del diseño de Zaninovic: el acceso de la casa, que bordea una quebrada con un denso bosque de pinos. Es este lenguaje de los árboles, el fuerte tronco vertical y delicadas ramas horizontales con el que se arma la obra.
Como nos explica el arquitecto: “La presencia vertical se manifiesta principalmente en el muro occidental de la vivienda, desde el cual se abalcona la estructura vidriada del comedor sobre la piscina, abriéndose hacia las vistas de la ciudad y el puerto. Desde este gran muro nacen el resto de las estructuras de losas y pisos que resaltan la horizontalidad del edificio”.
Aquí la vida es relajada y muy tranquila, algo que sin duda querían los propietarios para su hijo Óscar, sus dos perros, un gato y un canario luego de vivir durante una larga temporada en Nueva York. Una vida simple en su tierra natal y el contacto con la naturaleza eran esenciales.
Este terreno, de un poco más de 513 m², y una casa en ruinas de 100 m² se transformaron en su totalidad gracias a Antonio, quien logró que la nueva construcción -de 300 m²- se adecuara a sus necesidades. Son tres plantas: la de abajo para servicios, almacenaje y despensa; la siguiente para el acceso, un baño, living, cocina y comedor; y un piso superior con los dormitorios -todos con cuartos de baños en suite-, el principal, el de su hijo y el de invitados con una zona de estar o escritorio. El arquitecto nos cuenta que todos son espacios informales, flexibles y comunes en donde se puede compartir, estudiar o conversar, sin necesidad de separar los ambientes. Vivir en libertad.
LO QUE MAS LE GUSTA
“El volumen volado sobre parte de la piscina, con la columna soportante que se sumerge en el agua. Me gusta cómo las estructuras de distintas partes del edificio se vinculan y entrelazan”, confiesa el arquitecto Antonio Zaninovic.
Junto a la decoradora turca Yelda Bayraktar, la propietaria vistió la casa con piezas de diseño moderno clásico y objetos y textiles propios de Sudáfrica, estos últimos parte de su colección.
PAISAJISMO
También a cargo de la oficina de Antonio Zaninovic. El diseño no solo se encargó de conectar el jardín privado interior con el parque público emplazado adelante de la casa, sino además se privilegió la sensación interior-exterior por medio de paneles vidriados, que al abrirse otorgan la sensación de estar en medio del bosque.
EFICIENCIA TÉRMICA
Se estudiaron con cuidado las condiciones climáticas para orientar los muros, ventanas y voladizos. ¿El resultado? Una vivienda pasiva que se mantiene cálida en invierno y fría en verano.
Hormigón a la vista, ladrillo estucado, pisos de cemento pulido y bambú en la segunda planta son los materiales de la casa. Además se reutilizó la madera de una antigua cabaña existente para crear el muro exterior y baranda de la terraza
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