Para la fabricación de muebles de madera sólida, que son más costosos, se utiliza principalmente  raulí, lingue, coigüe, pino oregón, lenga,  encina y castaño.También se está utilizando pino radiata, por su menor costo. Los muebles más funcionales se hacen con  tableros de partículas y  MDF, (laminados, pintados o enchapados).

“La mayoría de las maderas chilenas que provienen de plantaciones cuentan con exigentes certificaciones de manejo forestal sustentable, como los sellos FSC (Forest Stewardship Council) y PEFC. El 70% de los bosques plantados cuentan con una o ambas certificaciones, que son las más importantes del mundo”, Fernando Raga, presidente de la Corma.

“Generalmente  usamos maderas nativas como  coigüe y  lenga, porque es un recurso local, que representa nuestro contexto y geografía. Además tienen excelentes propiedades  físico-mecánicas que aportan en la confección de muebles y otros productos que requieren de capacidad estructural”, Rodrigo Bravo, socio de la oficina de diseño bravo!

“Dependiendo del tipo de mueble será la madera que se emplee, para sillas se usan maderas densas como el nogal, la encina y el lingue, mientras que para estructuras de sofá se usan livianas y estables como laurel y tepa”, explica el arquitecto Santiago Valdés.

“Chile es un país principalmente exportador de madera y sus productos, y aquí se produce la gran mayoría del volumen que se utiliza. Solo se importan cantidades muy  pequeñas en relación a la producción de maderas finas, como para muebles y pisos. Además se importan muebles ya manufacturados, que vienen con maderas originarias de otros países”, Fernando Raga, presidente de la Corma.