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Herederos del buen gusto

Cuando el talento viene de familia, no hay nada que hacer. Así ocurrió con el decorador Francisco Monge y con el arquitecto Felipe Mekis, que crecieron inspirados, rodeados de belleza, algo que hoy transformaron en su profesión. Herencia de buen gusto que sus padres y abuelos les transmitieron en  esas conversaciones familiares, en su quehacer, y en recuerdos de infancia, y que en la actualidad son el sello de calidad de un trabajo que trasciende en el  tiempo.

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Francisco Monge, decorador y mueblista.

Si hay alguien que sabe de decoración y estilo en nuestro país, ese es Francisco Monge. Una afirmación que se fundamenta en su trabajo y convicción de que son las cosas buenas las que siempre perduran. Un legado familiar que partió con su bisabuelo, el arquitecto Josué Smith Solar, autor de obras como el Club Hípico y el Hotel Carrera, y luego su padre Luis Monge, también arquitecto y fundador de Monge y Cía.  Francisco, junto a él se fue empapando y aprendiendo no solo de la fabricación de muebles, sino también de arte y decoración. "Mi padre fue un gran investigador de la historia del mueble y un gran conocedor del mundo del arte", aclara.

En la decada del 80 se hizo cargo de la empresa y actualmente Monge y Cía. se ha transformado en una industria dedicada a la fabricación e importación de muebles de calidad, a la creación de proyectos corporativos y muebles y al arte y patrimonio a través de la gestión de remates que buscan no solo poner en valor piezas antiguas, sino que aprender a contextualizarlas con el mundo contemporáneo. Desde la oficina que ocupa hace tres años junto al Pueblito de los Dominicos, y realizando varios proyectos en paralelo, Francisco recuerda los detalles de cómo se inició en esto, y casi como un 'sociólogo' de la decoración explica de qué forma el mundo actual influye en la manera en que vestimos nuestra casa.

"Yo siempre acompañé a mi papá a todas partes porque era un tema que me apasionaba, sobre todo la investigación. Actualmente el gran problema que tiene la decoración es la falta de cultura y consistencia que la sustenta, en eso soy muy crítico, y creo que la decoración está en un punto de inflexión bastante dramático. Junto con la aparición del 'hombre light' aparecen sus estilos, y ahí entra el minimalismo, que estéticamente puede ser algo muy lindo, pero cuando se hace con elementos de mala calidad, aunque bien combinados, tú estás engañando al que ve eso, y se está engañando al mismo propietario, porque no hay argumentos de juicio por parte de la persona que encarga la casa, porque finalmente enfocan esto como un ítem que hay que tiquear, y no como armar una cosa con agrado y elegir con calma el lugar que tiene que ser tu hogar, el que te desconecte de las tensiones y en el que te sientas tú mismo, pero que actualmente termina siendo una especie de escenografía. Las casas tienen que ir armándose con precisión y paciencia, pero la gente no tiene tiempo para eso, es todo muy inmediato, y entonces recurren a un decorador, y si el decorador es prestigioso se entregan a brazo partido; y con un plazo bastante perentorio, el decorador se limita a usar lo que hay en stock en las tiendas de Santiago, o si tiene tienda también, entonces ya no es un decorador sino que un ponedor de cosas", enfatiza.

Y es verdad que muchas veces la inmediatez actual y la fragilidad de las relaciones llevan a que el proyecto de montar una casa sea pensado a corto plazo, con materiales más baratos, y sin esa proyección a posteriori que se tenía antiguamente. Las modas irrumpen por doquier, pero Francisco sabe que su trabajo trasciende las tendencias del momento, y que la calidad no la transa.

"La moda es lo más peligroso que hay para la decoración, los muebles y la arquitectura; lo importante es lo que te gusta de esa moda en forma permanente y tomarlo, porque eso te va a gustar siempre. Este país está abusando de eso,  y todos se empiezan a copiar, cuando lo  mejor es buscar cosas originales; hay lugares como el Parque de los Reyes donde encuentras cosas baratas.  Nosotros hemos tratado de no estar nunca  a la moda; cuando nos ocurre, damos un paso atrás porque ¿has visto algo que pase más rápido que lo que está de moda?".

Web:

monge.cl

Dirección

: Apoquindo 9085.

Felipe Mekis, arquitecto.

Su padre, Patricio Mekis, fue autodidacta y amante de la arquitectura. También fue alcalde de Santiago. Su madre, Josefina 'Chepa' Martínez, fue una insuperable  cocinera y anfitriona, además de decoradora y dueña de un gusto innato que les transmitió en la sangre sus hijos. Una mezcla potente que hoy es la responsable de que Felipe Mekis y sus hermanos tengan sensibilidad hacia las cosas lindas. Arquitectos, decoradores y paisajistas, su familia es de esas en que se vivía entre detalles, cultivando un estilo que ya es un sello con apellido.

Felipe tiene ese talento artístico. Se refleja tanto en sus pinceladas en acuarela, como en el diseño de muebles, y por supuesto en su labor como arquitecto. Uno que lo ha llevado a desarrollar viviendas de corte clásico y con esa inspiración provenzal que a él tanto le gusta.

En su quehacer destaca la belleza de lo simple y sobre todo la utilización del color y la mezcla de materiales. "Si haces una casa con ladrillos o con estuco y quieres darle un tono, hay que pensar muy bien en el color de las persianas o en los tonos de las vigas del interior, el piso, etc. Para mí es  un ítem superimportante", aclara. Y no es un detalle menor, pues lograr una buena paleta cromática requiere tanto de experiencia como de buen instinto.

"La arquitectura que yo hago es clásica, y por lo mismo llena de detalles y más compleja que la contemporánea, y esto fue resultando de forma espontánea. Me fueron pidiendo casas de estilo mediterráneo, francesas, hasta que un día hace, muchos años, me pidieron una de estilo provenzal, era la primera vez que yo hacía algo así. La información me la enviaban desde Estados Unidos -ellos vivían allá-, e hicimos todo este trabajo por teléfono o vía DHL, y nos mandábamos unos libracos llenos de croquis. Finalmente quedó linda y los dueños quedaron fascinados; hubo mucha empatía pese a la distancia, pero  resultó", recuerda.

Y así ha ido pasando con cada uno de sus proyectos. Agradece tener la posibilidad de dedicarle un tiempo especial a cada uno, ya que no podría manejar demasiados a la vez, porque su forma de pensar la arquitectura tiene que ver con la posibilidad de hacer feliz a los usuarios y no a pretensiones personales.

"Hoy pasa mucho que los arquitectos quieren ser estrellas, y crean casas que son lindas, pero no muy vivibles, y finalmente la gente que las habita no es feliz. Es importante que en la construcción de una casa haya una buena conversación y feedback".

Convencido de que todo lo que uno pueda llegar a idear en estilo provenzal hará sentirse como en un verdadero hogar, cree que este estilo "no pasa de moda, y eso es algo muy importante en la arquitectura.

Web:

felipemekisarquitectos.cl

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