El arquitecto italiano (1966) se dio a conocer en la década de los 90, principalmente a través de proyectos de interiorismo. Todos espectaculares; hoteles, bares y restaurantes cargados de drama y simbolismo. De hecho, su educación en el Politécnico de Milán la complementó en EE.UU. estudiando cine, y ha dicho que su inspiración proviene en gran medida del séptimo arte: “(...) las historias imaginativas y extrañas del cine, en especial el genio y expresividad de Fellini”.

Fue en Nueva York donde se encontró con la diseñadora de modas Anna Molinari, quien apenas lo conoció le pidió que diseñara su primer showroom en Asia. Novembre se fue a Hong Kong cuando aún no había trabajado para ningún estudio ni tampoco había estado a cargo de ningún proyecto. Corría 1994 y tal como él lo ha confirmado, fue el momento decisivo de su carrera, por vez primera lograba cruzar la especialidad y tridimensionalidad de la arquitectura con la imaginería libre del cine y el teatro.

Fue así que al contrario de lo que ocurre comúnmente con diseñadores, el inicio de su carrera estuvo centrado en los espacios y no en los objetos específicos. Fue en la creación de ambientes donde desarrolló inicialmente un sello, que luego traspasó a productos, totalmente fieles a su estilo. “Cuando diseño algo, en lo último que pienso es en su producción, las cosas que hago son mi manera de expresión y me concentro en el mensaje, no en el medio. En cualquier caso, soy consciente de que pertenezco a los últimos defensores de la tridimensionalidad; el diseño es el último medio que nos recuerda que somos de carne y hueso, que al final de todo aquí estamos, rodeados de materia, de gente a la que podemos tocar, abrazar y llevarnos a la cama...”.

Es cuestión de revisar su catálogo para corroborar que toda esa sensualidad está presente en sillas, sillones o mesas. Y Nemo, el sitial de polietileno monobloque para Driade, es un ejemplo total.

En sus proyectos, Novembre ha explotado siempre las posibilidades expresivas de las superficies y revestimientos, por ello es que desde el 2000 es director creativo de Bisazza, iniciando la marca una tensa etapa de renovación y colaboración con otros diseñadores. Ese mismo año inició su trabajo junto a Capellini y Moroso.

W: novembre.it