Prouvé RAW
Por estos días, Vitra en conjunto con la marca holandesa G-Star RAW lanzan la colección que reinterpreta los diseños más clásicos de Jean Prouvé.
Diva el experimento. Viva el impulso de probar. De qué otra cosa podría alimentarse el diseño, claro, además de materiales y fines concretos. El diseño está ahí para ser tierra fértil de innovación, de ofertas, de ideas al aire, de intentos. Así lo piensa y lo han comprobado dos marcas de diseño, alejadas quizás, que comprueban cómo en estas lides son todos parientes. G-Star RAW es una marca de ropa que ya en otras ocasiones ha hecho alianzas para lanzar ediciones limitadas de productos (con Cannondale y Marc Newson, por ejemplo), con el solo fin de explorar límites. Esta vez fue nada menos que con Vitra.
Creativos de ambas marcas se reunieron y trabajaron durante dos años en un proyecto específico e irrepetible, la reedición de algunos diseños emblemáticos (y otros menos conocidos) de Jean Prouvé (1901-1984). El resultado: 17 piezas Prouvé 100%, pero en una nota más urbana, con tonos, terminaciones y materiales que se unifican. De ellas, nueve estarán a la venta a partir de este mes en todos los lugares donde Vitra tiene showrooms.
Pero, sin duda, hay un punto que hace aun más memorable esta reedición, y este es la participación directa de Catherine Prouvé en el trabajo creativo. "A mi padre le hubiera entusiasmado la nueva energía que esta colaboración inyecta en sus diseños. Siempre deseó que tuvieran un aire fresco y novedoso. Es estupendo comprobar cómo la edición Prouvé RAW aporta una nueva expresión a la colección, manteniendo su integridad, a la vez que le da un aire renovado".
Entre los 17 diseños que reúne esta reedicición se cuentan algunos olvidados como el Tabouret Nª 307 de 1951, la repisa Rayonnage Mural de 1936 y la silla Dactylo. Para revisar la colección completa puede entrar a www.vitra.com/es-un/prouveraw.
Y es que los diseños de Prouvé con ese lenguaje constructivo, con esa aura técnica, artesanal, de materiales puros y sin tratar, es de cierta manera congruente con la ideología de los productos de la marca holandesa G-Star RAW.
Valor Prouvé
Ramón Valdés, arquitecto y socio de Sala Vitra, que representa de manera exclusiva los diseños originales de Prouvé en Chile, es además un verdadero fan de su obra. Un entusiasta que entusiasma, que habla con fervor genuino de la historia del diseño y el valor de las piezas de autor de 'buena familia', originales, de esos detalles minuciosos que proporcionan toneladas de historia. "Prouvé ha dejado un legado complejo y difícil de entender dentro de los íconos de la arquitectura del movimiento moderno. Una obra plural en extremo que abarca desde objetos de uso corriente, muebles y hasta fachadas de edificios.
Los diseños de Jean Prouvé utilizan un lenguaje vinculado a la necesidad y la construcción; sus piezas siempre representaron innovación técnica. Prouvé trabajó en su taller durante 30 años, esa fue su fábrica y laboratorio de su propios experimentos.
Diseñó y fabricó lámparas, sillas y mesas, producidas hoy por Vitra, y como todos sus diseños, incluyendo casas y estaciones de servicio, entre otros, su construcción, optimización y simplificación es determinante en el resultado. Durante mucho tiempo el hormigón se ha impuesto al metal (...). Pero hoy el metal con su ligereza y sutileza, tan característico de la obra de Prouvé, cobra su importancia en la arquitectura, y tal vez es ese su más importante legado", explica Valdés. Y esto es lo que vemos en esta reedición, un recordatorio formal del trabajo de este constructor francés, impulsor del 'high tech', que legó, pleno de convicciones, esa estética industrial que ya hace un tiempo se viene tomando -a modo de tendencia- editoriales y vitrinas de todo el mundo los más valiosos ejemplares: la silla Standard (1934), el sillón Cité (1930), la Mesa Guéridon (1949), la mesa Em (1950) y la gloriosa lámpara Potence (1950), entre otros.
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