El concepto, la motivación, el asunto, era el no goteo. Rafael Marquina (1921) llegó, a comienzos de los 60 tras un recorrido arduo de pruebas y errores, a una pieza fundamental de la vida cotidiana, una vinagrera/aceitera que no gotea, no mancha y aprovecha hasta la última gota.

Rafael Marquina, además de ser padre de la diseñadora más famosa de España, Nani Marquina, es uno de los diseñadores 'fundacionales' del estilo español moderno. 

Este objeto de vidrio transparente, cónico y con una capacidad de 200 cc, tiene una boca en forma de embudo que facilita su llenado. El tubo por donde salen el aceite o el vinagre se compone de una abertura que dosifica el líquido y una base-tapón de vidrio esmerilado, con una ranura que recoge las gotas y permite la entrada de aire en el matraz. Lo produce Mobles 114, siguiendo el estricto sistema de producción previsto por el catalán. Sistema que sin embargo ha sido un fantasma para el diseñador durante todos estos años, por la necesidad de modelar artesanalmente su pico superior y de esmerilar el punto de encaje de este con el recipiente que recoge el aceite, y razón por la cual ha trabajado en nuevas versiones. "Mis aceiteras no tenían un diseño perfecto… ya que una de las premisas más importantes del buen diseño es la economía en los medios y en el costo final, algo que no tienen las piezas que no puedan fabricarse de forma totalmente industrial".

Según Marquina, la aceitera antigoteo se inspira en una botella del diseñador finlandés Tapio Wirkkala para Arabia Finland, en la que tal como ocurre con su propio diseño, el equilibrio se basa en la reunión de diferentes formas geométricas perfectas.
Web: mobles114.com