Luego de siete años de venta, Ford presentó en el Salón de Los Angeles de 2014 la segunda generación del Edge, modelo que llegó hace sólo algunos meses a Chile, con las cosas mucho más claras que en el pasado, sobre todo teniendo en cuenta en qué parte de la gama de Ford se encuentra.

Es así como el renovado crossover norteamericano se posiciona inmediatmente por debajo de la Explorer, el SUV familiar de la firma del óvalo y gran referente de su segmento, algo que la introducción de la nueva generación de la Edge también busca.

Y para eso llega con un diseño mucho más atractivo, moderno y definido. Con una silueta sincera y ciento por ciento crossover, orientada a un cliente que busca algo un poco más deportivo y menos familiar. Eso, a pesar de que ahora es más cómoda y grande, ya que está construida sobre una nueva plataforma, que le permitió crecer en casi todas su dimensiones, entregando más comodidad para los ocupantes de las plazas traseras (en total entran bien cinco adultos), como también una interesante capacidad de carga en el maletero, que alcanza los 507 litros.

En el interior presenta mejoras sustanciales respecto de los materiales empleados en esta generación versus la anterior, donde se nota mayor preocupación en las terminaciones y en los detalles, incluso de portaobjetos y guantera. En general, todos los materiales son agradables no sólo al tacto, sino también a la vista.

Con una buena posición de manejo, tiene gran visibilidad hacia adelante y atrás -a pesar de que la luneta es pequeña- y obviamente cuenta con una buena pantalla táctil de 8&", que le permite acceder, incluso por voz, al exitoso sistema de infoentretenimiento Sync.

A todo esto, súmele el equipamiento, que en seguridad lo encabezan los ocho airbags de serie, sensor y cámara de retroceso, alerta de puntociego, medidor de presión de neumáticos, control de estabilidad, frenos ABS con EBD, asistente de partida en pendiente; mientras que en confort la versión testeada SEL viene con asientos delanteros calefaccionados, respaldos traseros abatibles eléctricos, climatizador bizona, sistema de audio con nueve parlantes, control crucero y tapiz de cuero, entre otros.

» Bien aplomado

Debido a la nueva plataforma de esta generación, el modelo tiene una estructura más rígida y se trabajó en mejorar la suspensión. Nuestra versión monta el motor EcoBoost 2.0 de 245 caballos de fuerza, que tiene unos notables 373 Nm a 3.000 rpm. Y a pesar de esos números, el resultado en el consumo es bastante grato: nos terminó dando poco más de 8,4 km/l en ciudad, con harto tráfico.

Obviamente, el motor con inyección directa y turbo se dejan sentir en el momento en que se aprieta el acelerador. No es explosivo, pero es lo suficientemente rápido para reaccionar y sentirlo ágil en las salidas. La caja está bien engranada y si bien tiene una función que busca más el confort que la deportividad, esta cambia bastante si lo que busca es un poco más de adrenalina al andar y pulsa el botón Sport como modo de conducción, el cual afectará, principalmente, la relación de la caja. Si además utiliza las levas tras el volante, sin duda la sensación de conducción será distinta, pues los pasos de marcha son más cortos y rápidos, lo que permite exprimir mejor la potencia y el torque de esta Edge.

Sin duda, uno de los puntos altos de esta nueva versión es el ajuste de la suspensión que le hicieron, para no sólo entregar ese confort que únicamente los autos americanos tienen, sino también para mezclarlo con un andar sólido, con bastante aplomo y más estabilidad.

A favor: Diseño moderno, comportamiento dinámico y buen equipamiento tecnológico y de seguridad.

En contra: Transmisión en modo normal y poca sujeción lateral de los asientos delanteros.

Ficha técnica Ford Edge SLE EcoBoost

» Motor: 2.0 EcoBoost

» Potencia: 245 Hp

» Torque: 373 Nm

» Caja: AT 6 vel.

» Tracción: delantera

» Largo: 4.778 mm

» Precio versión: $ 21.290.000