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Actual alza de los alimentos no llegaría al nivel de crisis de 2008

Así lo señalan analistas y datos de mercado, aunque el maíz y la soja ya superan ese peak. Trigo y arroz siguen muy bajo el valor de hace cuatro años.

A mediados del año pasado, el precio internacional del maíz llegó a un peak similar a su cotización actual, pero se desinfló en cerca de un 30% en el medio año que faltaba para cerrar 2011. A la luz de ese encarecimiento de los alimentos, que no estuvo ni cerca de la gran inflación alimentaria de 2008, ahora los analistas de mercado advierten que la nueva alza que están experimentando los granos también puede ser transitoria.

Aunque en el largo plazo hay una lista de condiciones estructurales que, se estima, conducirá al precio de los alimentos a un incremento continuo, en el más corto plazo existe otra serie de argumentos para prever que la fuerte escalada del maíz y la soja y, en menor grado, del trigo, se atenuará, quedando las cotizaciones estabilizadas, aunque en un nivel más alto.

En este último caso, tampoco se prevé que el aumento de los precios genere una presión y una crisis como la de 2008, la que en Chile provocó que el IPC bordeara el 10%.

Una subida masiva del precio de los alimentos figura entre los riesgos para la economía global que enumeran los analistas.

Después de todos los peligros de la crisis del euro, está el potencial de un precipicio fiscal en EEUU y el de una fuerte desaceleración de la economía china, todo lo cual ralentizaría en forma importante el crecimiento de la economía global.

Ya se prevé que en 2012 ésta crecerá alrededor de medio punto menos que en 2011, pasando de un 3,9% a un 3,5% este año, según los pronósticos del FMI.

Tras ello, el tema agrícola figura como otro riesgo latente.

El Indice de Alimentos de la FAO (Organización para los Alimentos y la Agricultura de las Naciones Unidas) dio un gran salto el mes pasado y ya casi alcanzó su nivel de cierre de 2011, pese a que la mayor parte de los últimos 12 meses estuvo en descenso. De sus cinco componentes, la inflación en azúcar, aceites y lácteos ha disminuido notoriamente, entre 10% y más de 20% respecto de 2011. Pero el precio de los cereales ha subido 5%, y se ha convertido en el principal impulsor de este indicador.

Después del peak del año pasado, el precio de los granos cayó hasta bien entrado 2012. Pero a partir de mayo-junio empezaron a elevarse de nuevo, adquiriendo gran impulso en julio. En lo que va del año el precio de la soja ha subido 38%; el del trigo 32% y el del maíz un 23%.

Las razones de estas alzas se relacionan con condiciones climáticas adversas, un elevado precio del petróleo -que ha subido desde fines del año pasado (ver gráfico), impactando en el costo de transporte y fertilizantes-, y una mayor demanda desde el Asia, cuyo ritmo de expansión económica si bien no alcanzará al 7,8% de 2011, sí será de un sólido 7,1% este año cree el FMI.

El efecto del clima es múltiple. En Europa, Rusia y la región del Mar Negro (ex repúblicas soviéticas), las altas temperaturas y falta de lluvias han reducido la producción de trigo y redundado en mayores precios.

La sequía en Brasil y Argentina ha impulsado la cotización de la soja, del maíz y del azúcar en el último mes. El valor del maíz ha subido, adicionalmente, por la sequía en el medio oeste americano, la cual ha disminuido la producción pese a que este año se plantó la mayor superficie en 75 años con ese cultivo.

"Es probablemente la peor sequía desde 1956", afirma Pedro Herrera, analista de HSBC en Nueva York.

"Como EE.UU. produce el 40% del maíz en el mundo y el 35% de la soja, el efecto en el precio de los granos ha sido altísimo", agrega.

A partir del aumento de la soja y del maíz, que se usan como alimento para ganado vacuno y porcino, respectivamente, el precio de la carne también estaría presionada al alza, aunque el índice de la FAO no muestra eso en meses recientes.

En el caso del maíz, "las condiciones climáticas indican que se puede desechar toda esperanza de que se verifique un superávit en el horizonte cercano", explica Herrera.

En su último informe, presentado el 10 de agosto, el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) redujo su estimación de rinde (producción por unidad de superficie) del maíz a su menor nivel desde 1995/96 para la temporada 2012/13, dada la extrema sequía que la entidad observó en julio.

"Esperamos que el precio se mantenga alto en el corto plazo", añade.

Similar es la historia para la soja y el trigo, explica, en base a las menores estimaciones del USDA sobre rindes en ambos cultivos a nivel global, derivado de condiciones climáticas extremas.

Pero esa es la visión solo de una parte del mercado.

Durante este mes, con cada vez mayor frecuencia, han circulado estimaciones bajistas en la inflación agrícola.

Por un lado están las apuestas de los inversionistas que consideran los commodities un vehículo de especulación.

Esta semana, la Comisión de Transacciones de Futuros de Commodities de EEUU (CFTC) publicó cifras que reflejan un menor interés de los especuladores en productos como trigo, soya y azúcar, entre otros, hacia la primera quincena de este mes respecto de sólo una semana antes.

Además, las posiciones largas en todos estos productos se redujeron, con excepción del maiz, donde aumentaron marginalmente.

En los análisis técnicos también se advierte que la tendencia de los precios del maíz, trigo y soja, estaría estabilizándose (ver gráfico).

Por otra parte, también existen interpretaciones de que los fundamentos del mercado alimentario apuntan a que los precios podrían dejar de subir y que no hay motivos para temer una crisis como la de 2008.

Esta vez ha sido principalmente el clima el que ha impedido mayor producción para satisfacer la demanda, dice Kevin Norrish, de Barclays Capital, en Londres.

Este shock de oferta tiene un efecto más débil que uno de demanda, como el que elevó los precios en 2008.

Hoy, además, una diferencia clave con esa crisis es que el alza no está acompañada de un encarecimiento extremo del arroz, dice, cuyo precio sigue estable.

"El alza ha sido menos uniforme en 2012 que en 2008", explica Norrish, agregando que el trigo está lejos de alcanzar su peak de ese año; el maíz y la soja sí lo hicieron.

Dada la importancia para la dieta humana del arroz y del trigo, sostiene, su menor incremento relativo implica menores efectos nocivos en países pobres y donde los granos tienen gran importancia relativa en la canasta de precios al consumidor.

Otra indicación de que el alza no será crítica es la nula correlación entre el maíz y el petróleo en el actual episodio: el cultivo ahora no compite por sustituir al combustible, y la presión de éste sobre los costos de transporte y fertilizantes es menor.

"El origen del incremento del maíz en 2008 fue el alza del crudo, que acarreó un aumento del precio del etanol como sustituto y esto, a su vez, impulsó el maíz", detalla Norrish. Asimismo, "hay una larga lista de catalizadores que podrían detener el alza de precios en adelante", advierte.

Destaca señales de mejores condiciones climáticas en el medio oeste; de sustitución o destrucción de demanda en algunos productos (por ejemplo, del maíz como alimento porcino), y la posibilidad de que EEUU autorice temporalmente que cultivos de maíz para producir etanol se usen para consumo humano.

De hecho, "el uso del maíz para producir etanol en EEUU está decayendo", explica Claire Schaffnit, de Deutsche Bank, en Frankfurt.

"Tras años de crecimiento anual sobre 10%, este uso se mantiene plano en 2011/12", agrega.

Augura una presión hacia la baja de los precios, porque además "las proyecciones de producción lucen auspiciosas para la temporada 2012/13", opina Schaffnit.

La USDA proyecta que la producción global de granos en esa temporada será de 2.247 millones de toneladas métricas, más que las 2.199 millones de 2010/11.

Schaffnit indica que "una mayor producción motivada por los precios récord de 2010 y 2011 es un caso clásico de altos valores que conducen a menores precios en el mediano plazo".

La analista menciona también que la demanda por granos se mantendrá controlada, dada la ralentización de las principales economías a nivel mundial.

Por el contrario, los escenarios que pueden hacer escalar más los precios son el clima en EEUU y el Mar Negro. En Rusia, asimismo, existe el riesgo de que se restrinjan las exportaciones de trigo para privilegiar el suministro interno.

Por ahora, estima Norrish, sólo los precios de la soja y del trigo cerrarían el año en un nivel superior al de 2011 (ver infografía).

"Creemos que el reciente aumento de la inflación agrícola es sólo un riesgo modesto al alza para nuestras proyecciones", comenta.

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