Chile es el primer país de Latinoamérica en utilizar mallas reabsorbibles para destapar arterias
El nuevo método se está usando en Europa y parte del Asia Pacífico. El tratamiento promete amoldarse mejor y evitar una segunda cirugía.

Un nuevo método ha llegado a Chile, que promete ponerle fin a las segundas cirugías o problemas tras sufrir una obstrucción de arterias coronarias. Se trata de la modernización de los stent, el método Absorb del laboratorio Abbott.
El procedimiento -que ya se usa en Europa y parte del Asia Pacífico- es usado por primera vez en el Chile y, también, en América Latina.
Se trata de una malla reabsorbible que ya ha empezado a ser utilizada en Europa y parte del Asia Pacífico y también en Chile (primer país de Latinoamérica en donde se lanzó). Las nuevas mallas no solo se amoldan mejor a la estructura de la arteria sino que su material evita una segunda cirugía, ya que se "disuelven" en un plazo máximo de dos años, tiempo suficiente para reforzar la arteria y ensancharla.
Este método llega a la medicina tras varios intentos científicos: cuando las arterias coronarias se obstruyen es necesario realizar una intervención que permita abrirlas y despejarla de las grasas o el calcio que dificultan el paso de la sangre. En la actualidad, los médicos realizan un procedimiento conocido como revascularización percutánea o angioplastia, que no es otra cosa que llegar a la vena que está obstruida a través de un vaso sanguíneo (generalmente desde la ingle). Con microcámaras, se llega al lugar de la obstrucción con un tubo muy delgado y se infla una especie de globo que empuje la grasa y devuelva el flujo sanguíneo o bien, se instala una malla de metal que refuerza la pared de esa arteria, la ensancha y permite el paso normal de la sangre conocida como stent.
Estas mallas representaron una verdadera revolución cuando aparecieron en la década de los 80 ya que con la angioplastia tradicional (globo) era habitual que las arterias volvieran a obstruirse. Posteriormente, aparecieron los stents que traían malla recubierta con fármacos que disminuían la posibilidad de oclusión de las arterias, pero algunos pacientes presentaban problemas y la malla debía ser retirada, con una nueva intervención.
Según explica el Jefe de Cardiología de la Clínica Santa María, Rubén Lamich, este tipo de stent es más biológico porque está hecho en base a polímeros y además contiene medicamento. "Entrega un soporte suficiente para que no se vuelva estrechar, sobre todo durante los primeros seis meses. Luego de ese tiempo, el stent, tiene una degradación completa en un plazo de dos años", indico. A juicio de este especialista, los stent de metal también cumplían esta función pero tenían un mayor riesgo de generar trombos producto del material de su estructura.
Otro beneficio de este tipo de stent, es la recuperación de las funciones fisiológicas de la arteria, esto es, la posibilidad de contraerse y extenderse en forma natural, cuestión que tampoco se lograba con la malla de metal.
En nuestro país, el nuevo stent está disponible en seis centros hospitalarios del sector público y privado (los hospitales San Borja Arriarán, Barros Luco, Naval Almirante Nef, Gustavo Fricke, el Instituto Nacional del Tórax y la Clínica Santa María.
Se estima que cada año, se practican al menos cuatro mil angioplastías en Chile.
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