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Crítica de cine: Bastardos sin gloria

Desde Perros de la calle  a Jackie Brown, Quentin Tarantino redefinió el cine de los 90. Instaló el modelo de un héroe cínico, el único capaz de sobrellevar una época con incierto porvenir, y luego reinventó con maestría estilos y géneros del cine clásico. Antes que nada, Tarantino es un cinéfilo empedernido y aquello lo llevó al extremo en Kill Bill, donde dio rienda suelta a su pasión por el spaghetti western y el cine oriental de acción, poniendo la diversión y el juego de intrigas por delante de todo. Bastardos sin gloria es sin duda un paso más allá en tales horizontes. Buena noticia para algunos, mala para muchos otros.

El inicio del filme es sensacional, con el coronel nazi Hans Landa (Christopher Waltz en gran actuación), un "cazador de judíos" que busca desenmascarar a un campesino francés. La desfachatez entrañable de Landa y los diálogos intrascendentes hacen recordar las primeras películas del director.

El espejismo se quiebra cuando aparece un escuadrón judío-norteamericano que, literalmente, corta las cabelleras de cuanto alemán pasa por delante. Son los "bastardos", liderados por el abrutado Aldo Raine (Brad Pitt), que siembran el miedo en las tropas alemanas y sulfuran el ánimo del Führer.

La cinta toma el rumbo de la venganza como leit motiv, la sangre como adorno y el desmadre como propuesta dramática, al instalar personajes cercanos a la caricatura, con un Hitler como el de El gran dictador, de Chaplin. Es la manera en que Tarantino rechaza el realismo y se centra en la jugarreta cómica, usando la exageración como arma para sorprender.

Bastardos sin gloria apela al espectáculo por el espectáculo, un lujo en aspectos visuales y técnicos, un pastiche genial de estilos y referencias cinéfilas, pero con un trasfondo adolescente y desbocado, que la lleva al límite de la incoherencia hacia el final. Si en los 60 el spaghetti western ignoró del clásico cine del oeste su carga moral y mítica, Tarantino ahora ha simplificado su propio cine, entregándose por completo al artificio visual. Con el grito y la carcajada asegurados, este Tarantino, lejano al concienzudo director del comienzo, se juega nuevamente por la fama instantánea, esa que con el tiempo pasa a llamarse anécdota.


Director: Quentin Tarantino.
Con: Brad Pitt, Christopher Waltz, Mélanie Laurent, Eli Roth, Michael Fassbender y Diane Kruger.
Género: Acción.
Producción: Estados Unidos/ Alemania, 2009.
Sitio oficial: bastardossingloriapelicula.com
Duración: 153 minutos
Calificación: Mayores de 14 años

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