El mismo lugar que Daddy Yankee convirtió en una caldera con su reggaetón y Beyoncé en una gran pista de baile con sus himnos pop, anoche se vistió de gala para el recital del tenor José Carreras. Y la presentación en el Movistar Arena terminó con una ovación y con el español regresando al escenario en más de tres oportunidades para recibir los aplausos y cantar una más.

Pasadas las 21 horas ya estaban instalados en primera fila el ministro de Defensa Andrés Allamand junto a Marcela Cubillos con una chaqueta de terciopelo rojo bermellón. El alcalde de Santiago Pablo Zalaquett disfrutaba un refresco, gentileza de los organizadores. La actriz Patricia López fijaba su mirada, concentrada en el escenario, con un traje dos piezas oscuro y serio, en contraste con un top verde. Y el ministro de Economía, Pablo Longueira, entraba a toda prisa, atrasado, cuando las luces del lugar ya se había apagado para dar comienzo al espectáculo.

Eran aproximadamente ocho mil asistentes. Ellos vestidos de pantalón de tela, camisa casual, chaqueta y zapatos, junto a sus acompañantes, muchas de pollera negra, perlas y taco alto. Con cerca de 20 minutos de retraso partió el show de Carreras, junto a las Orquesta Ciudad de Santiago y la soprano argentina Marina Silva, dos pantallas, una a cada lado del escenario, y cortinas satinadas como telón de fondo.

Carreras no saludó, ni se despidió, ni ocupó el micrófono para entregar ninguna palabra más allá de su canto. Vestido de traje, aparecía, entonaba una o dos composiciones, en inglés como The Impossible Dream -del musical El Hombre de La Mancha-; italiano, como L'ultima Canzone; o boleros como El Día que me Quieras. Luego aparecía Silva, con Júrame, o Les Filles de Cadix y otras; y después intermerdios con sólo la orquesta. Además, los cantantes hicieron
algunos duetos.

Tras casi dos horas de espectáculo y un descanso de aproximadamente 20 minutos, el tenor se despidió, en medio de una ovación. Sólo para regresar, solo o junto a Silva, y regalar más clásicos, como Granada, que el público ya le pedía.